Capítulo O3

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| Shū |

Estaba en la puerta de la mansión Mukami, esperando que abrieran, puesto que parecía que a Ruki se le olvidó mencionarles a sus hermanos sobre mi "visita".

Qué fastidio.

No tenía ganas ni de salir de mi habitación y heme aquí, digamos que el clima no es tan favorable, las gotas de lluvia no tardan en caer para empaparme estando afuera.

Genial. Muchas gracias, Ruki Mukami.

Después de un largo rato y constantes toques, se abrió la puerta dejando ver una cabellera azabache reconocida para mi, o al menos fue lo primero que vi, seguido de sus ojos azules con un ligero brillo.

—Perdón por la tardanza, estaba algo ajetreado.— Se excusó, arreglando un poco su ropa pues, había corrido hasta la entrada principal. Pudo haberse teletransportado, ¿en qué estaba pensando?

—No te preocupes por mi, al fin y al cabo soy inmune a la lluvia.— Nótese mi sarcasmo, estaba molesto por tener que venir puntualmente y luego me sale con que se tarda, éste Mukami.

—Pasa antes de que se haga más tarde .— Soltó sus palabras con fastidio que no pudo ocultar. Y pensar que debe ser amable con sus invitados, oh no.

Entramos y lo primero que vi fue el vestíbulo, nada interesante, pasillos y pasillos, escaleras, caminamos kilómetros hasta llegar a su habitación.

Su cómoda es parecida a la mía, ordenada, limpia y sin muros rotos. Volteé mi vista a su cama, y creanme, me entraron unas jodidas ganas de tirarme ahí, pues se veía tan cómodo. O tal vez sea mi imaginación ya que no he dormido ni una hora gracias a Reiji 2.0.

Sí, me refiero a Ruki.

—Espera aquí y no toques nada.— Enfatizó la última palabra, y después me dejó sólo en su dormitorio, realmente no tenía ganas de hacer nada, me importaba poco volver a reprobar el año, así ese viejo me llevaría de nuevo a las montañas nevadas donde no vería a los molestos y donde me moriría de frío...

Creo que retracto lo dicho, tengo que pasar de año.

| Ruki |

Vaya, el tiempo se me pasó literalmente volando, lo cual no es muy visto en mi. La cena ya estaba lista, solo faltaba servirla e ir con ese Sakamaki para atender nuestros asuntos escolares.

Lo bueno es que por parte de mis hermanos no hubo alguna queja acerca de la estadía de Shu, eso dijeron más no fueron capaces de ir a atenderlo cuando llegó, ah, merecen un castigo esos niños.

Una vez terminé de servir la cena, fui a la habitación de cada uno para que bajaran a comer, eso incluía a Shu.

—Oi Shu, ¿nos acompañarás a ce...nar..?— Entré a mi habitación, encontrando a un rubio dormido en mi cama, ciertamente tenía un problema con su sueño éste chico.

Preferí dejarlo ahí dormido, se veía muy tranquilo, aparte si tenía hambre se despertaría, ¿no? En fin, tampoco es como si me importara tanto.

[...]

—Oe ¿y el Sakamaki, Ruki?— cuestionó mi hermano menor, Yuma. Ya estábamos sentados degustando la cena que había patrocinado la noche de hoy.

—Se quedó dormido.— Contesté cortante, restándole importancia y seguí degustando mi platillo.

No entiendo el por qué del imprevisto interés hacia él.

Decepción Prohibida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora