Capítulo 19: Una gran perdida

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La Torre Avenger estaba sumida en un profundo silencio ese día. Nadie hablaba, prácticamente nadie salía de sus habitaciones... La tristeza y la tensión que había en el aire eran palpables, y seguramente se podrían haber cortado con un cuchillo. El Cap se encontraba en el taller de Tony observando los seis pedazos de su escudo. Los había traído de la base militar porque nunca los habría dejado allá, pero la verdad era que no tenía ni idea de qué iba a hacer con ellos. En ese momento, Tony entró en la habitación y observó al Cap. Ambos tenían ojeras y el cansancio se veía en sus facciones.

Tony: Cap. -Steve se da la vuelta y mira a Tony seriamente.-

Steve: Hola, Tony. ¿Quieres que te deje solo? Yo solo estaba...

Tony: Admirando tu escudo, como lo estuviste haciendo toda la noche –dice acercándose. Se para al lado del Cap y mira el escudo. Apoya las manos en la mesa-. ¿Quieres que te haga uno nuevo? Puedo hacerte uno nuevo en media hora, si quieres.

Steve: Deberías dormir, eso es lo que deberías hacer –dijo interrumpiéndolo.-

Él sabía que Tony había estado volando con su traje toda la noche, y que no había dormido nada. Steve tampoco lo había hecho, pero eso a él no le importaba. Tony negó con la cabeza. Tomó los pedazos del escudo y los separó de la mesa en donde habían estado antes.

Tony: No puedo, Cap, tengo que trabajar. Te repararé el escudo, si quieres. Recuerdo que no querías uno nuevo así que lo que haré será...

Steve: No fue tu culpa, Tony –dijo de repente. Tony se quedó quieto un momento, dándole la espalda-. Espero que lo sepas, que lo de Verónica no fue tu culpa. Deberíamos habernos dado cuenta de lo que planeaba hacer. Si lo hubiera sabido no la habría dejado venir, pero insistió tanto... Pensé que solamente quería rescatar a Bucky, hacer algo lindo por su hermana. No puedes sentirte culpable por esto, no cuando todos tenemos la culpa. No...

Tony: Dije que la protegería, Cap, se lo prometí –dijo sin darse la vuelta. Comenzó a caminar hacia otra mesa con los pedazos del escudo-. ¿Cómo se supone que voy proteger a la gente si ni siquiera pude protegerla a ella?

Steve: Tony...

De repente, Tony alzó la mano y accionó un pequeño control. Comenzó a sonar a todo volumen una canción de ACDC mientras él se ponía una máscara y tomaba un soplete. Se dio la vuelta y sonrió al Cap a medias.

Tony: ¿Qué decías, Steve? Creo que no puedo escucharte muy bien con toda la música y eso.

Steve: ¡Tony! -observó un reloj digital en la pared y abrió mucho los ojos.- ¡Son las 6 de la mañana! ¡Baja la música!

Tony alzó la mano y subió aún más el volumen. Se colocó los guantes y comenzó a acomodar los pedazos del escudo del Cap sobre la mesa.

Tony: ¡Mi taller tiene las paredes a prueba de sonido! Y créeme, Cap, nadie ha podido conciliar el sueño.

Steve negó con la cabeza y salió del taller de Tony. Comprobó que, en efecto, el sonido no salía de aquellas cuatro paredes, pero casi que lo hubiera preferido. El silencio que había en aquellos pasillos era abrumador. Se encontró con Bucky en el comedor. Tenía dos tazas de café frente a él y le estaba echando azúcar a una. Steve se acercó y le colocó una mano en el hombro.

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