Viviendo con el Playboy (QP2)

Capítulo 3.

- ¿Familiares de Riley? - Preguntó mirando hacia un lado y al otro.

- Sí, aquí - Dije corriendo a su lado.

Este se miró los pies, en ese momento supe que algo iva mal.

- Riley ha entrado en coma, tenemos que intervenir por su hija, sino corren peligro las dos. - Este no paraba de mirarme.

- Esta bien. - me costaba asimilarlo, mejor dicho, no podía asimilarlo.

Salí fuera de aquel hospital, necesitaba aire, olvidarme de todo quizá.

Cerca de allí había una taberna.

Entre, con los ojos algo nublados, pero pude contenerme.

- Una aquí - Dije sentandome en un taburete y dando un golpe en la barra.

Dos.

Tres.

Cuatro.

Cinco.

Seis.

Siete.

Sentí un ligero cosquilleo por todo el cuerpo.

Mire el reloj, habían pasado tres horas.

Mierda, mierda, mierda.

Salí corriendo de aquel lugar, sin pagar, entre en el hospital.

Me dispuse a buscar al doctor que me había atendido antes.

Estaba mareado, y notaba la presion de la mirada de la gente clavada en mí, me podía imaginar el porqué.

- ¡Doctor! - Exclamé y corrí hacia él levantando la mano para que me viera.

Este agachó al mirada algo triste.

- ¿Ocurre algo? - Pregunté preocupado.

Todo el efecto que habían obtenido en mi las cervezas que me bebí antes, ahora había desaparecido.

- Su hija esta bien, pero su mujer.. - Suspiró aun con la mirada clavada en el suelo. - ha muerto. Lo siento, lo hemos intentado todo, no hemos podido hacer nada.

Varias lagrimas hacían una carrera por mis mejillas, una carrera horrible con un final gris.

Corrí hacia la sala de operaciones, y allí estaba ella, con su largo pelo colgando de aquella camilla, acaricié con las yemas de mis dedos desde su pelo hasta su ombligo, no podía creermelo.

Salí de allí y me dirigi a las incubadoras.

Allí estaba mi pequeña, todo plan de nombre que tuvieramos, ahora había cambiado, se llamaría Riley, como su preciosa madre.

Entre y la cogí, es increíble tener esta sensacion, aunque alguien muy importante deje un vacío en ti.