Prólogo.

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¿Se han preguntado alguna vez en sus vidas si realmente vale la pena enamorarse? Bueno, olvidando el hecho de que mi ex novio -la verdad no se que somos ahora- acaba de reaparecer, a veces me hago esa pregunta a mi mismo, pero siempre respondo lo mismo: vale la pena.

Toda esta historia comienza unos años atrás, cuando yo solo era un adolescente de 17 años, donde era un chico mujeriego en la secundaria, salía con muchas chicas que creían que iban a obtener algo de mí. Nunca me sentí completamente atraído hacia muchas pero cuando se trataba de pelirrojas, me sentía en el cielo. De hecho, estaba enamorado de la hija del comisionado de la Policía de Gotham City, Barbara Gordon, quien secretamente era mi compañera Batgirl. Fuimos novios incluso, hasta que ella terminó conmigo, nunca le reclamé, hasta que meses después le pregunte por qué terminó conmigo.

Eres lo bastante ciego para darte cuenta de que amas a alguien más.

Sus palabras siguen haciendo eco en mi cabeza.

Yo tenía un hermano menor por dos años, su nombre era Jason. Yo lo adoraba. Demasiado. La verdad es que todos fuimos adoptados por Bruce, a quien consideramos nuestro padre. Pero ese mismo año fue cuando todo se volvió... bueno, no se como explicarlo. Mi hermano murió. Pero mucho había sucedido antes respecto a él.

Poco antes de que Babs hubiera terminado conmigo, las cosas con Jay estaban tensas. Él me daba miradas cada vez que yo no miraba, siempre buscando una manera de atraer mi atención, pero siempre desde una distancia, su cuerpo me decía algo que yo no lograba interpretar. Todo eso fue hasta que Babs terminó la relación, Jay estaba más abierto, estaba más feliz, pasabamos más tiempo juntos. Buscaba comunicarse conmigo. Y me agradaba demasiado.

Me había dado cuenta de cuán increíble era Jason. Era dulce pero sin quitar esa apariencia ruda que siempre intentaba mostrar al resto. Habían pequeños detalles de Jason que amaba, como la forma en que fruncia el ceño cuando estaba muy concentrado. Pero también estaban los detalles que nadie sabía de él, como por ejemplo, sabía tocar el piano. Habían noches en donde, luego de ver una película juntos, bajábamos las escaleras e íbamos al piano en la sala, yo lo escuchaba tocar. Eran dulces melodías.

Fue hasta que una noche, me di cuenta que estaba enamorado de Jay.

Recuerdo como había enloquecido cuando me di cuenta, obviamente le dije a Babs. Ella solo rió. Ella lo sabía.

Bajé las escaleras hacia la sala, en donde estaba el piano, Jay estaba sentado en el taburete pero no mecía sus delgados dedos por sobre el teclado del piano. Lo observé. Caminé hacia el, pero antes veo la hora, 2:56 am.

-¿Que te sucede?- le pregunto.

Levanta la mirada, la luz de la luna refleja las lágrimas que caían por su mejilla.

-Nada. Es solo que tuve una pesadilla.

-¿Y por que no fuiste a verme?- le dije, me acerqué y limpié sus mejillas.

-Estabas dormido.

-Sabes que eso no es cierto. Es viernes, y sabes que los viernes duermo tarde.

No me respondió.

-Jay...

-Sólo déjame, Dick. No me vas a entender.

Solo negué y suspire.

-Jay, sea lo que sea, puedes decirme. Sabes muy bien eso.

Ammunition (JayDick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora