Capítulo 2

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  • Dedicado a Cristina Pacheco Lugo
                                    

Ella nunca me lo ha dicho a la cara, pero en su mirada lo veo, veo el odio que ella siente por mi, un odio sin sentido, inexplicable; en cambio mi padre, es muy lindo conmigo, siempre me ha hecho saber que soy su más grande tedoro, cuando me dice "princesa", ma abraza y me hace compañia a pesar de todo el trabajo que tiene. Mi papá es el mejor hombre del mundo, atento, cariñoso, todo lo contrario a mi madre.

El reloj marca la media noche, la luz de la luna entra por mi ventana, afuera en el corredor se escuchan aún los gritos de mis padres. Cuando era niña me asustaba que pelearan tanto, pero ahora ya lo veo como un hábito entre ellos; en ese momento entra mi tía Larissa y pregunta.

- Reginita ¿por que aún no te duermes?

- Hay tía con tantos gritos se me va el sueño, desde hace días estan así- conteste- y mi hermano

- Calló rendido, ya vez que estubo hasta las 10 jugando fut-bol con sus amigos

- Sí al menos el se distrae, encambio yo, parece que vivo en una jaula de oro de la cual no tengo la llave

- Hay hija, no digas eso

- Pero ¿por qué no tía? es la verdad, mis papás me tienen prisionera aquí, la única que me hace caso eres tú, mi hermano no le guste que lo moleste con mis cosas, mi papá esta conmigo pero no me deja salir, y mi mamá, ella me odia

A pesar de ser su consentida, cree que solo por ir a casa de Roxana me va a pasar algo, él es muy sobreprotector y celoso.

- Regina no vuelvas a decir eso, tú mamá te quiere muchísimo

- Pues desde que tengo memoria me rechaza, si no fuese por mí papá y por tí, no se que sería de mí

- No pienses así estas muy chiquita para que te amargues la vida de esa manera

- Está bien, pero con una condición?

-¿Cúal?

- Me cuentas otra vez como se conocieron tu eterno enamorado y tú

- Quiza en otro momento, ya es muy tarde y necesitas descansar, mañana te tienes que irte temprano para irte al deportivo

- Tía, hay andale, por fa, sí

- No, ya duermete mejor mañana 

- Ahs,  bueno, solo porque ya me comenzo a dar- +bostece+- sueño

- Descansa Reginita, que duermas bien- +me da un beso en la frente+

- Igualmente tía, te quiero

- Y yo a tí

Me arropa son mis cobijas blancas y azules, se sale de mi habitación. Después de eso me quedo profundamente dormida. En mí sueño, lo veo a él, al chavo de mis sueños. 

Ambos estamos en el campo, muy alejados de la Ciudad. Recostados sobre el pasto, viendo cada una de las estrellas. de pronto m voltea a ver, siento como su mano me acaricia despacio y con suavidad, desde mi apdomen, hasta mi largo cabello, de tipo quebrado, color castaño opaco. Él me quita mis los lentes de contacto, m suelta el cabello y me dice.

- Bonita, tienes que despertar, Carina, despierta

- ¿Qué?

- ¡¡¡¡ Regina !!!

Amor CiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora