Solo Ella tuvo la culpa.

33. - En un sueño

Iris
Me levanté de la cama para dirigirme al baño,  cuando levante la vista me di cuenta de que no sabía en donde estaba el baño "¿no fue un sueño?",  mire a la cama pero Owen no estaba "ahhg... perfecto" pensé de mala gana,  salí de la habitación decidida a encontrar el baño,  abrí la primera puerta que vi al salir y por desgracia liberé al cachorro,  salió corriendo provocándome un mini infarto,  cuando me recuperé vi que no era el baño y cerré, fui a otra puerta y la abrí,  esta vez si era el baño,  me metí y me lave la cara.

-¿sabías que es de mala educación no tocar la puerta antes de entrar?-

Dijo una voz detrás de la cortina de baño color azul marino

-¡¡perdona!! - dije cubriendo mis ojos al ver que se disponía a salir de la regadera

-tranquila mi amor, no puedes ver más de mi que no hayas conocido ya-
Puso sus manos humedas sobre las mías y las retiró de mis ojos,  terminó de pegar su pecho en mi espalda, abrí los ojos y nos vi frente al espejo... vaya que nos veíamos bien juntos,  su cabello estaba alborotado y pequeñas gotas caían en mi hombro,  llevaba una toalla en la cintura.

-iré a cambiarme ¿si?-

-si- Dije sin poder moverme

Salió y en seguida escuché al cachorrito ladrar
-¡oye tu ven acá!-
Abri la puerta para ver que sucedía y me encontré una escena de persecución muy divertida,  el cachorro traía unos calcetines y Owen intentaba atraparlo, me metí en el baño y sonreí, estaba frente al espejo desnuda, asimilando lo que havia pasado la noche anterior,  No podía borrar la enorme sonrisa de mi rostro,  me duché rápido y me puse la misma ropa,  salí y lo vi sentado en el sillón jugando a jalar algo con el perro que no volvió a ladrarme,  incluso me subió a las piernas cuando me senté al lado de Owen quien enseguida vio mi sonrisa y me dejo un beso en la comisura de los labios.

Cocinamos nuestro desayuno mientras me contaba que antes era muy indecisa:
-antes cambiabas de opinión todo el tiempo,  Y esto me recuerda mucho a que quisiste ser chef,  quisiste ser bailarina, modelo, escritora, cantante, psicóloga,  doctora e incluso un día me mencionaste que querías ser militar o Marín-
No pude evitar soltar una carcajada, no me imaginaba a mi misma en ningún uniforme respectivo o haciendo alguna profesión de esas,  pero en algo tenía razón,  No tenía ni idea de que estudiaría y ya nos quedaba poco tiempo para elegir,
Para ser chef no tenía muy buena memoria ni paciencia y mis papilas gustativas se conformaban con algo que estuviera salpimentado o azucarado, ¿en serio considere ser bailarina? No he intentado bailar pero se que ahora no me gusta, para ser modelo me tengo que matar de hambre y me encanta comer,  para ser escritora sólo me limitó a escribir mi vida, ¿cantante? Tendré que vestirme para llamar la atención y vender mi imagen,  es como ser modelo pero con voz... No me veo desempeñando eso el resto de mi vida;    me desespera mucho escuchar las historias de las personas así que no creo servir de psicóloga, todo lo que hacen los pacientes es quejarse,  ser negativos... creo que terminaría golpeándolos. Doctora es de tiempo completo y no quiero arriesgarme a encontrarme a Kenneth algún día; para ser soldado o Marín debo tener mucha condición física y estoy enana y flaca,  aparte no soporto que me griten. quedan muy pocas opciones si me pongo así,  tengo que hablar con mamá, seguro que ella me da opciones,  mientras no sea que dejé la compañía a mi cargo a esta edad.

Owen me sacó de mis pensamientos apagando el quemador de la estufa,  me abrazó y me agradeció por ayudarle,  aún que a mi consideración no era para tanto, sólo piqué cubos de fruta; desayunamos y me platico las carreras que ha considerado en primer lugar algo relacionado con administración o algo para ser Gerente,  la verdad no le entendí

-¿por que esas carreras tan aburridas? -
-por que son las mejores pagadas-
-¿y?,  lo importante es que te guste tu trabajo,  el dinero no se me hace tan importante-
-me podría acostumbrar a demás tendré que mantener a mi esposa e hijos y quiero darles una buena vida-
Me enternecio,  pero me golpeó la idea de que esa esposa no fuera yo