Algunas de las personas que se encontraban en el parque miraban extrañados mientras otros reían y tomaban fotos, ¿cuál era la gracia?

El sol se encontraba justo arriba anunciando el medio día, miré mi reloj de mano para corroborar la hora, la naturaleza no se equivocaba.

Decidí volver a la estancia, seguramente mi abuela estaría preparando el almuerzo, sería la primera vez que probaría algo hecho por ella misma ya que en los pocos días que habíamos pasado juntos comprabamos comida rápida.
Una vez más enchufé los auriculares en mis oídos y subí el volumen al máximo, olvidandome por un rato todo lo vivido. Me pareció una buena idea recorrer la ciudad para conocer sus calles un poco más, si me perdía usaría el gps.
Troye Sivan sonaba con Happy Little Pill cuando un enorme cartel llamó mi atención, este tenía escrito en enormes letras rojas la palabra "Renta". Mi rostro se iluminó por segundos, hasta que recordé que aún no tengo dieciocho años.

Caminé a paso apresurado hasta llegar a la casa, increíblemente no necesité la ayuda del gps. Abrí la puerta y noté la presencia de más personas de las que esperaba allí.

- ¿Hola? - saludé extrañado.

- ¡Niall! - gritó mi abuela alegre bajando las escaleras - ella es Trisha y ellas son sus hijas. ¿Preciosas no crees? - codeo mi brazo.

- Eh si- respondí pausado.- Abuela

- Son solteras - me interrumpió.

- Bueno, espero que encuentren a alguien- dije cortando sus expectativas y procedí - Sabes, en el camino hacia aquí he visto un cartel de renta. ¿No crees que sería buena idea que...

- No Niall. A tu madre no le gustaría eso- me interrumpió una vez más. Suspire.

- Sólo dime que vas a considerarlo. Por favor- supliqué. Ella me miró y acto seguido dirigió su mirada a su amiga Trisha,  luego a sus hijas y sonrió.

- Hagamos un trato - No interesaba que debía hacer para obtener un apartamento para mi sólo, lo haría. Asenti muy seguro y sonreí al ver el cambio de opinión de mi abuela.

- Escucha, saldrás con una de ellas.-  arqueo sus cejas, era un reto.

- Lo haré.- frunci el seño.

Eran dos chicas de las cuales debía escoger a una para salir, me sentí mal por eso, pero... ¿Como se habrán sentido ellas al tener que ser escogidas para salir con un chico a cambio de una casa?

- Doniya- se presentó una de ellas con una dulce voz poniéndose de pie frente a mi mientras la otra sólo quedaba cabizbaja.

- ¿Cómo te llamas? - me senté a su lado ignorando a su hermana completamente. Si tenía que fingir una "relación" lo haría con la que aparentaba ser más tranquila.
Me observó sorprendida, insistí.

- Waliyha- nuevamente bajó su mirada a sus botines. Esta mentira sería más fácil si ella era la protagonista junto a mi.

Su madre, Trisha se paró y aplaudió, ese era su propósito, que sus hijas tuvieran un novio o quizás algo más, un marido. Ella y mi madre pensaban tan diferente, mientras mi madre luchaba para darme lo mejor y enseñarme que en esta vida lo primero es la educación, los valores, estudio y valerse por uno mismo sin depender de nadie , ella les enseñaba a sus hijas a conseguir hombres.

Cenamos todos juntos mientras hablábamos sobre cosas insignificantes para mi, como moda, maquillaje y demás. Era el único hombre, bendito entre todas las mujeres. Toqué la mano de Waliyha en varias ocaciones y la llamaba Wali intentando hacer más creíble todo. Ella sólo me observaba, era muy tímida. Deseaba ese apartamento con todas mis fuerzas.
Susana y yo, habíamos acordado ir a ver el apartamento el día siguiente en la mañana y ya de paso me inscribiría en un instituto, no quería que perdiera el año.

Y así fue, eran aproximadamente la ocho de la mañana, me levanté con el mejor ánimo del mundo. Sabía que mi abuela se levantaba muy temprano siempre, cuanto antes fuéramos a ver el apartamento sería mejor. No daba más de las ansias.
Salimos a comprar algunos ingredientes para un postre de "ingredientes secretos" que haríamos juntos más tarde. Luego de eso indiqué la dirección hacia el apartamento de renta y pisó el acelerador. Bajamos del vehículo y llamamos al dueño del lugar cuyo número se encontraba en el anuncio. El hombre acudió enseguida al lugar, era de estatura baja, rubio y con ojos oscuros, por las manchas de aceite que tenía en ambas manos me arriesgaré a decir que era mecánico. Su nombre era Rubén.
Nos enseñó cada rincón del apartamento, estaba en el segundo piso siendo respectivamente la segunda puerta.

El lugar en sí me agradaba, tenía pisos de cerámica imitación madera, las paredes al igual que todo allí estaban muy prolijas, el baño era increíble pero la habitación lo superaba. Definitivamente quería vivir en ese sitio.

Mi abuela notó mi emoción y decidió comprar el lugar, siempre y cuando yo cumpliera el trato y estudiara.

Luego de firmar un sin fin de papeles,
Rubén depositó las llaves en la palma de mi mano. Hacía mucho no sentía tanta emoción, tenía mi propio apartamento, viviría sólo. Aunque eso no significa que abandonaría a mi abuela, iría a visitarla cuanto pudiera, además Waliyha y yo debíamos simular ser pareja frente a ella y Trisha.

El sueño se apoderaba de mi cuerpo y volví a la casa, mientras tanto mi abuela me inscribiria en el colegio más cercano.

Planeaba mudar mis pertenencias hacia mi nuevo hogar en la tarde para poder pasar la noche allí.
Todo el día fui una bolsa de nervios hasta el ocaso.

*

Me encontraba en la habitación ordenando el closet cuando una voz interrumpió todos mis pensamientos con una suave melodía.

And I been waiting for this time to come around
But baby running after you is like chasing the clouds

La voz provenía del apartamento de al lado. Pegué mi oreja a la pared para oír con más intensidad aquel pequeño recital del cual creía ser el único oyente pero la voz ya no emitió sonido alguno.

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⏰ Última actualización: Aug 19, 2016 ⏰

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