Tres Años.

Capítulo Único.

El despertar con tu compañía me causa tranquilidad...

La alarma del despertador sonó desde la habitación de aquel rubio. Podía escuchar levemente el sonido salir desde su habitación.

¿Cuántas horas llevaba ya despierto?

¿Dos... Ó quizá tres?

Era imposible adivinarlo... Ni siquiera había visto la hora cuando se despertó.

No podía dormir, eso se había vuelto costumbre desde hace 3 años.

¿Oh... Tres años...?

¿Tan poco tiempo había pasado...?

Para el rubio esos tres años habían sido los más largos de toda su vida y la que quedaba por vivir.

Dejo la taza de café a la que recién le había dado un último trago en la mesa, desde hacían tres años aquel sabor se le hacía cada vez más y más desagradable, más sin embargo, no dejaba de tomarlo todas la mañanas y comprarlo siempre que iba al supermercado.

"La costumbre, quizá". Pensaba en sus adentros siempre que se encontraba echando el frasco de café en su carrito de supermercado.

Tomó sus lentes de la mesa y se los pusó lentamente.

Se levantó sereno de la mesa para lavar la taza que recién había utilizado.

Observó a través de la ventana la fría mañana. Era una mañana nublada y lluviosa.

"Apuesto a que ese idiota estaría encantado de salir a correr con este clima". Pensó en sus adentros sin expresión en su rostro.

Terminó de enjuagar aquella taza y se decidió a ir hacia su habitación, aún traía puesta su pijama gris, incluso después de despertarse se había bañado, sólo debía cambiarse ahora.

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ーIdiota... ¿Quieres dejar de moverte?ー. Regañaba el rubio mientras enjuagaba la cabeza al más bajo de ojos azules.

ー...ー el azabache se mantenía en silencio mientras agachaba la mirada sentado de espaldas al rubio. No quería hablar en ese momento.

ーTe he dicho que no salgas cuando llueveー. Musitó el rubio mientras seguía masajeando suavemente el cabello del azabache. Nunca se causaría de la suavidad de éste.

ー...ー no hubo respuesta alguna.

El rubio siguió con lo suyo en silencio.

Lamento no poder contestarte, pero estoy demasiado ocupado preocupándome por cosas que probablemente para ti no tendrían sentido...

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El rubio se dirigió hacia la sala para buscar su reloj de mano.

Era un objeto sin el que nunca salía, ese día, por supuesto, no sería la excepción.

Pero simplemente no lo encontraba por ningún lado.

ーDebería estar aquí...ー murmuró al echar un vistazo a la mesa de centro.

Decidió arrodillarse y buscar bajo el sillón para encontrarse con algunas revistas de voleibol debajo de aquel mueble.

Aquel rubio decidió dejarlas ahí aún.

No entendía del todo porque seguía guardandolas desde hace tanto tiempo.

Decidió echar otro vistazo a algunos cajones y ahí encontró su apreciado reloj negro. De inmediato se lo puso en la muñeca izquierda y lo acomodó bien para estar cómodo.