Llevaba como ¿1 hora? Hasta más caminando en busca de un lugar donde poder acomodarse pero nada, solo se encontraba con rincones que olían a gato muerto y cuando parecía que encontraba paz algunas personas se le acercaban con malas intenciones, lo cual le tocaba salir corriendo para salvar su culo.
Sus pies empezaban a fallarle, su estomago empezaba a rugir muy fuerte. Podía hasta sentir que se iba a desmayar en cualquier segundo lo cual, efectivamente pasó. Pensó que se golpearía la cabeza, que estaría ahí desangrando pero eso no pudo cumplirse ya que sintió como unos brazos lo agarraban justo antes del impacto.
Antes de caer inconsciente, pudo observar al chico que le ¿Había gustado? Le quedaba corto en ese momento, pudo observar su sonrisa, posiblemente la mas hermosa que hayan visto los ojos de Allen pero luego todo se volvió oscuro.
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—¿Donde mierda estoy? —Parpadeó varias veces mientras se aclaraba su vista, lo último que recordaba era que se había desmayado. Oh y había visto la sonrisa del chico lindo, eso también.
—Estas en mi casa, pequeño. —Dijo el mayor entrado a la habitación con un plato de comida y algunos medicamentos para curar cualquier herida que encontrara. —¿Como te encuentras?
"Mejor ahora que estás aquí."
—Bien, pero me duele la cabeza. —Se llevo ambas manos a esta, bajando la mirada. Inmediatamente Jon dejó todo en su mesa de noche y se acercó a revisar al castaño.
Alcanzó el alcohol y un algodón para poder curar (otra vez) las heridas del chico él cual, estaba mordiendo la almohada mas cercana para no chillar del dolor. Cuando terminó le pasó la bandeja de comida, porque siendo sinceros los ruidos que provenían del estomago del chico se escuchaban por todo el barrio, lo cual hizo sonrojar a Jones. Trató de disimular un poco su hambre, era un chico con clase y. . .A la mierda, ya había devorado todo el plato.
—Soy Jonathan, pequeño. Es un gusto poder hablar contigo. —Le extendió su mano libre, mientras que con la otra ponía la bandeja en una esquina de la cama lejor de ellos.
—Allen, soy Allen.—Dijo algo ¿tímido? ¡El idiota lo hacía poner nervioso! Y rojo, sobretodo que cuando estrechó su mano con la ajena este se acercó para dejarle un beso en la mejilla.
❝Escapa conmigo, Dean. Tu no mereces estar aquí.❞
