Capítulo 3

177 22 2
                                    

Narra Izaya

No fui capaz de cerrar los ojos mientras tenía a Shizuo sobre mí inmovilizándome completamente y besándome. Al contrario, los abrí como platos. No me creía lo que estaba pasando y, aunque se sintió muy bien, muchos pensamientos pasaron por mi cabeza. Me sentí incapaz de moverme ni hacer nada cuando lo vi levantarse agitado, lo único que pude hacer fue quedarme con la mirada perdida y rozar mis labios con los dedos para preguntarme de nuevo qué fue lo que acababa de pasar.

Creo que oí a Shizu-chan hablar por teléfono con alguien, y cuando se marchó minutos después me sentí vacío. Sin embargo, intenté levantarme aún con dolor en mi brazo derecho, y entonces vi a Shinra asomarse en la entrada del callejón sin salida en el que estaba de pie. Tras algunas negaciones por mi parte a prestar ningún tipo de declaración, accedió a llevarme a su casa y curarme la herida, la cual al parecer no era grave y sanaría en —máximo— un par de semanas. La mensajera también estuvo haciéndome un curioso interrogatorio sobre lo sucedido, pero me negué en redondo a decir nada argumentando que no era de su incumbencia. Finalmente salí de aquella casa casi como nuevo y mis anteriores ganas de romperle el maldito teléfono móvil a esa criatura descabezada se fueron disipando.

Concluí que necesitaba el resto del día para pensar sobre lo sucedido, así que le dije a Namie que se podía ir a su casa a espiar a su hermano o lo que fuera, a lo que respondió con una ausencia inmediata. Suspiré y me senté en la silla de mi despacho agotado mental y físicamente. Miré la muñeca de mi mano izquierda y observé que tenía una marca roja, probablemente del agarre de esa bestia. Al volver a recordar el suceso de hace unas horas sentí cómo mis mejillas se teñían de un color rojo que odio profundamente, ya que soy bastante propenso a sonrojarme y siempre me ha molestado. Pensando en lo sucedido, no creo que Shizu-chan sepa nada acerca de mi orientación sexual. Es cierto que me gustan tanto hombres como mujeres y siempre me resultó fácil conseguir algún amante varón por mi constitución pequeña y delgada, soy lo que se dice el "pasivo" en la mayoría de las relaciones que he tenido; no obstante, nunca vi a Shizuo como algo más que un juguete al que intentar matar. El típico juguete del que me quiero deshacer pero a la vez quiero seguir jugando con él. Puede que mi odio se haya disipado un poco, pero, ¿qué es exactamente lo que siento yo? ¿Y él? Nadie puede negar que es lindo y besa bastante bien, pero...

Lo odio, definitivamente lo odio.

Lo odio, ¿verdad?

Gracias por seguir leyendo. Realmente tengo varios capítulos más hechos, pero me gusta revisarlos exhaustivamente antes de publicarlos. Por cierto, a ver quién encuentra la frase de la entrevista Shizaya, jo jo jo. 

    —gisegull

Maldita pulga【Shizaya】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora