Un inesperado sonido en la puerta le puso en alerta, ¿ cómo me han encontrado?.
Rápidamente recogió sus cosas, no podía permitir que le pasara esto otra vez, no podía tener otro antecedente o podría despedirse de la libertad y darle la bienvenida a la cárcel, al conocer a gente que se encuentra ahí y por las experiencias que le habían contando, es obvio que no le sería agradable, ni a él ni a nadie.
-¡Abra la puerta, policía nacional!- escuchó cuando ya se encontraba en el balcón del edificio, listo para pasar a la habitación del hotel que se encontraba al lado.
-Vas un poco tarde, tío deberías haberte dado más prisa.- murmura al escuchar cómo consiguen abrir la puerta.
Al ya estar en el balcón de la habitación del hotel en el que se había colado se sintió seguro, tal vez no debería de estarlo tanto, teniendo en cuenta que podría entrar quien se hospedase en aquella habitación o algún trabajador.
-Ha escapado -escuchó a duras penas cómo hablan por radio los policías- . Soy consciente, pero no lo encontramos, están revisado el edificio para encontrar algún indicio de su identidad, no debe de encontrarse muy lejos, lo escuchamos mientras intentábamos abrir la puerta, pero ya sabe que tienen mucha seguridad, no entiendo cómo pudo entrar.
Que incompetentes, lo que necesita la policía es a delincuentes con ellos, ayudándoles en su trabajo, ¿ quién sabría mejor que un delincuente cómo encontrar a uno? aunque en estos momentos agradecía que no tuviesen a delincuentes ayudándoles.
Después de pensar en qué hacer, si salir de la habitación como si nada o quedarse hasta que se fueran quienes le buscaban, se decantó por la segunda opción al ver la suite en la que se encontraba, .La cama parecía cómoda , bueno, hasta una cama de pinchos le parecería cómoda después del examen físico que hicieron en la academia de su jefe, una hora y media alternándose entre correr y abdominales no era lo mejor.
Deshizo la cama y se tapó con las sábanas, miro si el aire acondicionado estaba puesto al sentir frío, pero se percató de que alguien intentaba abrir la puerta.
-Puta tarjeta, ya se me debe de haber jodido, para qué modernizan las habitaciones si luego no sirve...- escuchó del otro lado de la puerta, era la voz de una chica.
El chico se apresuró a abrir la puerta, era mejor que le encontrase él a ella, que ella a él, sin duda alguna. La joven al verle se sorprendió, obviamente no esperaba a nadie dentro de su hospedaje, aunque si incluía a un chico como él no le molestaría reflexionó, Aaron también fichó a la chica que se encontraba al frente suyo, nada más verla se le ocurrió otra forma de utilizar la cama en la que iba a dormir antes de que la desconocida llegase.
- ¿Qué coño haces en mi habitación? No tienes pinta de trabajar aquí.-fue la primera en hablar, sin filtros, estaba muy cansada y agobiada como para enredarse mucho en echar a alguien de su habitación.
- Pues para tu sorpresa se ve que se han equivocado y te han dado la misma habitación que a mí, por eso no te va la tarjeta supongo, maja. -añadió al recordar cómo había preguntado qué hacía ahí.
-Ah... tiene sentido, bueno pues bajamos a recepción y resolvemos esto rápido que quiero dormir.- le sonó el móvil y le hizo un signo de que esperase- ¿si?...Sí ya he llegado... bueno a habido un mal entendido con las habitaciones, pero ahora bajo igualmente para arreglarlo...venga, adiós.- Colgó y guardó el móvil- .¿Vamos?
- Claro, espera, déjame coger mis cosas.- Se dirige hacia la puerta del balcón, donde había dejado la mochila con lo que la academia le había pedido.
Juntos se dirigieron hacia la recepción, en silencio, uno pensando en cuál era la salida más cercana para huir y la otra en que el chico tenía una cara de amargado en estos momentos que no le hacia justicia a su físico.
Una vez llegaron al mostrador, se quedaron unos minutos esperando a que les atendiese, minutos que le sirvieron a Aaron para que sacase el móvil y repitiese la jugada que hizo la chica en la puerta antes, la llamada.
