Un encuentro inesperado.

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Eduardo un hombre de treinta y cinco años, de una barba abundante y negra y ojos verdes, con piel morena y contextura musculosa, es un gran arquitecto de la ciudad de medellín, ha hecho los mejores planos de edificios y casas de la ciudad, pero en su mente siempre tuvo el gran sueño de realizar el plano de un rascacielos, sueño qué todavía no ha cumplido.Bueno acá les narrare un día normal en la vida de Eduardo:
En un día, en donde la mañana tiene un sol radiante y un cielo despejado sin ninguna nube, Eduardo tiene qué levantarse a trabajar y hacer cosas pendientes, Eduardo siente qué las cobijas lo atrapan lentamente a la cama, pero el decide levantarse, después de pelear con el dilema de levantarse o quedarse otros cinco minutos descansando y mamando gallo. Eduardo se baña y se alista, pero lo deja sorprendido qué empiezan a tocar la puerta de forma repetitiva y fuerte como si necesitaran qué abriera de forma urgente, pero lo qué más sorprende a Eduardo es qué a él casi nunca le tocan la puerta y menos de esa forma en la qué la están tocando, Eduardo siente qué la frecuencia tan fuerte y repetitiva con la qué tocan la puerta, es tan acelerada como los latidos de su corazón, Eduardo baja apresurado con pequeñas gotas de sudor en todo su rostro y el corazón acelerado y abre con los nervios de punta, y Eduardo queda impactado al ver la imagen de una mujer desnuda con todo el cuerpo y cara de azul, con manchas rojas en todo el cuerpo, y con los senos firmes y voluptuosos, y con dientes afilados y largos, con una lengua larga y gruesa, y los ojos verdes oscuros.La mujer o criatura se le acerca a Eduardo y le pasa la lengua por las orejas y se acerca con la intención de morderle todo el cuerpo, pero a Eduardo le invaden los nervios y sale corriendo desesperado y sale de su casa (la casa de Eduardo, se parece más a una mansión qué a una casa) y queda en medio de una carretera en donde ve qué un carro lo va a atropellar, cuando de repente pega un brinco en su cama y despierta sudoroso y agitado dándose cuenta qué todo era un espantoso sueño.

Eduardo se alista para ir al trabajo, pero con el miedo de abrir la puerta después de tan espantoso sueño, se pellizca para verificar qué ya esta en la realidad y no en una pesadilla, sale al garaje para sacar el carro, qué es mas bien una camioneta simple sin nada del otro mundo, Eduardo sale y va al trabajo,una vez llega a su lugar de trabajo, qué es una empresa de construcción, en donde el es el qué hace los planos de las próximas construcciones de una zona urbana qué esta abandonada, trabajo en el cual lleva cinco años, y en donde se ha destacado como uno de los mejores arquitectos de medellin, por su magnifica creatividad a la hora de trazar próximos planos de edificios y zonas casi abandonadas en donde gracias a Eduardo, se convertían en zonas urbanas, habitables, y turísticas. Eduardo se encuentra con esperanza su compañera de trabajo, Esperanza se caracteriza por tener un buen cuerpo, un cabello largo y castaño, los ojos azules, los dientes fuertes y blancos, y una mirada picara y cautivadora.Esperanza se acerca a Eduardo de forma atrevida y con una sonrisa de oreja a oreja y le pregunta:

-hola.Qué pasa? Veo qué no has tenido una buena noche.

-No, no la he pasado muy bien, no te imaginas lo malo qué la he pasado, tuve un sueño muy extraño.

-mmmm, qué paso.

-me soñé con una criatura o mujer (si así se le puede llamar) con unas características todas raras en su cuerpo, como manchas de colores en todo su cuerpo y unos dientes afilados, qué me querían morder, y el cuerpo de un color azul oscuro.

-Vaya! Me imagino qué por eso no dormiste bien, con esos sueños tan peculiares.

-No! Y eso no fue lo peor!, lo peor fue qué salgo apresurado y corriendo tratando de escapar de esa criatura y veo qué un carro, más parecido a una camioneta me iba a atropellar, y ahí fue cuando me desperté y me di cuenta de qué todo era un terrible sueño.

-mmmmm, y como hiciste para acordarte del sueño

-Lo anote, en una libreta, antes de venir al trabajo, para qué no se me olvidara, y lo quise dejar por escrito, ya qué es el sueño más extraño qué he tenido en toda mi vida.

De inmediato Esperanza en tono interrogativo, le dice:

-cuando se tienen esos sueños, o mejor dicho pesadillas es porqué hay algún sentimiento de culpabilidad.

Eduardo muy nervioso contesta:

-No, para nada, no tengo nada qué ocultar, creo qué son las pastas qué me estoy tomando para el insomnio.

-mmmm, pobre cito, has tenido un mal día, qué te parece si terminamos de revisar algunos planos, y a la salida te invito a un café.

-Esta bien, gracias.

En el fondo esperanza quería tener algo más qué un café.

Una Tortura A La ConcienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora