LARGO VIAJE HACIA ABAJO.

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Notas iniciales: el paphu de Castellanos esta bien bueno

Continuaba corriendo sin descanso... ¿Qué otra cosa le quedaba por hacer, más que correr? ¿Qué otra cosa podía hacer, ante las pocas balas que llevaba encima y las pocas probabilidades de vivir en esta pesadilla? ¿Qué otra cosa le quedaba por hacer que aferrarse a su mala suerte...?

De ser otra persona el detective Sebastián Castellanos o "Seb".- (como le decían algunos amigos muy cercanos a él) podría haberse dado por vencido, dejarse matar por alguno de esos tipos locos a los que llamaba "Haunted", incrustar una bala en su cabeza, convertirse en uno de esos no muertos o lo que sea que fuesen y evitarse toda aquella estresante situación; pero no... Sebastián tenia cosas por las que luchar a pesar de que su esposa e hija estuvieran muertas. Tenía que encontrar a los malditos asesinos que mataron a su familia y acabar con ellos con sus propias manos, porque nadie y se repetía constantemente "nadie" puede quitarte la felicidad así como si nada y continuar con su vida como si no hubiera hecho absolutamente nada. Quizá por esa diminuta razón continuaba corriendo, quizá era el sentimiento de responsabilidad hacia su pequeño equipo de dos personas (Detective Joseph Oda y la detective Juli Kidman), quizá solo quería salvar al pequeño y roto Leslie, quizá, quizá... Ni siquiera el mismo detective sabía por qué seguía corriendo, justo ahora eran bastantes motivos, pero el continuaba ensañado en lo que hacía porque de algo estaba seguro: hoy no era el día para morir y que se chuparan esa Ruvick y toda su manada de enfermos mentales.

Llego sudando al cuarto y se escondió sigilosamente en un viejo ropero de madera que se encontraba a un costado de la habitación, trato de tranquilizar su respiración con pequeñas bochadas de aire y se quedó quieto sin hacer ni un solo ruido de más, continuaba pensando en todo lo que había vivido al escapar de tantos enemigos como el demente que llevaba en la cabeza una caja fuerte "el guardian".- (The Keeper) la mujer desfigurada que gritaba dolorosamente con sus largos brazos y sus garras bien enfiladas "Laura renacida".-(Reborn Laura) solo por mencionar algunos enemigos dementes y aun así continuar en una sola pieza. Realmente y sin exagerar era un milagro que ahora estuviera de pie en aquella mansión.

Sostenía la pistola con fuerzas por si era descubierto por su atacante, poder huir a la primera oportunidad... miraba tras la pequeña abertura que le daba aquella puerta mal cerrada, su campo de visión no era perfecto o el mejor pero bueno, venga que no estaba para quejarse de todo a cada rato y menos en este momento. La puerta dio un gran golpe y lo vio entrar... Rubén Victoriano mejor conocido como Ruvick, el hombre encapuchado de mirada fría y calculadora, el desgraciado que lo había llevado a este mundo y que parecía inmortal a la hora de enfrentarse cara a cara "maldito hijo de perra" insulto mentalmente Sebastián a Ruvick cuando lo vio detenerse cerca de la cama.

Ruvick se encontraba de pie en aquella pequeña instancia, con su capucha ensangrentada dándole la espalda al ropero, buscaba con la mirada al hombre que hace no mucho había entrado corriendo en un intento desesperado por huir de él. Sebastián trago grueso cuando el hombre se giró para buscarlo, sus ojos castaños se clavaron en los ojos ámbar de la persona que estaba a menos de un metro de él. La energía de la casa empezaba a fallar cuando aquel encapuchado aparecía y hacia que las lámparas parpadearan como si fueran a apagarse en cualquier momento, al detective Castellanos ya no le quedaba más que encomendarse a su fiel pistola ya que rezar no era una opción.- (sería ridículo comenzar a rezar ahora) porque demasiado tiempo había orado cuando su esposa desapareció y nunca recibió una respuesta y se la paso viviendo sin recibir siquiera una señal de que era escuchado y, si en verdad existía algún ser superior al ser humano, bueno... ya tendría tiempo de sobra cuando muriese para hablar seriamente con él; pero ahora en la única que podía confiar era en su arma y.- (claro está) en sí mismo, no había de otra.

THE EVIL WITHINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora