Dream Diary

Purity - Parte 2

Lo que vi me había afectado en gran medida. Era difícil no pensar en ello, considerando que no había otra cosa en qué distraer mi mente. Las imágenes aparecían constantemente. Tal vez mi memoria me fallaba entonces, como siempre, pero estaba segura de que algo malo había sucedido. Tal vez, alguien había tenido un horrible accidente. Tal vez alguien había caído desde una gran altura. Tal vez... alguien había muerto y yo lo había visto. Pero lo que consideraba peor era la reacción de los demás en ese momento. Casi como si no hubiera pasado nada. Esas ideas me mantenían despierta. No podía dormir, y si lo hacía, horribles pesadillas me despertaban de inmediato. A veces el cansancio era demasiado como para despertar. Estar en solitario, encerrada en este lugar, me estaba volviendo loca.

Seguí con esa rutina por un tiempo hasta que algo extraño sucedió una noche. Estaba casi dormida, sentada en el suelo a un lado de mi cama, cuando escuché que mi puerta se abría. Eso bastó para que mi cansancio se fuera, y esperaba con miedo a que alguien apareciera y algo horrible pasara conmigo. Escuché cómo alguien entró, pero no duró mucho dentro de la habitación. La puerta quedó abierta. No sabía qué hacer, si salir o quedarme. Permanecí inmóvil y en silencio por un rato, pero eventualmente mi curiosidad me hizo asomarme fuera de mi habitación. Seguía sin ver alguna persona alrededor. Después de pensarlo un poco, decidí salir. Cualquier cosa que fuera a pasarme iba a suceder dentro o fuera de ese horrible cuarto blanco.

Afuera apenas si estaba iluminado, pero podía distinguir mi alrededor. Estaba desierto. Me asomé a las habitaciones que tenía cerca. Algunas tenían las puertas abiertas, y no había nadie dentro. Sabía muy bien que alguien ocupó antes la habitación, y ya no estaba. Fuera lo que fuera que le hubiera sucedido, pronto pasaría lo mismo conmigo.

Estuve sentada dentro de la última habitación en la que había entrado, casi a punto de quedarme dormida de nuevo. Al principio pensé que lo imaginaba, que era producto de mi cansancio, pero luego me di cuenta. Pisadas. Alguien se acercaba a donde yo me encontraba. No sabía cómo o qué había hecho yo, pero se habían dado cuenta de mi presencia. Mi instinto me hizo esconderme debajo de la cama. Intenté no hacer ruido, no llorar, no moverme. Pretender que ni siquiera existía. Vi su sombra, primero en la puerta, luego justo enfrente de donde me encontraba. Cerré mis ojos y esperé lo peor.