Cap 3

17 2 0
                                    

Pero lo que en verdad más me hizo explotar fue que Abraham , José , David, y Rovertha le siguieron cantando, en ese momento grite tan fuerte como un trueno que hizo que se apagaran las luces y se oyó una risita, que me di cuenta que era mía, era como si no me controlara yo misma, era como si hubiese un espíritu dentro de mi. Y después, grite más, y más fuerte hasta que explote.
Literalmente explote...

Simplemente mi corazón sentía tanto odio hacia estás horribles, despreciables y aborrecedoras personas que podrían existir en el mundo y están en el mismo lugar que yo que a mi corazón que no pudo soportarlo más y simplemente explotó...

Mis órganos estaban por doquier, en las palomitas, en los asientos, en la pantalla, etc. Pero no me bastó con morir, todavía no sentía ese sentimiento de satisfacción. Así que me zafe de los pedazos de mis órganos y espíritu quedó flotando, me di cuenta de que estaba volando, y que podía hacer lo que quisiera, así que de inmediato se me ocurrió vengarme, así que pensé en matar.

Intenté matar a Ernesto primero porque era con el que estaba más enojada en ese momento y lo logre, le troné la cabeza, se la saque, y se la avante a Paulina, ella se enojó tanto conmigo, casi creo que tenía el mismo odio que tengo yo, así que ella también explotó.
De ella salió un espíritu como el mío, y del cuerpo de Ernesto también salió su espíritu, porque su sentimiento de odio era tan intenso que después de que lo haya matado, su corazón también explotó.

Después fui por Rebeca y Arturo que se estaban escondiendo, quería que se convirtieran también en espíritus como yo así que les dije que maté a sus padres antes de venir aquí, y se la creyeron. Y explotaron e hice lo mismo con Diego y Sofia.

Abraham, Valeria, Marco, Fer, Hernán, Karol, Leo, José, David y Rovertha los asesine uno por uno, lenta y dolorosamente, con tanto odio que casi se compara con el que se podía sentir yo en este momento hacia los demás.

LA ODIOSA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora