Alptraum

Capítulo 2

No por favor... no lo hagas... te lo ruego... ¡NO!

Despierto gritando aterrado, solo que... no me puedo mover, solo mis parpados, mi cuerpo no responde...

siento un peso sobre mi cuerpo.

¿Que dem...? grito, lloro, clamo por ayuda, solo que... todo ocurre en mi mente... no puedo mover ni mis manos, ni mi boca, ni mis pies ni nada, solo mis parpados...

De repente el peso se va y salto fuera de la cama.

Lo primero que hago es encender la luz y verificar que estoy solo en la habitación.

¿Qué fue eso?

Y luego el sueño...

Es el primero en el que recuerdo más que un color, solo una voz sin rostro.

Y lo que dijo... suplicas desesperadas. Y al final, cuando gritó "no"... creo que eso fue lo que me despertó. A parte tal vez de sentir ese peso sobre mi cuerpo...

Voy al baño y me recuesto sobre el lavabo, ¿Qué fue eso? ¿Qué está pasando? ¿Qué me está pasando?
Una tormenta de dudas cae sobre mí y para ninguna tengo respuestas.
Me inclino en el lavabo para lavar mi rostro y al alzar la mirada veo una fugaz sombra pasar detrás de mí. Me giro inmediatamente, pero estoy completamente solo...

Estoy loco, ya es definitivo.

De camino hacia la cocina voy encendiendo todas las luces que están a mi alcance, ahora lo que menos deseo es oscuridad.

Al llegar a la cocina veo automáticamente hacia el reloj sobre la repisa, 3:03 am.

Sé que no podré volver a dormir así que voy al sofá de la sala y enciendo la tv.

Mientras las imágenes pasan frente a mí, mudas ya que en estos momentos no registro el sonido, solo puedo pensar en lo que ocurrió en mi habitación, y en lo que esto significa para mí...

Y así pasa la noche, o mejor dicho la mañana, pensando en la pesadilla que acabo de tener y en lo que ocurrió después, al despertar.

***

Ya de día, con el sol saliendo apenas, me levanto del sofá que ha sido mi refugio durante las pasadas hora, y me preparo para ir a la universidad.

Me cepillo los dientes, como, me ducho y me visto, la misma rutina de todas las mañanas.

Antes de salir de mi apartamento me doy un último vistazo al espejo, un chico demacrado y con unas ojeras horriblemente marcadas bajo los ojos me devuelve la mirada, inmediatamente tomo los anteojos, y sin siquiera mirarme de nuevo, salgo.

Tengo la costumbre de salir una hora antes de mi apartamento, para llegar veinte minutos antes del inicio de la primera clase y encontrarme con Josh en uno de los patios de la universidad, fue una tradición que nos impusimos antes de entrar en la misma, para así poder hablar lo que no podremos hablar durante el transcurso de las clases o durante los recesos de 10 o 15 minutos que tenemos entre clases.

Al llegar me encuentro con Josh en uno de los bancos de siempre.

- ¡hola De!- me saluda con el mismo ánimo de siempre.

- hola Josh- respondo, sin ánimos siquiera de fingir una sonrisa.

- ¿qué te pasa?- pregunta inmediatamente al notar mi ánimo decaído.

-nada, solo que mi celular se des configuró y la alarma sonó tres horas antes- decido mentirle ya que sé que se preocupa mucho.

Conozco a Josh desde la infancia, lo conocí en mi fiesta de cumpleaños número cuatro, su padre y el mío eran amigos, por lo cual fue invitado.