-Tengo que hacer una llamada, unos amigos me dijeron que estaban llegando a la habitación, les aviso que no estaré y vuelvo.- le informó.
-Vale, procura que sea rápido.- dijo mientras se apoyaba en el mostrador de cristal.
-Oye, no te he dicho nada como para que estés así conmigo, que sepas que no es mi culpa que haya pasado esto, recuerda que yo estaba antes que tú, a mí también me ha jodido que haya pasado esto, bájale a tu intensidad, porque me partes la cabeza chica.- a pesar de que todo lo que soltaba por la boca era mentira,- desde el "malentendido" hasta que le partía la cabeza, más bien le alegraba la vista-, hasta sabia disimularlo, no tenía tics, nada que lo delatase a la hora de engañar.
-Ya lo sé que no es tu culpa, pero como esto nos incumbe a los dos -señala a ambos- , creo que mientras antes acabemos más pronto descansaremos y eso nos beneficia a los dos, quedarnos media hora aquí porque tienes una llamada, no.
-Lo que digas, si has acabado, voy a llamar.
Aaron, a paso rápido se dirigió a la puerta del hotel para salir, con el móvil en la oreja llamando a su jefe, se quedó un rato en la puerta mientras hablaba , para que ella pudiese ver que estaba ahí, que no se había ido, al ser la puerta de cristal podía verlo sin dificultad alguna, sin embargo en el momento en el que ella le quitó la vista de encima empezó a caminar hacia el coche que le esperaba en la siguiente calle, se lo había enviado Simon para que pudiese huir de la situación.
- Buenas tardes, ¿qué ocurre?- Ghaydaa se giró hacía el recepcionista, sorprendida al no haberse dado cuenta de en qué momento había llegado.
-Buenas, quería decirle que hay un problema con las habitaciones, me han dado una habitación que ya estaba ocupada, el chico estaba conmigo esperándole pero a salido a atender una llamada.- el trabajador la miró con el ceño fruncido desde que escuchó que hubo un problema con las habitaciones.
-Me parece extraño que haya un problema con la distribución, aun así, ¿qué número de habitación tiene? - empezó a trastear en el ordenador.
-318.- dijo mientras miraba hacia la puerta, en ese momento, se percató de que Aaron no estaba ahí.- Ahora vengo.
A paso apresurado caminó hacia la puerta del edificio, <<No me jodas que se ha ido>> repetía mentalmente. Efectivamente, se había ido, el chico que estaba en su habitación por "confusión" se había ido y eso, no podía significar nada bueno. Volvió hacia el mostrador para escuchar que le decía el señor que la estaba atendiendo.
-La habitación 318 está a nombre de Ghaydaa Hyugens, ¿es usted verdad?
-Sí, entonces ¿cómo pudo entrara mi habitación? Esto ya es un problema de seguridad.
-Lamentamos las molestias, de verdad, llamaré al director para informarle de lo sucedido. No encuentro ninguna respuesta lógica, sólo hay dos tarjetas para cada habitación, una la que tienen los clientes y la otra la tiene el director en la oficina. Podemos darle la suite presidencial, esta en el ultimo piso y tiene unas vistas maravillosas, por haber tenido que pasar por esto.- hubo un momento en el que Ghaydaa dejó de escuchar, pero cuando oyó que se iba a hospedar en la suite presidencial gracias al gilipollas ese volvió a tierra.
-Gracias.- dijo esta al recibir la tarjeta que el recepcionista le había extendido, suite presidencial ponía con letras doradas.
Su móvil empezó a sonar, era su padre otra vez, contestó a la llamada y lo que su padre le dijo la dejó en shock, habían entrado a robar al edificio de Cartier de al lado de su hotel, el asaltante había escapado, la teoría de su padre era que había conseguido huir por el balcón.
Era él.
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Snowball
Teen FictionEncontrarte a un desconocido en tu habitación de hotel por un "malentendido", ojalá se quedase sólo en eso. Pero eso no sucede cuando de quien hablamos es de Aaron White. Ghaydaa, no estás preparada para lo que viene a por ti. Prepárate.