Matrimonio Diplomático

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Uther, padre de la recién nacida Arturia, decidió entregar toda su educación al Mago Merlín, las profecías contadas por este, lo asombraron en gran manera, eso terminó por decidir el destino de la pequeña. Fue criada por Sir Hector como un varón, pero el mago le recordaba siempre que era una dama y debía cargar con las ropas de un caballero en el futuro. Al cumplir los 16, Arturo llegó a Londres con su padrastro, era un muchacho de facciones finas y cuerpo delgado, las doncellas sólo miraban su rostro ignorando la feminidad, quedando embelesadas por su sonrisa y trato.
El futuro brillante predicho por Merlín ante Uther se hizo presente cuando, por mera curiosidad, Arturia intentó sacar la espada prisionera de aquella piedra. El asombro de robustos y ágiles caballeros que se negaban a creer el futuro reinado que una niña ejercería fue desapareciendo, el primero en arrodillarse ante el máximo rey fue Lancelot, quien sería su maestro y amigo, continuaron los caballeros Perceval y Gawain, estos con algunos más formarían parte de la mesa redonda. Pasados unos pocos días, Arturia conoció a su verdadera familia, sin embargo, se alejó de ella para cumplir con su educación y entrenamiento de futuro rey de los caballeros.
A los 18 años, como pacto con el rey Cameliard, quien gobernaba el último territorio que faltaba para unificar Gran Bretaña, Arturia debía contraer nupcias con la hija de este, Cameliard aprovecharía la oportunidad de pertenecer a la familia real de un enorme imperio, así tenga que casar a su hija con una joven menor y del mismo sexo.

Merlín aconsejó a Arturia que no aceptara, si era posible que hiciera una guerra por el territorio, pero que no tome la mano de aquella joven.- Si Arturo desposa a esa mujer, no habrá heredero más que un bastardo, ese niño no te respetará como padre o madre, tu trono e Inglaterra destruirá con sus manos. Arturia, tu maestro Lancelot y Ginebra están unidos por el hilo del amor, ese niño bastardo, cuando sea capaz de blandir una espada, aprovechará ese romance para obligarte a matar a tu esposa y quitarte el trono en una guerra.
- Entonces...- Guardó breve silencio antes de continuar.- No puedo ser rey si no desposó a alguna princesa y termino de unificar Gran Bretaña... Ginebra era mi opción de matar dos pájaros de un tiro y tomar la mano de un caballero, no es opcional, dada la circunstancia, ¿Qué debo hacer?- Arturia confiaba en la palabra de su benefactor y amigo, como una vez lo hizo su padre.
- Vete, aún eres heredera de Uther, recorre territorios nuevos y haz alianzas de paz con ellos, algún rey se enamorará de ti y debes aceptar matrimonio con él, el peso de tu marido al ser otro rey convencerá finalmente al pueblo, es la única manera en la que puedes desposar a un varón y darle a Inglaterra un heredero no bastardo, si no de tu propio vientre, ese heredero estará bendito por que tu eres la única y legítima reyna con título de caballero. Deja a tu padre el cuidado del casi completo Reino y llevate a tus caballeros contigo, espero que el rey que te despose sea digno de tu belleza y fuerza, por el momento principe Arturo, inicia con los preparativos.
- Merlín, confiaré a mi padre el reino y a ti, mi padre. Aguarda mi regreso honroso.

Arturia llevo a cabo una asamblea con sus caballeros explicándo la razón de su futura ausencia y alianzas, omitiendo el dar su mano a otro rey. Lancelot demostró disgusto, la toma de la corona debía ser inmediata, ya había transcurrido dos años desde que saco la espada de la piedra y el tiempo era corto, "Una guerra mas no haría incoveniente". Pero Arturo ya había decidido seguir el consejo de Merlín, Con Lancelot en desacuerdo pero jamás en contra de su aprendiz, se llegó al final.

Después de un mes partieron hacia el oriente donde el sol nacía, 4 soldados y su príncipe, conociendo pueblos, pequeñas villas y aldeas. A medida que avanzaban, los rumores de un rey semi dios se hacían más cercanos, ninguno de aquellos paladines concebía tal idea de un ser con aquella naturaleza, el tiempo y las distancias lo hicieron palpable y real, Uruk.

Lancelot recibió la orden de presentarla como princesa y ya no como principe heredero, Arturia pensó que sería una forma más común y menos extraña de llamarla. Ingresaron los 4 caballeros a la sala de conferencia, la informalidad con la que los recibia el supuesto semi dios fue insultante, Gilgamesh, rey de Babilonia yacía de lado en su lecho, bebiendo vino y siendo alimentado por cuanta mujer joven le complaciera, mucho no era sufiente para él, según los rumores también, era un ser ególatra y ambicioso, muy extraño para tener un reino próspero.
- Nos llena de orgullo y honor saber que el rey nos ha invitado a una reunión privada.- lo último sonó irónico hasta para él mismo, Lancelot agradecía que su príncipe no precenciaba aquel acto humillante.
- ¡Curiosidad!- dijo enérgico el rey desinteresado.- Ustedes son viajeros que provienen de un reino más allá del horizonte, pero a mis oídos llegaron que eran 4 guerreros y una joven hermosa.- bebió un sorbo de vino,- ...sólo veo a los 4 guerreros.
- Arturia Pendragón, princesa heredera al trono de Gran Bretaña, unificadora de todos los reinos de Inglaterra, es mi señora, su alteza.- Explicó Lancelot.
- ¿Una futura reina qué hace viajando por el mundo tan descuidadamente hombre plateado?
- ... Lancelot, señor de Uruk, mi Princesa anhela tener encuentros amistosos con otros gobernadores y aprender algo de ellos, ella fue educada con responsabilidades masculinas, sin embargo no deja de ser una mujer astuta.

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