Luces en una historia de terror.

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¿Alguna vez han visto esos programas de caza fantasmas, donde las personas usan tecnología súper avanzada para captar seres sobre naturales? Bueno yo creo que todos esos aparatos los alejan en lugar de acercarlos, o quizá quitan un poco de la esencia de lo sobre natural y hacen parecer más a una investigación, a veces las cosas más simples los atraen, una vela, una casa fúnebre, un ambiente obscuro, que se yo. Tal vez solo nos sugestionamos cuando estamos en estos ambientes o quizá… realmente existen.

Era un 3 de marzo, hacía frío en el pequeño pueblo donde vivía, “La Lomita“ así le decían. Yo trabajaba en una fábrica que recién se había inaugurado en mi poblado, en ella se hacían distintos productos a base de plásticos, casi todos los días salía de mi casa rumbo a la fábrica a las 6 de la tarde por que laboraba en el turno nocturno.

Había una pequeña leyenda sobre la fábrica y es que según esto, fue construida a lado de un panteón, decían que el problema no era el panteón, si no que una de las tumbas invadía espacio del terreno de la fábrica y esta construyo encima de la tumba, “tonterías“ decía yo.

Pero ese 3 de marzo fue diferente, la fábrica había cerrado una sección que se dedicaba a empacar un polvo que servía para darle color al plástico. Debido a que harían una limpieza en esa área. A mi turno se le encargo ir a flejar cada componente u objeto para que no se dañara durante la limpieza, ya que esta sería a base de químicos, como si de fumigar se tratara.

Era la 1 am en punto y se me encargo terminar de flejar unas cuantas cajas restantes mientras mis compañeros seguirían con sus labores en otra área un poco más alejada. El cuarto donde me encontraba era muy amplio con luces que detectaban el movimiento, por lo que solo encendían en el lugar donde alguien estuviese trabajando para así ahorrar luz. Estaba en una esquina del cuarto sentado con el plástico para flejar y unas cuantas cajas, recuerdo que me paraba de vez en cuando para que la luz que estaba sobre mi siguiera encendida.

De repente sentí que la temperatura del cuarto bajaba, lo cual me resulto extraño pues el termómetro que se encontraba pegado a la pared seguía marcando lo mismo, 20°C, pero era tanto el frío que podía notar mi respiración en el ambiente, busque algo para cubrirme y encontré una bolsa negra, de esas que usan para la basura, ya iba a terminar el trabajo y me negaba a salir solo para ir por un suéter.

Pasaron 15 minutos más y por fin acabe mi trabajo, me pare de la silla y justo cuando me pare las luces al final del cuarto se encendieron, -que extraño- pensé, pues la puerta nunca se abrió y nadie más había entrado.

No le tome importancia y me resigne a pensar en limpiar los restos de plástico que utilice para flejar las cajas, pero algo llamo mi atención, un sonido muy extraño, una respiración… un jadeo.

De repente las siguientes luces que estaban a como a 20 metros enfrente de mí se encendieron, dejando apagadas las anteriores, sentí un escalofrió en mi cuerpo, una densidad en el ambiente imposible de describir y un frío extremo, era como si estuviera en medio de una nevada.

Las luces se apagaron y se encendieron las siguientes, como si aquello que estaba al final del cuarto se moviera hacia mí, solo estaba a 2 luces de mí, lo que sea que se escondía. –Bien, ¡basta de juegos Gerardo!- grite pero nadie me respondió, había muchas cajas y estantes así que quien quiera que fuese no podía verlo, además reinaba una obscuridad que nos dividía, las 2 luces aun restantes que estaban apagadas. Era parecido a un túnel, solo se podía ver la luz al final.

De pronto se apagó la luz encendida al otro lado del cuarto y se encendió la siguiente al instante. Me asusté mucho y camine muy despacio, me agache y me metí debajo de un escritorio donde se hacían las juntas en esa área. Unos segundos después se apagó esa luz y encendió la siguiente, era como si aquello tuviera la única intención de causarme un gran susto… o al menos eso quería pensar.

-Se escucha cerca- pensé, la misma respiración jadeante se escuchaba aún más cerca, acechándome, ya no distinguía si era una respiración o una máquina. Un sonido que se iba distorsionando entre más tiempo lo escuchaba.

Quise asomar un poco mi cabeza solo para corroborar que era alguien haciéndome una broma de mal gusto. Pues no era solo las luces, si no el frío intenso que se sentía, los sonidos y el hecho de que tuvo que ser planearlo con mucho cuidado, para entrar al cuarto sin usar las puertas que hacen mucho sonido al abrirse. Al instante que asome la cabeza por el escritorio las únicas dos luces se apagaron, dejándome en la penumbra, como no hubiera nadie en la habitación… incluyéndome.

Sin previo aviso algo me sostuvo por mis tobillos, apenas iba a voltear la mirada cuando de la nada jalaron con tal fuerza que caí y mi mentón golpeó muy fuerte contra el piso, me empezó a arrastrar por todo el pasillo que daba a la pared del cuarto, -¡ayudaaaa!- gritaba en vano pues aparentemente nadie me escuchaba. De nuevo giré mi cabeza para ver de qué se trataba pero sentí como clavó sus garras en mi tobillo, salieron lágrimas de frustración y temor, -estoy muerto- pensé, mientras sentía la sangre caer, sangre que iba limpiando con el resto de mi cuerpo.

Seguí avanzando, arrastrado por el pasillo. -¡suéltame, que hice para que me hicieras esto!- grité. Aquella criatura con una fuerza devastadora me lanzó contra un estante tirándome contra él, seguido del suelo. No podía levantarme, sentía que tenía varios huesos rotos, alcé mi mirada solo para observar aquella mórbida criatura.

Era enorme, medía mínimo unos 2 metros y medio, era alto y flaco, una sombra completamente obscura, eso era, respiraba profundamente como si se tratara de un animal o una máquina que ventilaba, y en donde deberían estar sus ojos había un par de cuencas vacías que se veían blancas por dentro.

Solo pasaron un par de segundo pero me distraje lo suficiente para que aquella criatura me atravesara por el pecho, fue un dolor instantáneo que culmino en mi muerte.

Todo estaba obscuro, desaparecí, escuche unas palabras que dijeron, ‘’Pesadilla eterna, ahora eres mío por siempre. ’’

Eran la 1:15 am y desperté en mi silla después de aquella tenebrosa pesadilla, estaba empapado de sudor y temblando, revisé mi pecho, mis pies y mis manos, todo parecía estar en orden. Entonces caí a la idea –solo fue una pesadilla- dije mientras mi ritmo cardíaco disminuía.

Alcé mi mirada, observe por última vez cada rincón de la habitación, la última luz, la última luz de aquella habitación… estaba encendida.

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