VII

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holass, bueno, después de bastante tiempo (y lo siento por ello) les traigo el capítulo final de esta historia. Espero que la disfruten y se mueran de amor como yo cuando la escribí jeje

(siento si encuentran algun error, en mi defensa son las 7 am y no he dormido nada jeje)

VII

Pasaron los días tras aquel incidente, hasta un punto en que todo volvió a la normalidad.  Me refiero a que las cosas siguieron como si nunca nada hubiese pasado. Ni la confesión de Tsukki, ni sus besos.... ni nuestro beso... ni siquiera aquella trágica cita de estudios. Mi amigo rubio y yo retomamos nuestra rutina de siempre, pero aunque por fuera parecía que todo se había solucionado, por dentro yo me encontraba más confundido que nunca.

A la mañana siguiente al incidente, no pude enfrentarme Tsukki en nuestra habitual caminata mañanera rumbo al instituto. Me sentía la peor basura del universo por no ser honesto con él, aunque a la vez estaba tan convencido de que hacía lo correcto y aun así me odiaba a mí mismo por dejar el camino libre para la amiga de Yachi-san o cualquier otra chica que estuviera interesada en él. 

Yo era toda una madeja de sentimientos contradictorios y no tuve el valor de presentarme así ante Tsukki. Por eso lo evité y partí a la escuela más tarde de lo habitual, puesto que llegar temprano y esperar a solas en el salón tampoco me pareció una buena idea, aun más si no tenía la seguridad de que cuando él llegara estaríamos rodeados de gente que me sirviera como excusa para hablarle sólo lo necesario. 

Honestamente ni siquiera tenía ganas de ir al colegio ese día, pero mi madre no me permitió faltar a clases, dado que tuve muchos problemas para retomar luego de esa semana en que estuve enfermo y en cama. 

Apenas alcancé a llegar antes de que el profesor cerrara la puerta del salón y me dejara afuera. Entonces simplemente me fui a sentar en mi ubicación sin necesidad de intercambiar más que una mirada y una media sonrisa nerviosa con Tsukki, que estaba a algunos puestos de distancia.

Cuando fue la hora del recreo Tsukki se me acercó y me dijo:

- ¿Qué te pasó hoy? Te estuve esperando un buen rato y no apareciste. Creí que te habías enfermado de nuevo.

Me habló tan casual como siempre y eso me tomó desprevenido. Por alguna razón creí que estaría enfadado conmigo, pero en realidad se veía tranquilo o incluso preocupado. 

- N-no... nada de eso... e-es que me quedé dormido. Siento que hayas tenido que esperarme.

Inventé esa excusa para salir del paso y, tras notar que Tsukki creía mi mentira, me fue más fácil seguir fingiendo que ese embriagador huracán de sentimientos desatados en mi pecho no estaba allí, que no existía.

Con el pasar de los días un pensamiento fue ocupando mi cabeza y llenándome de ansiedad por dentro. ¿Tsukki habría aceptado salir con la amiga de Yachi aquella vez? No tenía el valor para preguntar. Sabía que ni siquiera era de mi incumbencia, pero no podía evitar pensar en eso... en ellos, juntos. De partida yo había causado toda esta situación que me tenía tan mal. Me sentía tan dividido y angustiado.

Fue por eso que mi mente no estaba realmente puesta en la práctica de ese día y terminé accidentándome. Me arrojé al suelo para recibir un balón que iba bajo, pero equivoqué la postura y terminé raspándome los codos y parte de la barbilla que choqué contra el piso.

¿Alguien había llamado a un perdedor? Pues ahí estaba yo.

Ukai-sensei fue en mi ayuda al ver mi expresión de dolor y le pidió a Sugawara-san que me dieron los primeros auxilios. Daichi-san estuvo pendiente y me pidió que descansara unos minutos fuera de la cancha. Ambos cruzaron una mirada que no supe interpretar, pero se comportaron muy amables conmigo.

Mi Ingenuo IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora