No pensaba que iba a acabar asi, mirándome en el espejo alto y de color cobrizo, tumbado en el suelo, cabeza girada y pelo negro, graso, de lo cerrado y inrespirable aire que rodeaba por la habitación. Un hombre encima mía, de cabello rojo, un color que llamaba la atención desde una larga distancia, un color que describía la persona en sí, un color tan intenso. La piel blanca, casi crema, una nariz delgada, ojos de color avellana, daban una mirada amenazadora, pero no en un mal sentido, en un sentido que te atravesaba la piel, buscando algo. Piel rozando piel, cuerpo rozando cuerpo, era una de esas sensaciones que te daban dardos de placer en la espalda, justo en el centro de la columna. Sus labios estaban hinchados de tantos besos, tantas mordidas, tantas rozadas con metal, su labio superior estaba levemente curvado, creando unos labios perfectos, ni grandes, ni pequeños, justo de lo perfecto. Su cara era redonda, pero refinida, tenia unos rasgos audaces, ceño fruncido y ojos medio-cerrados. Él estaba jadeando, y miro en el espejo, retorciendo la cabeza."Mira eso"
Su voz me daba escalofríos, me hacia temblar con lujuria, la manera en la que sus labios se movian, en la que su lengua chasqueaba silenciosamente al pronunciar 'ra' y como su boca formaba una 'o' al pronunciar 'so'. Eran observaciones tan simples, tan atrayentes.
Siguió mirando al espejo, mirándome fijamente en él, sus ojos ocultos de algo.
Crucé la mirada con la suya en el reflejo de nosotros. Inmediatamente, me acordé de la observación que hizo hace un momento y moví la mirada que tenia del espejo al del que, por casualidad, ya me estaba quemando con cada movimiento inquieto de sus ojos, calculando mi expresión.
"Gee", suspiré.
De repente, lo ví levantarse el abdomen y permanecer en una posición sentada encima mía, conectando mis ojos con los suyos, convirtiendo nuestro acto en algo mas íntimo, mas seguro.
Le ví la boca moverse, como su dientes presionaban su lengua, como su boca formaba una 'o', como su lengua levamente rozaba el techo de su boca y lo soltaba, como sus dientes ligeramente tocaban sus castos labios y su boca medio-abría y medio-cerraba, abriéndolo una vez más y cerrándolo, casi apretándolo.
Puse presión a mi cuerpo, cuando lo último que vi fue una sonrisa.
Una sonrisa tan preciosa, tan pura, única.
La forma en la que torcía su boca.
Esa pureza es algo único.
Algo que nunca tendré.
Algo que nunca apreciaré.
Algo que nunca veré cada segundo de mi vida.
Algo que nunca será mio de nuevo.
Algo que déje caer de mis manos tan fácilmente.
Algo que me hacía feliz.
Algo que me hacía sonreír.
Sonreír con él.
Eso fue real, no una fantasía.
Eso fue mi vida.
Y se me resbaló.
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No Te Vayas {Frerard}
FanfictionEsto es para la gente que se quiere deprimir a las 5:30 de la mañana y llorar por las opciones que pudieramos haber elegido en nuestra vida. ok ok