•Capítulo 16: Una muñeca•

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.Antes.
03:00

Lauren corría entre los escombros que habían en el piso intentando escapar del ente que la perseguía. Sabia que iba detrás, lo sentía en su ser – también podía ser el echo de que casi le desgarra el jean cuando tropezó con una parte de un brazo -a lo cual se había, extrañamente acostumbrado-, pero Lauren quería ser un poco más poética –.

Su torpeza se había dignado a presentarse justo en ese momento cuando se dio cuenta de que había olvidado su mochila y se había perdido. Genial, Lauren. Eres la reina del... del... rayos! No tengo metáfora ingeniosa!


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Los jóvenes estaban indignados. Habían llorado la muerte falsa de su mejor amiga y esa sería una interesante anécdota.

—Les dije que no tenía la marca. ¡Les dije!— recalcó Zayn—Pero no, vamos a ser pesimistas a más no poder, gracias Niall, por degollar ese pedazo de plástico.

—Bueno, tal vez si nos equivocamos. Lamento ser humano.— dijo sarcástico Liam—¡¿Podemos recordar que tengo una herida aun sangrante, que Lauren esta perdida en algún lugar de aquí y que nosotros estamos como unos estúpidos sin la certeza de que esta viva o que nosotros vamos a salir vivos de esto?!

A Zayn le sorprendió mucho esta respuesta por parte de Liam. A todos en realidad. Liam no era el tipo de persona que iniciaba una pelea o un conflicto. Supongo que la casi muerte si te cambia, pensó el moreno.

—Chicos, no es momento de pelear ahora.—interrumpió Dinah. Nuevamente sus amigos se sorprendieron. Cuando había bardo, Dinah era una de las primeras en meterse. Esta, al darse cuenta de lo que había dicho, solo hizo una expresión confundida y se dirigió hacia la, ahora visible puerta.

Quien sabe lo que habrá pensado.

El aire daba a entender que era mucho mejor salir de esa habitación a volver a pelear dentro de esta. Niall tomo el picaporte y temeroso abrió la puerta, esperando lo peor.

Lo que encontró los sorprendió un poco. ¿Por qué? Simple. —Es una simple y inofensiva pelota. Genial— ridiculizó Louis.

—Pues, la ultima vez que nos dejamos llevar por un simple e inofensivo hotel terminamos peleando por la falsa muerte de nuestra amiga, así que hazme el favor de avanzar y esperar hasta que alguno venza al monstruo que se encuentre allí o que quedemos muertos con los intestinos en el piso.— cabía decir que esa noche, la paciencia no era el fuerte de Liam. Y eso no era normal.

Ninguno quizo replicar, solo guardaron silencio y avanzaron hacia la pelota. Cuando estaban cerca de esta, una voz algo infantil los paró. Claro, no podía ser así de fácil.



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El Hotel tenía muchos secretos, claro está. Dentro de ésos musgosos muros había sangre, sufrimiento lagrimoso, secretos y un oscuro pasado. Pero los empleados también tenían su historia.

El ya mencionado Paul peinaba los cabellos color ciruela de una de sus muñecas favoritas. Jesy, la había llamado. Olía algo mal, mas a Paul no le importaba. Tenía los ojos inyectados exageradamente con sangre, le faltaban unos mechones de pelo las cuales se encontraban en su cepillo, tenía una falsa sonrisa sangrienta echa con una cuchilla al costado de las comisura de sus labios y algunas de sus heridas más profundas estaban en proceso de descomposición.

Sin embargo, Jesy seguía siendo tan hermosa como lo era antes. Cuando estaba viva. Pero ve a decirle eso a Paul.
Para el, tanto Jesy, como sus otros juguetes, Perrie, Luke y Ashton, tenían vida. No le costaba en lo más mínimo bañarlos, cambiarlos de ropa, e inclusive en algunas ocasiones les había dado clases. También en algunos casos le servía ser bisexual. El nunca diría nada más que eso. Bisexual.

Se paseaba por la habitación bailando con su tutú al son de su -increíblemente desafinada- música, cuando siente un corazón menos en el edificio. Una mujer, joven, asesinada en el sótano. Lo único que Paul pensaba ahora era que podría tener una muñeca nueva.




-Azul-

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