El imperturbable firmamento nocturno adornaba el profundo color negro del cielo en el anochecer, aquella oscuridad tan pura, únicamente mancillada por el fulgor de la ciudad bajo ella, luces de edificios, calles, autos, casas, incluso portadas por los animales habitantes de Zootopia, andando por las aceras, con un teléfono en sus manos, en pocas ocasiones poniendo atención al camino frente a ellos, de vez en cuando chocando contra otros animales o simplemente contra un poste, otros individuos que no cometían ese error, preferían mantener la vista al frente, únicamente advirtiendo su objetivo, luego estaban quienes, aunque con la vista al frente, su mente estaba dispersa, divagante, enfocada en otros asuntos completamente ajenos a lo que pasaba en ese momento, animales cuyos pensamientos estaban tan alejados de la realidad que parecía ser que ésta no existía, a simple vista era lo más normal del mundo, sobre todo a esa hora, había cientos de animales que solamente deseaban llegar a casa y descansar, el camino lo ocupaban para pensar en su día, o lo que harían mañana, o esa misma noche al término de su jornada diaria, luego, luego estaba Nick. Caminaba por la acera, una pequeña figura grisácea le hacía compañía, manteniéndose a su paso, aunque no prestando atención en el camino al frente, Judy lo miraba, de manera discreta, pero depositaba toda su atención en él, preguntándose ¿Qué estaba pasando por su mente? No era algo muy difícil de descifrar, después de todo, había sido la noticia más relevante de todo el día.
Nick se repetía una y otra vez lo que Bogo había dicho, irónicamente la voz del búfalo era la misma que rondaba sus pensamientos una, y otra, y otra, y otra vez, cual disco rayado. Pero eso no era lo que lo mantenía en ese estado, Nick estaba fuera de sí, cualquiera que hubiese convivido con él al menos una vez sabría eso, su actitud era lo que lo caracterizaba por encima de todo lo que él representaba, si eso, era como estar en presencia de un animal completamente diferente, ajeno a quien Judy amaba. La madre de Nick había muerto, la misma a quien se negó a ver desde que abandonó su hogar, después de que huyó de él, ella ya no estaba; Nick trataba de entenderlo, se esmeraba en buscar una explicación lógica, pero por más que lo intentaba, simplemente le era imposible sacar las cuentas correctas, ella era prácticamente joven, no tendría más de 48, nadie muere de senectud a esa edad. Había releído la carta varias veces, pero no había ninguna especificación de su muerte, en la carta se expresaba que fue encontrada así sin más, claro que había algo raro detrás de eso, no hacía falta ser un genio para saberlo, pero por alguna razón, Nick ponía todos sus esfuerzos en ignorarlo. La solicitud de asistencia al funeral iba dentro del sobre, el zorro no se negó en aceptar, el permiso ya había sido concedido por Bogo de igual manera, éste se extendió para Judy también, a petición de Nick claro está; el jefe, aunque no lo mostrara muy seguido, tenía corazón, y bien sabía que lo peor que podría hacer en ese momento, era dejar a Nick solo. Ese día había sido el más abrumador y extenuante de la semana, tenía lógica, era Lunes después de todo; empezando nada menos que con la pérfida pesadilla de Judy, seguida por la funesta situación de la huérfana, y para el gran final el deceso de la madre de Nick, el día se había afanado en ser estresante, además de deprimente.
Judy lo observaba, contemplaba cómo aquél optimista, irreverente y a veces fastidioso zorro había perdido toda gracia, toda cosa que le daba significado a su persona, se había esfumado en tan solo unos segundos, en el momento en el que Bogo le dio la noticia, pareció haber matado a Nick, más allá de eso, la coneja se sentía mal por él, en todo el tiempo que habían pasado juntos, incluso antes de entablar una relación, jamás lo había visto de esa manera, tan, tan frío. Era frustrante, era doloroso, más aun ya que ella no podía entender dicho dolor, ella jamás había tenido que pasar por la muerte de un familiar así de cercano, era una hermosa suerte, o una cruel apatía, esa era la desdicha de Judy en esos momentos, lo más tortuoso era no saber cómo aliviarlo, cómo traer de vuelta a Nicholas Wilde, se maldecía a sí misma, puesto que el zorro, sin importar lo mal que pintase la situación, lograba animarla cuando algo iba mal, cuando el cielo era gris y la desgracia enmudecía su sufrimiento, él estaba ahí, ese pequeño rayo de luz anaranjado siempre la animaba, siempre encontraba la forma, ¿Por qué le era tan difícil hacer lo mismo por él?
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Breaking Wild
FanfictionZootopia, donde cualquiera puede ser lo que desee, mientras esté dentro de la ley, Nick y Judy mantienen una relación en secreto, algo por sí solo agobiante y peligroso, empeorará al saber del deceso de un familiar y de ahí ira en una espiral de mal...