Capítulo I

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En las afueras de la ciudad, una pareja se encontraba de día de campo haciendo un picnic, hablaban animadamente de cualquier cosa que se les venia a la cabeza.

— ¿no te gustaría volver? —pregunto un hombre joven de cabello negro, ambos se encontraban acostados en el césped mirando las nubes.

— ¿volver? ¿para qué? —pregunto una joven mujer pelirroja con desinterés.

— no lo sé, tal vez para que visites a tus padres, a tus amigos —le respondió su contrario, la palabra amigos resonó en la cabeza de la chica, esa palabra le traía malos recuerdos de su pasado— ¿qué pasa? —le pregunto mirándola a los ojos— pareciera que te aterra la idea de volver —le dijo mientras sentía preocupación por ella.

— no pasa nada mi amor —respondió dándole una dulce sonrisa para tranquilizarlo— yo no tengo problemas en regresar, solo que me gusta mucho estar aquí contigo —le explico mientras aun acostados lo abrazaba y recargaba su cabeza en su pecho.

— esta bien —dijo dándole un beso en la cabeza— te amo mucho, eres mi alegría —término de decirle muy feliz de tenerla a su lado, ambos sonreían— me alegra haberte conocido, y todo gracias a que te enviaron a un internado para chicas hace años —le dijo abrazándola tiernamente.

Ambos se quedaron así por un buen raro mas. Unos momentos después empezó a oscurecer, los dos se levantaron, tomaron su cosas y se fueron a sus casas.

Iban en el auto del pelinegro, estaban muy contentos, pasaron por un largo camino de al menos cuarenta minutos y finalmente llegaron a la ciudad, el pelinegro fue hasta la casa de su dama y al llegar el bajo primero para abrirle la puerta a la chica.

— gracias mi vida! — respondió amable ante el gesto del joven, los dos fueron tomados de la mano hasta la puerta de aquella gran casa de color blanco.

— te extrañare mucho —le dijo el joven estando frente a ella mientras le daba un beso en la mejilla.

— pero querido! Jaja, si nos veremos mañana en el trabajo —le contesto la chica alegre de saber que su pareja la quiere, ambos se fueron acercando cada vez mas, hasta que sellaron sus labios en un tierno beso.

Se separaron después de unos segundos, ambos se sonrieron muy felices, se despidieron y la chica entro a la casa cerrando la puerta tras de ella. Fue hasta las escaleras y subió al segundo piso, camino por el pasillo aún con una sonrisa en su rostro, entro en una habitación y se tiro en la cama, se quedo pensando hasta que se quedo dormida.

(...)

La chica despertó por una extraña sensación, un frío había recorrido su cuerpo, miro la ventana y noto que era de noche, su reloj marcaba los doce en punto, era la media noche, justo iba volver a dormir cuando frente a su cama mira una silueta blanca de una chica.

— WUAH! TÚ QUIÉN ERES?! —pregunto muy asustada la joven.

— debes volver, tú destino se esta alterando, y solo tú puedes hacer que vuelva a la normalidad —respondió simplemente aquella silueta.

— qué?! De qué hablas?! Debo estar soñando! —dijo tocándose la frente para revisar que no esta enferma.

— tú vida no debe seguir así, por tu bien y tu felicidad, hasme caso, vuelve a Senland y remienda el vinculo —dicho eso aquella extraña figura desapareció, la joven no logro dormir muy bien después de eso.

(...)

A la mañana siguiente, la chica no se levanto de su cama, duro toda la noche en la misma posición, sentada mirando la pared, no pudo conciliar el sueño en toda la noche, ella pensaba que tan solo habían sido imaginaciones suyas.

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⏰ Última actualización: Jul 13, 2017 ⏰

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