Capítulo O1

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"El comienzo de algo muy bueno, está por comenzar en tu vida..."






Era otro día normal en la escuela nocturna para cierto rubio oji-azul. Dormir nadie se lo impedía, más que su queridísimo hermano menor de gafas.

Siempre era lo mismo, "no te duermas acá”, “no te duermas allá", lo cual hartaba al mayor de los Sakamaki. Por lo cual decidió faltar a la escuela, evitando cualquier queja por parte de su hermano.

Qué mala decisión había tomado.








...




En aquel salón de clases sólo se encontraban el joven de cabellos rubios, y la maestra de Lectura que claramente pasaba de los 50 años o eso es lo que delataba su apariencia. Era bajita, regordeta y de tez pálida, aunque una que otra arruga eran presentes en su rostro. Cualquiera diría que es una abuelita tierna y joven, pero bueno, a nuestro rubio no le agradaba en lo más mínimo.

—Mañana se los traigo, sin excusas...— Trataba de negociar con su maestra. Un sólo día más, eso era lo que pedía.

-—Tiene más de un mes diciendo lo mismo, ¿Cree que caeré en eso de nuevo? ¡Claro que no! — Espetó con un fuerte tono de voz, delatando lo molesta que estaba con el rubio. Cosa que le aturdió.

—Ugh, entonces déjeme en paz de una vez.— Se quejó, mientras se tapaba un oído ante el anterior grito. Mala idea haberle contestado así.

—Joven Sakamaki, ¡vaya a la oficina del director ahora!— Explotó, viéndole con ceño fruncido y apuntando la entrada del aula.

—Tch... — Éste se levantó de manera perezosa, un estilo muy único en él. Lléndose a paso lento al susodicho lugar, rendido al no lograr su cometido.

| Shū |

Tch...otra vez, que molestos llegan a ser todos, iba caminando hacia mi perdición, sí, mi perdición, ¿por qué? Bueno, la cosa es que la maldita vieja de Lectura no me dejo entregarle proyectos hoy, sólo me dijo "No le volveré a tolerar un trabajo atrasado y mucho menos sus faltas constantes" ah, pero la desgraciada me mandó a la oficina del director. ¡Maldita vieja desquiciada! ¿Acaso no pueden reclutar profesores más comprensivos?

Últimamente comencé a faltar al colegio, me quedaba en casa durmiendo en donde yo quisiera y sin ser interrumpido, ah... Qué buenos días pasé. Pero todo lo bueno tiene su fin, tuve que asistir después de todo, la verdad no me llama la atención lo que pase a mi alrededor, y mucho menos lo que tenga o no que hacer.

Me da pereza la vida...

Una vez fuera de la dirección me encontré con el mayor de los Mukami, ¿Qué hacía aquí?, no es que me interese, pero es raro verlo aquí esperando.

—¿Tú que haces aqui?— Cuestioné, tomando asiento alejado de él. Si hay algo que más quiero, es mantener distancia de ese tipo. Si bien recuerdo, se llama Ruki.

—¿Tanto te interesa alguien como yo?— Contestó burlón, a lo que yo solo retuve una grosería, y pensar que era el más normal de todos esos convertidos.

—Qué molesto.— Suspiré cansado, este no es mi día. No, nunca es mi día.



[...]



Tal parece que el director no había llegado aún, ya llevo 10 minutos sentado viendo al Mukami. El mencionado leía el libro de siempre, uno de cuero azul, he de notar que es algo preciado para el.
Ahora que lo veo bien, su rostro al leer es tranquilo y me refleja cierta seguridad, también vi que sonrió, vaya que sorpresa. Mejor dejo de verle capaz y me cacha, haciéndome sentir incómodo ante sus preguntas.

—¿No te aburres del mismo libro?—Dije para no levantar sospechas de que lo estaba viendo a él, claro si es que lo notó.

—No.... Es como si te preguntara el porque no te aburres de no hacer nada nunca... —Contestó, sin despegar su vista de aquel libro.

Sus palabras eran calmadas, como si no buscara ofender sino, seguirme la plática. Eso es buena señal.

—Nunca me cansaré de eso Ruki...— Sonreí crédulo, podría ser un vago por el resto de mi inmortal vida.

—Vaya, ahora si me llamas por mi nombre, Shū.— Alcancé a ver como su ceja se encontraba elevada, demostrando su impresión.

—¿Acaso no puedo?— Me atreví a preguntar, con el simple hecho de seguirle la conversación.

—Solo se me hizo extraño.— Admitió, cerrando su libro. Se giró, posando su atención completa en mi para seguir conversando de temas cualquiera, aunque siendo como nosotros, no hay grandes temas de los que hablemos aparte de los hermanos y del sacrificio. No quería que supiera mucho de mi, aunque bueno tampoco es mala persona, hasta ahora.

—Shū Sakamaki, el director le llama.— Comentó la secretaria, esperando a que yo la siguiera.

Mi momento ha llegado.






[xMysticBoyx]

O8.O3.18

Decepción Prohibida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora