Capítulo 1

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¡Bip! ¡Bip! ¡Bip!
Comenzó a sonar la alarma, pero en lugar de ponerme de malas como otras veces agradecí a Dios por que esta era la primera señal que marcaba el inicio del último día de universidad, ¡si! al fin podría tomar un respiro después de estas última tres semanas llenas de proyectos y trabajos que me tenían totalmente agotada.
Impulsada por la emoción me levante y me metí directamente al baño para comenzar la rutina monótona de cada mañana, solo que esta era diferente, muy diferente.
Decidida a iniciar el día con el pie derecho deje secar al aire mi cabello castaño y me maquille de una manera muy sencilla , tome mi ropa y mi mochila que por 5 años de universidad había sido mi compañera de carreras, aventones entre los pasillos de la escuela y una muy buena almohada para los tiempos libres.
Se que se estarán preguntando por que aquí empieza mi historia o que tiene de diferente esta narrativa con las muchas otras que ya existen pero y aquí técnicamente empiezan todos los sucesos que me llevaron a aceptar El acuerdo.

Como todas las mañanas Manuel toco a mi puerta para avisarme que me podría llevar a la escuela en cualquier momento, si, era el chófer de la mansión Russell y no, no era mi chófer, simplemente éramos amigos y compañeros de trabajo por que yo también trabajaba aquí en la mansión Russell, más bien me había criado aquí desde que yo tenía memoria , y recordaba que siempre había sido agradable por dentro y por fuera al igual que sus dueños, el señor y la señora Lea de Russell y que decir de lo buenos que eran conmigo por que se habían comprometido a pagar mis estudios hasta la preparatoria con el único requisito que era aprobar mi tira de materias y así lo hice logre ser alumna de excelencia lo que permitió que lograra entrar a una de las universidades con mayor prestigio para estudiar ingeniería biomédica y esto me llevo a graduaré con honores. Pero no todo fue fácil por que tenia que a pesar de tener un beca completa , aun tenia mas gastos personales por lo que había decidido seguir con el trabajo de que me había acompañado en toda mi vida que era ser personal de limpieza para la familia Russell, la cual podría ser sencillo ya que los señores se encontraban la mayoría del tiempo de viaje y sus hijos no vivían en el país así que relativamente era mantenerla en buen estado a cualquier momento.
Sali a toda prisa para poder encontrarme con Manuel en la entrada pero me sentí atraída por dulce aroma que provenía de la cocina, mire mi reloj y vi que aun tenia unos minutos para poder echar un vistazo y observe a Marta la madre de Manuel, preparando el desayuno, ella es como mi madre, cariñosa, atenta, sin duda siempre le interesaba lo que pasaba conmigo, la única que me consolaba en mis momentos de desesperación, en fin mi madre.


-Hola buenos días pequeña, lista para el último día -se giro un poco para mírame y brindarme sus sonrisa - ¡pero mira que hora es! Puedes tomar el desayuno que esta sobre la mesa para que ya te vayas.
-Tranquila Mar, yo esperare, además hoy solo va a ser el día de las despedidas, aun tengo unos minutos y por lo que veo necesitas algo de ayuda con eso -dije señalando la mesa pequeña de madera dónde estaban las dos charolas con los desayunos de los señores – no sabia que hoy habían llegado, pero podemos hacer un trato en lo que tú haces mi desayuno yo les llevo eso a los señores ¿te parece?.
-Está bien pequeña solo ten cuidado al subir y toma -dijo entregándome unos sobres pequeños de azúcar -es por si la señora lo quiere dulce.


Le brinde una sonrisa , deje mi mochila y tome las dos charolas en mis manos, me dirigí hacia las escaleras y recordé la primera vez que las subí, mis piernas no eran lo suficientemente largas por lo que subir un escalón parecía interminable y ahora eran tan familiares.
Terminado de subir el último escalón, gire a la derecha y toque la primera puerta y se oyó la voz del señor Russell que dijo "pase", me recargue un poco en la pared para mantener el control sobre las charolas , gire la perilla y metí la punta de mi pie para que la puerta no se cerrará.
-Buenos días señor Russell -dije dándome cuenta que el señor estaba de espalda acomodándose la corbata -aquí está su desayuno y el de la señora.
-Hola Jane, muy buenos días , puedes dejarlo sobre la mesita -dijo regalándome una sonrisa – cuéntame , ¿lista para terminar esta etapa? por que ahora deberás de iniciar tu camino.
-Claro que si señor Russell, de hecho quería decirle...
-Vaya ya se habían tardado en traer el desayuno -dijo la señora Lea saliendo del baño e inundando la habitación de un olor a perfume costoso- ¡oh! Hola veo que ya te vas a la escuela, espero que vayas muy bien porque no fue nada sencillo que te ingresaras ahí, además si pagamos todo es porque no queremos que nos quedes mal.
-No, como cree, de hecho venía a decirle a el señor... Mas bien decirles a ambos que ya se acerca la ceremonia de graduación y tenerlos ahí serian un honor así que tengo boletos para ustedes y para que me acompañen por que...
-¿Y tu crees que tengo tiempo para ceremonias tontas?, lo siento pero no podemos tenemos cosas más importantes.
-¡Lea!- exclamó el señor Russell de una forma molesta -por una vez en la vida deja de ser tan engreída , Jane nos esta invitando de la mejor manera y claro como personas a cargo de la beca completa estaremos ahí.
-¡Claro! A su graduación si podemos ir pero no fuimos a ninguna de las graduaciones de nuestros hijos, a pero a la de la sirvienta si.
-Yo lo siento si los hecho enfadar lo mejor será que me retire – trate de sonar lo menos enfadada ,ya no aguantaba más estar en esa discusión así que saliendo de la habitación voltee y dije- Y señor, no hay ningún problema si no van, entiendo que sus agendas están ocupadas así que será para otra ocasión.


Cerré la puerta, tratando de contener la impotencia de regresar y poderme expresar de la manera más grosera en contra de la señora Lea ,yo quería salir corriendo y olvidar todo, pero solo baje las escaleras y me quede un rato contra la pared tratando de tranquilizarme.
No podía esperar a que llegara el día en que simplemente saliera de aquella casa y dejara todo eso atrás , desde que recuerdo siempre la señora Lea me trataba con un resentimiento horrible y no se diga cada vez que el señor se interesaba en mi futuro, se volvía loca y yo cada vez soportaba menos, ¿que más podría hacer yo que quedarme callada?, por el momento solo era una persona mas que podría habitar esta casa.

-¿Que sucedió pequeña?- pregunto Marta -te dijo algo la señora ¿verdad?
-Ya sabe, lo de siempre -se acercó y me dio un abrazo y yo le dije en su oído-le juro que si yo pudiera le contestaría hasta lo que no pero me detengo por el señor y por mi futuro, pero le juro que cuando trabaje nos iremos de aquí.
-Me iré contigo esa es una promesa- bajo mi cabeza y me dio un beso en la coronillas-pero mientras ve a la cocina Manuel ya está desayunando.
Le sonreí sin muchas ganas y me dirigí a la cocina.
-¿Y ahora que tornillo se le safo a la señora?-dijo Manuel regalándome una sonrisa
-Cállate y respeta -lo reprimido Don Mateo, su padre o mas bien nuestro padre- además debes de termina tu desayuno porque tienes que dejar a Jane y regresar por los señores y usted señorita coma ya.
-Si ya estoy en ello -dije sentándome junto de Manuel y comenzando a comer le dije en voz baja -en el camino te cuento.
Y el solo hizo un asentimiento de cabeza para que yo supiera que me había escuchado.
Y meditando mientras comía juré que haría todo lo que estuviera en mis manos por salir adelante y alejarme de la señora que con su comportamiento ofensivo me estaba enseñando a ser fuerte y luchar por lo que más quería ,aunque hubiera personas que me querían ver derrotada por no lograrlo...

El acuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora