Llegaba tarde. Mis piernas hacían el trabajo mientras que a mí me costaba respirar por el esfuerzo. Me mantenía en la acera de la calle subiendo y bajando escalones de las plazas que había. Un semáforo en verde me sorprendió, mis pies inquietos esperaron unos segundos hasta que se puso en rojo. Empecé a correr de nuevo. Miré el reloj de mi muñeca. Ocho minutos. Antes de darme cuenta, estaba en el suelo. Debía haberme chocado con alguien en mi carrera. En efecto, me había chocado. Miré hacia arriba en ese mismo instante. Unos ojos verdes me miraban preocupados.
"¿Estás bien?" Dijo el chico de ojos verdes.
Yo unicamente asentí, intentando
incorporarme."Lo siento mucho." El chico se dio cuenta de mi cansancio y me tendió una amable mano. La cogí con gusto y me impulsé hacia arriba.
"No, fue mi culpa. Debería ir mirando mientras corro." Dije, riéndome un poco. Él esbozó una pequeña y adorable sonrisa. "Muchas gracias por ayudarme." Dije yo. Y me eché a correr de nuevo.
Este torpe acción había durado tres minutos así que me quedaban cinco. No iba a llegar. En la carretera habían toneladas de coches porque era hora punta. Me di cuenta de que debía haber cogido el metro, y me odié por unos segundos al no haber pensado en eso antes. De repente, una moto pitó a mi lado. Miré a mi lado, llevándome una mano al pecho porque me había asustado. El conductor de la moto se quitó el casco, dejando entrever unos rizos castaños. Lo reconocí, era el chico de antes. Yo seguía corriendo y él se mantenía a mi altura conduciendo una Harley.
"¿Te llevo?" Me gritó, sonriendo amablemente.
Miré el reloj. Tres minutos. De haber tenido tiempo hubiera dicho que no rotundamente, pero llegaba muy tarde y era mi primer día. Así que le asentí al chico, dejando ver lo desesperada que estaba por llegar a tiempo al estudio. Me acerqué trotando a la moto que el chico paró, seguidamente subió el asiento y cogió un segundo casco. Bajó el asiento, me lo dio y esperó a que montara. Ya sentada me puse apresuradamente el casco. Él iba a la velocidad máxima así que me agarré muy fuerte al asiento.
"¿Dónde te dejo?" Me dijo él, apenas podía escucharlo.
"El 94 de Denmark Street." Le grité yo. Estábamos muy cerca del estudio y vi su cara de concentración en doblar una esquina. El chico fue disminuyendo la velocidad hasta que paró la moto. Miré de nuevo el reloj. Un minuto. Me bajé.
"Uhm, muchas gracias por traerme." Dije tímida.
"No es ningún problema." Dijo él, con una sonrisa perfecta. No me había dado cuentas antes de lo atractivo que era. Ojos verdes, rizos castaños y labios con forma de corazón."¿Puedo saber tu nombre?" Me preguntó, aún con una sonrisa en su cara.
"Emily."
"Harry."
Sonreí.
"Bueno, Harry." Dije remarcando su nombre " Me debo ir." Dije apenadamente.
"Oh. Lo siento por distraerte. Ten un buen día." Harry dijo mientras se montaba en su moto. "Volveremos a vernos" Dijo, confiadamente y sonriendo mientras arrancaba la moto.
Ojalá fuera cierto.¡Hola! Me llamo Dani. Muchas gracias por leer esta nueva historia y os agradecería la vida si votáis y comentáis y si la compartís entonces os como la cara.
Os quiere,
Dani xx.
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