Tenía una vida sencilla, fácil. Vivía con mis papás y Tomas mi hermano. Teníamos un perro, pero mucha importancia no le daba. Mi familia era muy unida, estábamos casi siempre los cuatro juntos. Congregábamos en una iglesia cristiana más de dos veces a la semana, seguro y nos llevábamos muy bien, siempre salíamos a algún lado, a cenar o a pasear, yo escuchaba a mis amigas decir que se peleaban con sus papas o que no se hablaban por días y a mí no me pasaba, ósea no éramos la familia perfecta, pero no teníamos muchos problemas. Yo no las entendía, no sabía que decirles. Para mí era fácil llevarme bien con ellos, siempre hicieron todo para que Tomas y yo estemos bien, no nos falte nada y seamos felices. Eran definitivamente los mejores papas que nos podrían haber tocado.
Debajo de mi casa vivía mi abuela, ella era la persona más admirable que conocí en mi vida, le habían pasado muchas cosas en su vida, pero, sin embargo, seguía de pie, era como un ejemplo de vida para mí, era la típica abuela compinche que siempre nos malcriaba, bueno, como todos los abuelos. Pero ella conmigo tenía una conexión especial, era como mi otra mamá, pero una que me dejaba hacer lo que quería. Siempre la pasaba bien con ella.Los domingos siempre íbamos a la casa de mis abuelos, éramos una familia muy grande, muchos tíos, muchos primos, era genial, las risas no faltaban nunca y los gritos tampoco. Nos llevábamos muy bien entre todos. No importaba si no entrabamos en la mesa, lo importante era estar todos juntos, unidos. Mi familia era una parte muy importante en mi vida, eran los que me conocían enojada, de mal humor, feliz, triste, despierta, dormida, para arriba, abajo, de cabeza, de todas las formas posibles ellos me conocían, y me querían igual, con los millones de defectos que podía llegar a tener.
¿Ven? No era difícil mi vida, tenía una vida feliz, con una familia feliz y todo a mi favor. Mi mayor problema era saber que iba a ser cuando sea grande, ya que cambiaba de profesión cada veinte minutos, saber que ponerme para salir, o cómo hacer para que un día con humedad mi pelo no parezca el del rey león. Típicas cosas de una chica de 14 años. Nunca pensé, ni siquiera me imaginé que toda mi vida fácil y feliz podía cambiar de un momento a otro. Asi como estaba me gustaba, no quería que cambie, sin embargo, cuando menos lo esperas la vida se convierte en un sube y baja, y si toda tu vida habías estado arriba, bien, sin problemas, estaba llegando el momento de estar abajo y es ese momento en el que no sabes que hacer."Desde los extremos de la tierra, clamo a ti por ayuda cuando mi corazón esta abrumado." Sal 61:2.
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Solo Fe.
Short Story¿Cuántas veces hablamos sin saber? ¿Cuántas veces pedimos cosas, pero no estamos dispuestos a tolerar lo que viene? Cuando el 31 de diciembre todos decimos, espero que el próximo año me sorprenda, quizás no es lo que en realidad queremos. ¿Las sorpr...