-Sirenas-Tres deseos.

Capítulo 1

El 13 de diciembre, el día se puso gris, el aire se sentía a muerte, era mal prestigio, los pueblerinos serraron sus establecimientos, las personas corrían aterradas ellos también lo presintieron, a lo lejos se alcanzaron a ver barcos, pero no eran cualquier barco eran grandes barcos vikingos. Existían solo pocos barcos vikingos que aun hacían expediciones y robaban, pero la mayoría sabía que los únicos barcos vikingos que llegaban a Gruterger eran de Cronos un hombre bastante alto con aspecto muy fornido, hombros anchos gran cabellera de color rojiza y una inmensa barba en la cual podía esconder un ataúd o una persona o una persona en un ataúd, tenía uno ojo de color verde, un solo ojo pero muy expresivo, en el ojo de lado derecho traía un parche, ya que él nació sin un ojo y sin una pierna por eso usaba una pierna de palo, más que un vikingo se parecía a un pirata.

En el primer barco que se divisó tenía una sirena en el frente, pero esa sirena era solo huesos y de color gris, solo su melena la conservaba de un color rojizo, dicen que esa sirena era la reina de las sirenas, otros dicen que era la amante de Cronos él capitán del barco que atacaron el puerto, matando a mujeres y niños sin piedad alguna, apoderándose de todo, casas, comida, mujeres, vino, diamantes, oro y plata, pero ellos no buscaban nada de eso, ellos querían una isla...la cual contenía todo el oro, plata, diamantes, joyas y monedas de oro que pudiera existir en este mundo, el único lugar donde podía conseguir información era en la cantina "el oasis". Donde el anciano, dueño sabía dónde se encontraba cada isla desde la isla donde vivía el rey hasta donde no había humanos si no creaturas inexplicables.

Nicholson era anciano un vejestorio de hombre, era flaco y con piel arrugada, era el único que había recorrido todas las islas, sus historias eran oro, ninguna como las que él contaba, ese hombre era un libro de gran sabiduría, pero él tenía un secreto como todos. Muchos dicen que una bruja lo hechizo y otros dicen que se enamoró de una sirena y que él no podía morir, era inmortal, por eso todos los buscadores de tesoros acudían a él y Nicholson les decía o eso les hacía creer.

-Nicholson dime de una vez donde se encuentra la isla – reclamo Cronos con esa voz grabe y maliciosa – anda amigo mío nadie más sabrá de esa isla, acuérdate que yo siempre gano, me dices por las buenas o me dices por las malas, ¿tú que decides?

-No te diré, ni por las buenas ni por las malas, será mejor que vengas otro día o tal vez mejor ya no vengas, últimamente salir en este clima es malo – hacía cuatro días que había hielo en el mar y grandes relámpagos azotaban día y noche y nunca dejaba de llover.

-Me da igual que el clima este mal, además me encanta los retos, lo imposible para unos para mi es posible, así que te lo repetiré una sola vez mas o me llevare a tu hija o más bien a esa maldita mujer de mierda que cuidas como si fuera tu hija y resulta que ella se acuesta con todos los hombres que llegan a esta cantina – todos en la cantina se rieron junto con Cronos de aquel hombre anciano.

-En primer lugar, ella nació y creció aquí yo la crie con los valores justos y necesarios, pero ella decide qué hacer con su vida, y en segundo lugar trátala como se debe, este lugar no será la Iglesia, pero hay que tener respeto al alcohol que te tomas como si fuera agua – era un hombre cascarrabias la mayor parte del tiempo, pero con su hija nadie se metía ni la insultan.

-Si tienes razón – se burló de aquel hombre – me la he cogido muchas veces que ya no recuerdo nada de ella, porque ella no sabe cómo satisfacerme yo necesito una mujer no una escoria, una prostituta, ja, estúpido anciano, soy mejor que tú. - todos los de la cantina se burlaron, que bueno que no se encontraba Anabel su hija, ese día le tocaba hacer la comida para todas las mujeres que trabajaban en aquella cantina.

-Pues mejor cambias de cantina o de plano te coges a la sirena que llevas en tu barco – le respondió el anciano, Cronos se puso tenso.

-Maldito hijo de...