Seis.

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"Nos dimos un verso, y nos metimos en un grave poema—Pablo Neruda"



Faltaban milímetros para que nuestros labios se juntasen, cerré mis ojos y Niall hizo lo mismo.
Pero un ruido nos hizo separarnos de golpe y una sombra negra saltó sobre Niall.
Y con sobra me refiero a Bastet.

Niall salto y intentó quitárselo de encima montado un gran escaldado, tirando todos los champús, geles, ect..
Incluso se cayó una baldosa de cristal cortándome ligeramente la pierna.

Cuando ya Bastet tenía sus cuatro pasas sobre el suelo, el rubio maldijo toda su raza gatuna mientras que Bastet simplemente caminaba hacia mí y ronroneaba en mis piernas.

Niall intentó acercarse a mí y lo único que consiguió fue que el gato le bufase.

-Intenta protegerme- reí pero a Niall no le hizo ninguna gracia.

(...)

Había subido las escaleras y había encontrado un pequeño espacio donde había una gran ventana con un pequeño sofá debajo de esta. Estaba leyendo y a mi derecha Bastet dormía  plácidamente.
Había pasado ya unas horas desde que Niall y Landon se fueron, simplemente diciendo que tenían que "arreglar unos asuntos".

Decidí ir a la cocina para tomar un vaso de agua, y me baje lentamente de la cama haciendo todo lo posible para no despertar al pequeño gato.
Cuando bajaba las escaleras, mire por casualidad por la ventana que daba a la calle.
Había un coche negro en frente de la casa, no le di mucha importancia, pero me sorprendió que hubiera un coche tan caro en un barrio tan pobre.

(...)

Eran las doce de la noche y la casa estaba en silencio. Aún no habían vuelto ni Niall ni Landon, y eso me provocaba una presión en el pecho.
Había cogido cariño a esos dos; aunque Niall fuera una persona fría y que, por nada del mundo, iba a quitar sus muros.

¿Qué escondes Niall Horan?

Acariciaba a Bastet y agradecía su compañía, no me inspiraba mucha confianza está casa después de la noche anterior.

Algo tenía muy claro: Hoy no dormiría en el sofá.
Ni en un millón de años.

Me levante y comencé a andar sin rumbo, me fijaba en los pocos cuadros que decoraban las paredes hasta llegar a una habitación la cual conocía.
Era la habitación de Niall.

Anoche no me pude fijar muy bien entre tanto miedo. La puerta estaba entre abierta, no debería entrar, pero la curiosidad me mataba.
Mire a mis lados aún sabiendo que no se encontraba nadie en casa y empuje ligeramente la puerta.

Las paredes estaban pintadas de un gris claro, una cama matrimonial en medio, un armario y un escritorio.

Camine hacia en escritorio y vi algunos papeles. Eran de cuentas de banco y ponían cantidades de dinero.
Camine hacia la cama y me senté, comprobando, como me temía, que era jodidamente cómoda.
Lentamente me tumbe y el perfume de Niall entro directamente por mi nariz.

Curiosamente olía como a madera o algo que me hacía recordar a un bosque, y como, su toque de cigarros.

Era demasiado cómoda y a pesar de que mi cabeza repetía una y otra vez:
No lo hagas
Me deslicé aún más hacia arriba poniendo mi cabeza en su almohada, sintiendo lo suave y relajarte que era.

"Pareces una loca." Comentó Alex 1.

"Calla, tanto como a ti como a mí nos gusta estar aquí mucho más que en el sofá. " Respondió Alex 2.

Solo será un momento, pronto me levantare, lo prometo...

(...)

Oh.mierda.

Si, no fue solo un momento como podéis adivinar. Niall y Landon había llegado y sentía la mirada de Niall desde la puerta, aun así, no quería abrir los ojos.
Sentía demasiada vergüenza para hacerlo.

Oía los pasos tranquilos de Niall avanzado hacia mi, y mi corazón temblaba.
Sus largos dedos agarraron lentamente mi tobillo y se deslizaron hasta quitar mis zapatos.

Se empezó a cambiar de ropa y se creó el silencio.

Debería haberme levantado, mejor dicho, no debería haber entrado en su cuarto y menos tumbarme en su cama.

Tenía ganas de abrir los ojos y saber que estaba haciendo, tanto silencio me mataba lentamente.

De repente, la cama se hundió a mi derecha y sentí mi corazón fuera de mi cuerpo.
Niall se enredó en la sabana y sin querer su pierna toco la mía, cosa que hizo que mi piel se pusiera de gallina.
El la apartó al principio, pero luego lentamente la arrastro hasta volver a rozarme aposta.

Y cuando creía que no podía más, su brazo cayó en mi cintura atrayéndome más hacia el.

Como si se tratase de un instinto para sobrevivir, hundí mi cabeza en el hueco de su cuello.
Niall se tensó, pero a los segundos supo cómo manejarlo y acaricio lentamente mi cintura, llenándome de caricias dionisiacas.

(...)

Por la mañana me había despertado en el sofá.
¿Acaso lo de ayer fue un simple sueño?
Juraría que sus caricias eran reales y no recuerdo haber salido de su habitación.

Me estaba volviendo loca.
Esa era la única conclusión más convincente.

Me levante del sofá aún con el ceño fruncido. Camine hasta la cocina para preparar el desayuno, sin querer, mire a la ventana que daba a la calle y mi piel se puso de gallina.
Aún seguía el coche negro ahí.

Estas loca, Alex. Es simplemente un coche.

Por la puerta entro Landon y me saludo revolviendo mi pelo.
-Buenos días- dijo sentándose en la silla.

Me pregunté si alguna vez Landon se había enamorado. Parecía el típico chico que apenas se interesaba en la palabra amor.

-¿Qué piensas sobre el amor?- la pregunta salió de mis labios sin pensarlo.

El me miró confuso.
-¿Amor?- asentí- Lo único que sé es que, si alguna vez veo al jodido cupido le pienso decir que en la próxima apunte en la cabeza-

¿Eso significaba que él ya estaba dolido?
Creo que, hay cuatro tipos de personas si se encuentran con cupido:

A) Los que piensan igual que Landon
B) Los que dirían "Aquí cupido,                 ¡mírame!"
C) Los de "Auch, eso dolió"
D) Y por último, los que si se acerca cupido lo matarían con una de esas raquetas eléctricas que matan moscas.

Niall, obviamente, era la D.



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«Dark Side Of The Moon» • NHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora