La 4ta semana

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Lunes, martes, siempre igual, sentía que el mundo era como una fábrica, todos como robots con tareas predeterminadas, buscando la solución más fácil a un problema algebraico, o intentando comprender si la 1ra guerra mundial fue una catástrofe, sentí que yo era el único cuerdo, nos estaban enseñando a ser uno más del sistema para que el rico se haga rico y el pobre se conforme, ¿porqué nos enseñan a pensar diferente, a criticar el sistema, si al final no nos enseñan a actuar? Un colegio es como una mina, donde para trabajar hay que pagar para que ellos puedan encontrar a sus genios que hagan progresar a la humanidad. Tantos años de evolución y errores, para estar desperdiciando nuestras capacidades, par deshumanizarnos; nos muestran los horrores más terribles que han sucedido en la historia para que si nos llega a suceder pensemos "es normal", nos enseñan a adueñarnos de problemas que no son nuestros, a combatir cosas que no llevan a ninguna parte, en serio debemos preocuparnos por unos numeritos? Cuando lo verdaderamente importante sucede afuera o incluso frente a nuestras narices, pero nuestros ojos están segados por la meta de crecer y trabajar para pagar rentas y caprichos; la vida nos pasa por delante, se ríe de nosotros, y se va lejos para darnos cuenta cuando somos viejos que nunca hemos vivido.

El miércoles el mismo mal estar se apoderó de mí, sentía como si en vez de sangre fuese formol lo que corría por las venas de mis brazos, de repente !Boom! La habitación otra vez, esta vez podía sentir el frío surcando mi cuello aunque afuera de mi mente hacia un calor inmunda mente húmedo, había frente a mí una silla de madera, era como de abeto, mi bombilla apuntaba a la silla. Por suerte salí de allí pronto, y estaba otra vez en la camilla, con un dolor de pecho que no podía conmigo; estaba frente a mí una chica, se me hacían familiares esos ojos verdes que me miraban inquietantes, la conocía pero en ese momento no conectaba muy bien.
Recuerdo que me ayudo mucho, claro está que me tranquilizo, me decía que le describiera cosas, mi mente no daba para mucho pero ella me sonreía y me invitaba a seguir intentándolo. Ella no era la única que recuerdo, Diana la psicóloga me miraba con cara de preocupación, es más seré sincero me parecía patética, sé que ella no quería o si?habia detrás de ella algo más, incluso llamó a mi casa incontables veces para preguntar por mi, ella pensaba que me transmitía "tranquilidad emocional" y que "yo le tenía muchísima confianza", incluso le dijo a mi abuela que se sentaba conmigo en el suelo de los descansos (nada que ver), quizá es porque ella se sentía importante y necesaria al tener que cuidar de alguien (típica problemática de una mujer de esa edad a la que los hijos ya son grandes y se siente sola), en fin, que yo me partía de la risa (claro está que no frente de ella).

Si es necesario saber algo feo esto lleva nombre y apellido <<Tarde del jueves 4 de agosto>>, lo peor hasta el momento.
Estaba jugando fútbol con unos "panas" y me empecé a sentir mareado, mucho diría yo, mis "panas" me decían que descansara para que no me volviera loco, pero ya lo estaba, el mundo se movía raro, de pronto sentía que la fábrica se había puesto oscura y que el sistema se cayó por unos instantes, la gente era "normal" todo muy extraño. Llegue a la piscina y me senté junto a una pared, todo vibraba de forma excepcional, los "panas" me veían y decían que fuese a enfermería; me pare, iba a tomar agua y de la nada !Boooom! La habitación, pero no duró nada porque volví, lacia tirado en el piso, así que tambaleándome me pare y me senté, me temblaba todo. "Oye si no estás bien vete" escuche por ahí. Yo por mi parte no pretendía quedar inútil, así que reuní fuerzas y me dispuse a tomar agua, !boom! De nuevo, me levanto y alguien me come del brazo y me guia hasta la fuente, "¿seguro que estás bien?" Me dijo "claro" respondí llegue a la fuente y me empape en agua. Camine un poco y como cosa rara de nuevo, esta vez me levante y una chica me miraba con una cara de extrañeza, sus ojos me lo decían todo "que decepción" luego pude reparar en que era la misma amiga que me había salvado la vida el jueves pasado. Me acosté y recuerdo que ella dijo "vamos a cantar" a lo que le dijeron "y que pretendes cantar" y dijo "baila tu cuerpo alegría Macarena" me alegré un poco porque por lo menos estaba intentando apaciguar un poco todo. Escuche al profesor llamarme a lo cual salí a ver porque me llamaba, las dos personas al lado mío me cuidaban si algo volvía a pasar, llegue donde el profesor de natación que me pregunto qué me pasaba a lo que respondí con un mísero "bien" luego el de Ping pong y el mismo procedimiento, solo que esta vez me quede en la habitación un largo rato, repare en que había alguien sentado en la silla y alguien que por detrás me agarraba fuertemente contra la silla, del mundo real no recuerdo mucho, solo que estaba en una silla de ruedas y luego en un carro, cuando entre al carro empecé a volver, pero la información entraba por montones, sacaba cálculos matemáticos y observaba como las placas y las marcas de los coches se me grababan en la cabeza. Desperté al fin en una camilla de la clínica con un montón de aparatos encima y un tubo en la nariz, total en la clínica me dijeron que no tenía nada. Mucha gente le preocupe tanto, tanto que solo una persona me escribió, ósea no me gusta que se preocupen por mí, pero un "oye, ¿cómo estás?" No viene nada mal, es necesario saber que solo la "chica Macarena" me escribió.

El viernes fue casi una copia del miércoles, me dio en el descanso y muchas personas preguntando "que te pasó", claro no se hicieron faltar las burlas de "hey cuidado te va a dar otro ataque" cuando me tropezaba o solo me paraba, en mi mente estaba yo con una "arrechera" que me invitaba a matarlos allí mismo, esa vocecita me decía "un imbecil como ese no merece vivir".

Diario de un esquizofrénico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora