Scared, Angel?

Capitulo 1

Este relato empieza justo después del final "No conocía un mejor presagio"

Me aparté de Patch un momento para mirarle a la cara pero él me mantuvo cerca, acariciando mi espalda.

–¿Y ahora que hacemos? – pregunté, podíamos hacer lo que quisiéramos, no teníamos ninguna obligación salvo amarnos mutuamente.

Me respondió con un beso y más caricias, por todas partes

–Vamos a casa, Ángel –respondió cuando se despegó

***

Mis ojos se adaptaron a la luz y vi donde estaba. En la cama de Patch. Pero esta vez no estaba sola o había una línea de "no cruces". Patch estaba fuertemente agarrando mi cintura, como si temiera perderme. Quise darme la vuelta pero una voz me interrumpió.

–Buenos días Ángel – susurro Patch mientras abría los ojos, me di la vuelta completamente y junte nuestros labios, lo que le impulso a sujetarme aún más fuerte – Te amo

–Te amo – repetí, mi vida ahora mismo sólo se podía describir con una palabra:

Perfecta

–Recuerdas cuando mencioné que tu y yo en mi cama sería un día muy productivo? – empezó a acariciar mi espalda nuevamente y me dedico una sonrisa pícara y arrogante, de las de antes –Pues hoy vamos a tener un día muy productivo.

Se pasó toda la mañana, o tarde, daba igual, besándome, no sólo en los labios, recreándose en la sensación del contacto físico.
En algún momento mi teléfono sonó y Patch casi se negó a soltarme. Era un mensaje de Vee y otro de mi madre:

NORA DONDE ESTAS, LLAME A SCOTT PERO TAMPOCO RESPONDE

Scott.
La simple mención de aquel nombre iluminaron los acontecimientos de anoche. Scott había muerto, por mi. Siempre se lo agradeceré y nunca será suficiente.

VOY A TU CASA EN 15 MIN- teclee. Tenía que hablar con ella y explicarle, en persona, el desafortunado incidente.
Patch posó sus manos sobre mis hombros y lentamente besó toda la curva de mi cuello.

–¿Quien era?–murmuró, empezó a frotar cariñosamente sus manos en mis brazos.

Me dí la vuelta, tenía que hablar con Vee por mucho que quisiera quedarme aquí con Patch.

– Vee – susurré –Pregunta por Scott

Patch me soltó y me miro a los ojos. Sabía que tenía que hacer esto sola.

–¿Quieres que te lleve?– su mirada implicaba que no quería que hiciera esto sola

Asentí levemente

***

Hice sonar el timbre. A pesar de que sabía que Patch estaba detrás mío, mi dedo tembló al contacto del timbre.
No sabía como decírselo sin recordar las últimas palabras que pronuncio en mi mente, o cuando Dante giró la espada en su pecho acabando completamente con su vida.
Vee abrió la puerta y percibió inmediatamente el ambiente funerario.

–¿Nora?¿Estas bien, y Scott?

Le dirigí una mirada a Patch para que se fuera. Por mucho que yo supiera que él me apoyaba esto era entre Vee y yo.

–Vee...– empecé, todavía no tenía claro como comunicárselo. Decidí hablarle mentalmente.

Anoche Dante estuvo a punto de matarme - cada palabra que pronunciaba era como arrancarme un trocito de piel, lento y doloroso.

Scott acudió en mi ayuda–las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas–No sobrevivió– intente ahogar un sollozo pero me fue imposible.

Vee se quedó, mirándome esperando algo, como si no fuera real. Lo era.

–Pero...eso es imposible. Scott es nephilim, como tu y yo.

–Lo siento Vee –la abracé, más bien buscando mi consuelo antes que el suyo.

–Necesito estar sola– y antes de que pudiera replicar cerró la puerta entre nosotras.

Escuche un sollozo, luego dos, tres. Tenía razón. Era mejor dejarla en paz.
Salí del edificio. El frío otoñal cubrió mi cara, Patch me esperaba en la entrada.
Enrollé mis brazos en su cuello, ahogando mis lágrimas en su hombro. El abrazó mi cintura con inseguridad, como si no supiera como manejar la situación.

Me aparte para mirarle a los ojos, reflejaban tristeza y empatía por mi pena.  Se podía leer en ellos: "¿Estás bien?".

–Tiene que asimilar el dolor– respondí

–Como tú

Lo había adivinado antes que yo, lo que me hizo tardar unos segundos antes de responder.

–Podría haberle salvado

–Tal vez, pero lo que importa es que murió salvándole a ti. Yo también tengo cosas que agradecerle.– Creo que me imagino a que se refiere.

La espada de Dante tronchandose nuevamente en el pecho de Scott. Me forcé a disipar esa imagen de mi mente y una de mi madre apareció. 

Mi madre.

 No sabía donde estaba y estará histérica buscándome. Saque mi móvil y la llamé, cuando respondió se podía percibir la desesperación y la rabia en su voz:

"Nora, donde estas? ¿Estas bien?"

-Mama estoy bien. Cálmate

"Llevas días fuera de casa y quieres que me calme?¿No estarás con Patch?"

Eso ultimo que dijo me dejó callada unos segundos, aguantando las ganas de colgarla. 

–Te prometo que estoy bien. Cuando llegue a casa hablamos.– respondí evasivamente

"¿Cuándo llegas a casa?¿Nora?"

–Adiós mama, te quiero- y colgué antes de que dijera algo

Alcé la mirada y vi a Patch muy cerca de mi rostro. Sentí un calor recorriendo mi cuerpo como sí de miel se tratara. Antes de que ningún impulso me forzara a lanzarme a Patch en medio de la calle, delante de la casa de Vee que casualmente estaba llorando, gesticule:

–Vamos a tu casa

–Nuestra casa, Ángel – corrigió

***

–Que raro se me hace no tener ninguna obligación – comenté mientras atravesaba el umbral de la puerta de la casa de Patch, no, nuestra casa.

–Estas bien, Ángel?– pregunto Patch –Aunque no lo parezca siento lo de Scott, era tu amigo y se que te duele su muerte.

–Yo ahora quiero olvidarlo todo –lo agarre por la nuca y moldee sus labios a los míos. Él me abrazó por la espalda, apretándome contra su cuerpo. Enrolle mis piernas en su cintura– Esta mañana dejamos algo a medias

Patch se encaminó a su habitación con la cama de sábanas negras de seda. Incluso las echaba de menos. Cuando entró se le quedó una cara atónita. Me baje de él y comprendí.
Dabria.

Esto es un capítulo piloto. Quiero decir, un capítulo de prueba para ver si este relato recibe apoyo. Si es así, continuaré escribiendolo... Si no, lo dejaré aparte hasta encontrar un hueco (que puede ser mucho tiempo)