· Capítulo 1 ·

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Mi nombre es Javier, tengo 17 años. Acabo de mudarme a la ciudad junto a mi madre luego de varios años viviendo con mi padre en el campo. En un inicio no estaba muy de acuerdo con esta idea, pero no soy quien toma las decisiones mayores.
Tengo una hermana menor de 15 años, su nombre es Rachel y el día de hoy iremos a un nuevo establecimiento.

Ya es de día, la luz atraviesa la ventana llegando a mis ojos y provocando automáticamente que me despierte. Me levanto y antes de bajar a tomar desayuno me visto con el nuevo uniforme escolar.

-Buenos días- saludé llegando al comedor de la casa en la que vive mi madre.

-Buen día, ¿Cómo estás para tu primer día de clases en este colegio?-preguntó mi madre poniendo unas tazas sobre las mesas.

-Creo que vivo, aún- respondí entre una pequeña carcajada.

No puedo negarlo, es imposible, pero no dejo de pensar en cuantas chicas bonitas habrán. Si hay varias de seguro tengo opción con alguna, si es una o son pocas, será imposible. También no dejo de pensar en las nuevas amistades que podría tener, son muchas las cosas que me causan emoción, un colegio nuevo, sin conocer a absolutamente nadie.
Me senté en la silla de la mesa y rápidamente comí un pan con mantequilla y tomé una taza de té. Esperé a mi hermana a que terminara su desayuno y algo apresurado me puse en camino al colegio.

-¿Cómo crees que sea?-Preguntó Rachel mientras caminábamos.

-No te puedo mentir, espero que hayan varias chicas bonitas-dije entre carcajadas, pero solo recibí una mirada amenazante.

Llegamos y entramos, me dirigí a mi sala, todos estaban en sus puestos, había llegado un par de minutos tarde.

-"Buenas noches"... Bueno alumnos, a partir de hoy tendrán un nuevo compañero, su nombre es Javier White, espero que puedan llevarse bien con él-El profesor quien soltaba un aura simpático, me hizo elegir un puesto desocupado, habían tres.

Al lado de uno de los puestos había una chica bastante bonita, de ojos claro, de largos cabellos rubios, labios carnosos, era muy bonita, y me miraba directamente a los ojos... En otra parte había una chica de grandes lentes, cabello negro y con una melena. Ojos castaño y se notaba su timidez, cada vez que cruzábamos miradas ella la desviaba. Y por último pero no menos importante... lo que puedo ver es... Miraba por la ventana, desinteresado en la clase, era un chico albino, oji carmesí, era singular. Pensé bien en las tres opciones, y algo me dio curiosidad, por lo que avancé y decidí sentarme. Ese sería mi puesto.

-¡Hola!, mi nombre es Javier, ya lo debiste de haber escuchado por parte del profesor, un gusto...¿Cuál es tu nombre?-pregunté amablemente estrechándole mi mano. El sólo miro de reojo y dijo:

-Mi nombre es Peter Anderson... Un gusto -Estrechó su mano y volvió a su estado de no interesarle mucho.

Las clases continuaron y en las horas de descanso mis nuevos compañeros me ponían al tanto de las materias y actividades que se realizaban tanto en el aula como en el establecimiento de por sí. Les hacía preguntas y ellos respondían con mucho gusto, y en eso les pregunté sobre Peter, el albino con el que me sentaba, ellos me contestaron que no sabían mucho sobre él, era algo distante y muy poco comunicativo, al igual que muy tímido, que en las presentaciones orales solía tener un fuerte hilo en la garganta o no salir por pánico. Así entablaba conversaciones con estos compañeros hasta que pude conocer un poco más a este chico misterioso a través de otros.

-Hey, Peter-le susurré en plena clase. El solo me miró, como diciendo que guardara silencio. Entonces le escribí en un papelito.

-"Hey! Peter"- Esta vez miró el papel y sonrió, agarró un lápiz, escribió algo y me devolvió el papel.

Solo y para ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora