Capítulo 24

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"Fragmentos"




"Porque pienso sobre ti en la lluvia,

Amo como dices mi segundo nombre

Parece que sin ti estoy loco

Ahora estás dormida pero voy a decirlo de todas maneras,

Te amo,

Te amo.

(Nina Nesbitt, Things I Say When You Sleep)





— ¿Estás bien?, ¿quieres quedarte aquí?, ¿necesitas- —me acuclillo junto a Sydney. Inhalo profundamente, aliviado al notar que está quieta, solo mirando al suelo interior de su piso, pensando en quién sabe qué cosas.

—Deja de preocuparte, Niall. Gracias, me encuentro bien. —su voz es suave y no me deja ver alguna emoción que tenga que alarmarme, ella se inclina hacia adelante para ponerse de pie sin utilizar mi ayuda. Camina dentro del apartamento, empujando la puerta un poco más abierta y dejando caer su bolso en el suelo en lugar de ponerla a un lado, sobre el sofá. —Ay no. —susurra, dando pasos lentos hacia la ventana cuyo cristal también está roto, la cortina blanca liviana se mece con el viento que pasa a través del agujero.

Presiono mis labios en una línea y me devuelvo para tomar la bolsa con los perecederos. Sydney camina a través de la estancia después de evaluar el cristal roto, va hacia el estante y los libros que había recuperado y acomodado con anterioridad están en el suelo una vez más, al igual que algunas otras cosas. En el camino al interior tomo el bolso de Sydney y lo llevo conmigo a la pequeña cocina donde dejo la otra bolsa con comida. Troto de vuelta a la estancia para ver si Sydney necesita algo de ayuda.

—Mira que no sé cuál es su necesidad por destrozar todo. —murmura con un ligero tono desesperado, agachándose para tomar un par de libros.

—Es un verdadero loco, Sydney. Y es sumamente peligroso para ti. —tomo otro par de libros, descubriendo por el título que no se trata de simple literatura para pasar el tiempo, no, se trata de libros especializados en biología. La teoría de la evolución de las especies de Darwin es uno de ellos. Recuerdo haber visto un poco de esto en la escuela, hace muchos, pero muchos años. — ¿Son tuyos? —no puedo evitar preguntarle.

Sydney voltea a verme, nota los libros que sostengo en alto y se encoge de hombros.

—Supongo, estaban aquí cuando llegué del hospital. Siempre han estado aquí y Adam no los ha tocado ni una sola vez... —llega y los toma de mis manos, los coloca sobre el estante y toma uno de ellos, acariciando el lomo del libro con las yemas de sus dedos. —Hace tiempo encontré por ahí mi carta de aceptación de la universidad. Biología... o algo relacionado a ello. Las letras están suficientemente desgastadas para poder leer bien de qué se trata. Sin embargo no puedo recordar si acudí a algunas clases o no. Debí hacerlo, creo. —explica, sacude su cabeza y devuelve el libro.

—Quizá podrías retomarlo algún día...

Ella sonríe con tristeza, después acaricia mi mejilla con el dorso de su mano.

—Tal vez... pero mi memoria... no confío en ella. Necesito avanzar en las terapias... —No creo que su memoria "empeore", de cierta manera todo lo que ella no recuerda es lo que su mente esconde para evitarle sufrimiento emocional. Aunque no sé si Sydney sabe eso, o si se supone que debo decírselo. —Por ahora mi empleo en la floristería es todo lo que quiero, aunque también necesito tomar mis cosas y aceptar tu propuesta de vivir en tu casa, pero solo por un tiempo, en lo que logro vender este lugar y conseguir un hogar nuevo.

Late for Love | niall horanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora