Mango Guype

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"Ni opresores ni siervos alientan
Donde reina unión e igualdad"
Repetían apagadas voces
De niños que aguantaban hasta las doce
Soportando el calor, mientras un fruto caía de golpe
Niños reunidos en su "escuelita": el mango guype
Aprendiendo matemática, aprendiendo valores
Sin nada que decir, la maestra enseñando fracciones.

Gabriela, de repente, con la mano levantada
Y sin muchas ganas, exclama:
- Profe, ¿por qué el himno cantamos todavía?
"Porque debemos respetarla como paraguayos" la maestra respondía
Con un toque de agonía, y aún una pregunta le queda
-Profe, ¿vos no nos dijiste que respetando se te respeta?
-¿A qué te referís, Gabriela?, dice la maestra asombrada
-Yo como paraguaya no me siento identificada.
Sus compañeros, boquiabiertos, la miraron detenidamente
Y en susurros se decían "¿esta está demente?"

Ella, escuchando sus quejidos, dijo con  fuerza:
-De estudiar mango guype, yo tengo vergüenza.
Aquí a mi lado veo los restos de nuestra aula
Paraguaya hasta la muerte, claro que seré
Lo que me indigna es que nuestras cabezas no ejerzan bien su poder
Cansada estoy de aguantar frío, calor, lluvia y humedad
Siendo que ellos, en su mesa tienen un plato de más.
Porque Paraguay, aunque chico como la semilla del mango
Este creció hasta ser un árbol, que se levantó dos veces del fango
Un país en donde debería reinar la unión y la igualdad
Yo solo veo desorden y deshonestidad.

La alumna, una vez callada, sentándose sobre una piedra
Volvió copiar las fracciones puestas por la maestra
Ella, a su vez, con lágrimas en los ojos, dijo: "Tenés razón, Gabriela"... y volvió a su pizarrón.


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