Un encuentro que jamas ocurrió.

Punto débil.

-Me gustaría que consideraras mi propuesta, Itachi Uchiha.

-Tus promesas suenan maravillosas, demasiado para ser verdad.

-Pero que desconsiderado de mi parte, debí suponer que no creerías mis palabras a menos que te de una muestra de ellas.

-Aun si no mientes, en verdad no tengo ningún interés ya que los muertos no pueden volver a la vida.

- por favor no seas tan rudo conmigo, insisto en que te quedes a ver todo de lo que soy capaz. Itachi...

Su cuerpo se sentía pesado, era como si no le obedeciera. Sin duda aquella había sido una de las noches mas difíciles para el joven Uchiha ya que las pesadillas lo atacaban cada vez que trataba de dormir. Por lo general no era alguien que sufriera con lo irreal, pero en esta ocasión no era sueños comunes, mas bien eran monstruosos. Dentro de aquellas oscuras fantasías el joven podía ver su villa, su clan, sus padres y amigos, a todos y cada uno de ellos muertos. Sin embargo aun con la trágica escena frente a sus ojos el no sentía nada y esa falta de tristeza u odio por aquel acto tan vil era quizás lo que mas le provocaba malestar. Decidió dar fin a su martirio, abrió sus ojos para no tener que ver aquello otra vez.

Lo primero que sus ojos se toparon fue la madera del techo, extrañamente sintió felicidad por aquel hecho tan trivial, se quedo así por algunos minutos hasta que considero era mas que suficiente. Se puso en pie con lentitud, mirando cada detalle de su habitación. En el armario no encontró mas que tres mudas de ropa, una era la típica ropa del clan Uchiha, la camiseta azul marino con el símbolo bordado en la parte trasera; junto a esta se encontraba su uniforme de ANBU, su chaleco estaba acomodado cuidadosamente de modo que la mascara no fuera a caerse. Por ultimo un conjunto mas oscuro que el primero se encontraba en la esquina.

Orgulloso como nunca antes salio de su casa luciendo su camiseta azul, agradecía de todo corazón que aquel fuera su día libre ya que no creía soportar una misión tras aquellas terribles alucinaciones. Debido a que aun era bastante temprano la mayoría de las casas aun tenían las luces de fuera prendidas, la noche no terminaba de desaparecer y solo unos cuantos estaban despiertos en ese momento.

Paseo por las calles de los alrededores, desde que tenia memoria sus compañeros del clan se quejaban de lo pequeño y alejado que era el lugar donde vivían en comparación de los demás, sin embargo en ese punto del día al joven Uchiha le pareció mas grande y esplendido que el de cualquier otro. Las calles tenían una gran cantidad de casas, todas ellas amplias y de madera, además de contar con un jardín, poseían un lago y un amplio bosque cerca de ellos, sin duda era un sitio maravilloso que reflejaba lo mas apacible y hermoso de todo Konoha.

Al llegar a la entrada del lugar y ver el resto de la aldea sintió una extraña necesidad de irse, como si algo le llamara fuera de ahí. Otra de sus alucinaciones se mostró frente a él, el Kyubi, aquel zorro monstruoso de nueve colas estaba acabando una vez mas con la aldea y en el intento de detenerlo no solo unos cuantos soldados habían muerto, si no también Kushina Uzumaki y Minato Namikaze.

- El Cuarto Hokage...

-¿Pasa algo con el? - aquella voz le trajo de vuelta a la realidad. - ¿Que sucede Itachi? te vez algo pálido ¿Acaso viste un fantasma? - bromeo Shisui.

-No... - su voz se corto por un momento, pero al instante se recompuso- solo estaba pensando en algo.

-Mmm... un chico listo como tu no se pone así de mal por cualquier cosa, anda cuéntame en que pensabas.