Amor Ciego

Capítulo #7

-Sí Gracias Corni, ahora voy

- Sí señorita, con permiso

Cornelio se retira y mi tía me dice

- Regina, no debes de llamarlo así, su nombre es Cornelio y no Unicornio

Yo comienzo a reír y mi tía continua.

- Regina, no te burles

- Hay tía, es que no le digo Unicornio-+ sigo riendome+- yo le digo Corni de cariño, porque Cornelio suena a, ah, bueno suena como que te van a regañar

Mí tía suelta una carcajada y dice.

- Hay Regina, bueno, ve a atender a tu visita

- Sí Tía

Yo salgo de mi habitación, voy para la sala y veo a Roxanna

- Hola Roxy

- Hola Reny

- ¿Qué pasó?

- No nada, quería ver si me podrías prestar unos apuntes de matemáticas y Frnaces

- Claro, vamos a mi recamara

- Sí

Ambas subimos a mi cuarto. De él sale mi tía Larissa

- Buenas tardes Roxanna

- Buenas tardes señora Larissa

Mí tía sin decir más se retira. Mientras que nosotras entramos.

- Oh, nueva decoración, ¡¡se ve increible tu habitación!!

- Gracias, mi mamá quizo que antes de que cumpliera XV años, me desiciera de todas mis cosas de cuando era niña

Antes mi recamara estaba pintada de rosa con blanco, le daba un aspecto infantil, ya que tenia ositos, muñequitos y princesas. Ahora es de color lila, con estrellas grandes y pequeñas, de colores negro y blanco. En el techo, hay una lámpara que simula ser la luna, hay pequeñas estrellas que cuelgan de este; no sé de qué material sean las estrellas pero brillan en la obscuridad. ¡¡Se ve increble en la noche!!

Los azulejos del piso son de color azul, parece como si mi cama flotara en el mar. Hay un espejo de cuerpo entero frente a ella, la cual es matrimonial y tiene en la cabezera dos caballos tallados a mano, de madera. En la ventana, la cual esta justo arriba de mi escritorio de madera; esta tiene una cortina azul, atra vez de ella se observa el jardín de enfrente de la casa. También mi ventana da justo a la ventana de la casa de enfrente, eso no me preocupa, ya que ahí siempre se encuentran las luces apagadas y nunca he visto que habita alguien ahí. Lo más extraño es que, según mi papá, en esa enorme casa vivían una pareja que jamas regreso. Una mujer de 25 años y su prometido...