Uno

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La lluvia empieza a caer con más fuerza que antes, empañando el parabrisas casi por completo, pero yo no le presto mucha atención ya que estoy sumido en mis pensamientos, al menos antes de que alguien me sacase de ellos.

—¿Sabes por qué estoy aquí no? —Dice Ichaboais quien se encuentra a mi lado en la parte de atrás del BMW.

—¿Qué? Perdona, estaba pensando en algunas cosas —Digo mientras giro la cabeza hacia

Eduard.

—Ahhhh. ¿Qué voy a hacer contigo John?

—¿Quererme y amarme? —Le digo con una sonrisa burlona.

—Eso es lo que tu quisieras, chaval. Anda, céntrate que es tu primera misión. El consejo ha confiado en ti, no los decepciones. —Advierte mientras me acaricia la cabeza con su mano.

—Lo sé, pero no paro de darle vueltas a todo, en cómo actuar ante aquellas personas que una vez fueron mis amigos, en cómo reaccionaré cuando la vea, en qué tengo que hacer —Le digo mientras agacho la cabeza.

—¿Otra vez con lo mismo? Ya te he dicho que te olvides de todo. Eres un asesino muy preciado y querido por todos —Me dice mientras me levanta la cabeza y la gira para que le mire.

— Sí, seguro. Solo me queréis por mi poder —Le digo mirándole directamente a los ojos.

—Sabes de sobra que no sólo te queremos por tu poder. Es cierto que es muy difícil que nazca una persona con el poder de los elementos y especialmente con el de hielo pero no solo te queremos por eso. Cuando llegaste al gremio todos te ayudamos y te apoyamos, todos te consolamos y cuando me dijeron que yo sería tu maestro no me gusto demasiado la idea ya que no me gusta tener pupilos pero, contigo fue distinto, te cogi cariño desde el primer momento y, ahora, eres como un hijo para mi —Me confía mientras inclina su cabeza y la apoya en mi frente.

—Sé que tú me acogiste en tu casa cuando podrías haberme dejado a mi suerte. Me cuidaste, me enseñaste aunque tu elemento sea el del rayo y me diste el calor que solo puede dar un hogar. Por eso yo te considero mi padre y te quiero pero... algunos iniciados... —Le digo bajando la vista.

—Otra vez con lo mismo. ¡Que te olvides de eso ya, coño! Ya nos encargamos de ellos cuando ocurrió eso, ahora todo el mundo te respeta por lo ocurrido, así que no le des más vueltas y céntrate. ¿Vale? —Me dice mientras aleja su cabeza de la mía.

—Vale... —Le digo en un tono de resignación.

De repente el coche se detiene en seco, hemos llegado a nuestro destino. Bajamos todos del coche excepto Isaac. El piso franco que han asignado esta vez a Eduard es un piso bastante más grande que el de la última vez. Este por lo menos tiene un baño. Está ubicado a 1 Km de la academia, más concretamente en la parte oeste de la ciudad. Entro en aquella finca con paso decidido a saber cual es la misión que he aceptado.

Subimos al ascensor y Eduard pulsa el botón del tercero. Salimos de éste y fuimos recto por el pasillo hasta que de repente Eduard se detuvo en la puerta número seis. Con un suave giro de muñeca la abre y la empuja para que pueda entrar. Era un pisito bastante acogedor, con dos habitaciones, un comedor, una cocina y un baño. Todo estaba completamente amueblado y encima de la mesa del comedor se encontraba un sobre amarillo completamente cerrado. Cojo este y cuando me dispongo a abrirlo Eduard pone su mano encima de la mía y me dice:

—Todavía no, lo tienes que abrir cuando estés en tu piso dentro de la academia —Me dice mientras me empuja fuera del piso.

—¿Y se puede saber cuál va a ser el piso en el que viviré? —Le digo en el umbral de la puerta.

—Viviras en la zona Levante, al oeste del ágora. En la urbanización siete, vivienda número dieciséis. Empiezas pasado mañana. Aprovecha para comprar todo lo necesario mañana, todo va a cuenta del gremio. No te pases con lo que compres. —Me amenaza cerrando la puerta en mis narices.

Abandono aquella finca dirigiéndome a mi nuevo destino. Mientras camino por la ciudad observo como no ha cambiado ni un ápice desde que me fui. Entro por el portón oeste y sigo recto hasta la pequeña plaza Sércol, donde aparte de las tiendas, la biblioteca y la fuente del centro, hay tres caminos distintos. Tomo el de la derecha y voy recto por este. La academia es enorme, ocupa 7 Km de una punta a otra. Si fuese un estudiante nuevo seguro que me perdería. Mientras voy hacia mi nuevo destino veo algo que no quería ver.

La Leyenda del AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora