VENEZUELA Y LOS INICIOS DE SU CRISIS HISTÓRICA

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Me he cuestionado tantas veces con relación a  si hablar o no acerca de Venezuela. Aunque  no lo crean, hablar de esto no es nada fácil, siempre van a existir opiniones que no coexistan con la tuya. Lo más cuerdo es que las entiendas y de alguna manera llegues a algún convenio en el que ambos puntos de vista logren entenderse. Pero es clásico del venezolano formar peo o reírse de las barbaridades de algunos enajenados críticos. Y es clásico de estos personajes mirar sólo la portada del libro sin antes echarle un vistazo a su contenido. No voy a mentir, todos aquí hemos sufrido por escuchar  comentarios de algunos extranjeros que se creen expertos de la situación o que creen que criticando van a resolver algún disturbio aquí. Pero sinceramente, algo que adoro de mi gente es que no somos rencorosos, y a pesar de las críticas, siempre vamos a dejarlas a un lado y a seguir adelante. Nosotros no odiamos ni degradamos a nadie, sea extranjero o no, sea de izquierda o de derecha, sea negro, blanco, asiático, europeo, norteamericano, sea lo que sea. Nuestros brazos siempre están abiertos a quien quiera entrar a nuestro país. Algo que sí me permitiré acotar, es acerca de esa opinión tan balurda que la gente tiene de nosotros los latinos, más específicamente nosotros los venezolanos. Me parece inhumano el que adquiramos cierta opinión acerca de alguien sólo por lo que muestran los medios de comunicación, sólo por lo que un personaje con gran popularidad diga en frente de una multitud, sólo porque observamos a alguien con cierto patrón de conducta desesperanzador y que pertenezca a ese grupo. ¿Eso es acaso todo lo que tienen que decir de nosotros?  Somos aproximadamente  treinta y un millones de habitantes y sólo por ver a uno, ¿vas a hacerte una idea general de los demás? Discúlpame, pero eso es ser denigrante. Eso es irte por el camino fácil y ser un acomplejado. Hay que ver más allá amigo (a). Abre ese libro y échale un ojo a ver si te gusta. No pierdes nada probando. 

Venezuela es un país espectacular. Y no te lo digo por ser Venezolana, realmente es bello y tiene mucho que aportar. Lamentablemente, a medida que hemos trascendido al parecer el proceso se ha invertido; no estamos evolucionando sino involucionando. La educación ya no es la misma,  los valores y principios  ya han perdido dominancia, trabajar no tiene el mismo sentido; la misma esencia. Las agraciadas  sonrisas y el  peculiar carisma venezolano ya no existen, el buen trato, la cordialidad, el respeto, escacean en masivas cantidades. Todo porque no supimos enfrentar bien la vida y no supimos vivir UNA BUENA VIDA . Y te lo digo así, directamente y sin rodeos. No es solo una cuestión política querido (a) lector (a). Va más allá de eso. Y es complejo explicarlo. Pero lo haré de la manera más cómoda posible.¡ Y claro! desde el punto de vista de una chica de diecisiete años.

Todo inicia en el 1999;año en el que nací, cuando entra al gobierno una nueva figura política que nos representaría mundialmente como presidente (Chávez) Al parecer, con una "excelente propuesta" que más tarde se convertiría en el caos del venezolano. Debo recalcar con gran entusiasmo que esa fue un época memorable (No por el presidente; dios me libre.) Sino porque fue en ésta, donde estaba la verdadera gente venezolana.  Todo era color. La gente era cálida y despreocupada. A pesar de las diferentes clases sociales que predominaban, la gente tenía un hogar al cual volver, todos tenían el pan en la mesa, el trabajo era honrado, las calles estaban limpias (o lo que puedo recordar en las fotos viejas que mantengo conmigo), las costumbres prevalecían: decir buenos días al subir a la camioneta,  darle el puesto a un adulto de tercera edad cuando éste se subía a las mismas, dar los buenos días a los compañeros del trabajo con una gran sonrisa,  un chiste matutino para aligerar la jornada, los niños que tenían la oportunidad, iban a las escuelas. Te sentías seguro. No obstante, por supuesto que existían problemas; los habituales, como los rutinarios  casos de pobreza, de violencia, de ciertas ilegalidades, pero comparando este año con la actualidad... Los tres puntos suspensivos lo dicen todo. No lo puedo negar, a pesar de que éste es un período presidencial que no me gustaría recordar nuevamente, debo admitir que este hombre tuvo una ideología muy inteligente pero que no supo desarrollar correctamente y que por ello, él es una de las causas por las que estamos como estamos. Pero ¡OJO!... Él ES UNA DE LAS CAUSAS. Ten eso en cuenta para cuando leas más adelante.

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