II

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Capitulo 2

Su respiración se atascó en la base de su garganta al sentir aquella penetrante mirada sobre ella y las enormes manos que se mantenían apretando su cuello con cierta fuerza.

Aida solo pudo visualizar unos destellos verdosos que parecían quemas a través de ella, su cuerpo la traiciono vibrando de excitación.

Tenía la boca seca y la mente nublada, sus pensamientos se concentraron únicamente en la figura imponente que se cernía sobre ella, sintiendo ese calor emanar del cuerpo ajeno y la textura de su piel contra la tela de su ropa. Era hipnotizante para los sentidos y ciertamente abrumados.

El extraño dejo escapar un gruñido desde el fondo de su pecho. Parecía incluso animal.

-¿Quién te hizo eso en el rostro?- su voz volvió a asaltarla, sorprendiéndola ante la pregunta formulada. Ciertamente no sabía que responder ante ello.

¿Por qué un extraño se interesaba por su cicatriz?

Trato de enfocarse en como liberarse del agarre, pero en cuanto movió su cuerpo tratando de alejarse, un nuevo gruñido escapo del desconocido deteniendo cualquier posible movimiento de su parte.

-Suéltame...- su voz tembló entre sus labios mientras sujetaba las manos en su cuello, tratando de alejarlas. Si continuaba de esa manera pronto le haría falta oxígeno en su cabeza lo que conllevaría a la inconsciencia.

Un nuevo gruñido surgió de aquel chico, su pecho vibro al sentirlo.

La presión en su cuello fue disminuyendo poco a poco hasta ser nulo. Sintió como sus pulmones se llenaban de aire nuevamente.

Sujeto su cuello pensando en las marcas que obtendría después de eso. La presencia del hombre seguía estando demasiado cerca, el aire era demasiado denso a su alrededor.

Maldijo entre dientes su estúpida decisión de ayudar a un desconocido. Debió llamas a Luke en aquel preciso momento y a más unidades del departamento policial.

Ya era tarde para arrepentirse.

Con cuidado fue moviendo su mano hasta su espalda en donde siempre portaba un arma en caso de emergencia, pero fue detenida de nuevo siendo aprisionada contra la puerta.

-No te he dado permiso de moverte.- el suave aliento soplo justo a un lado de su oreja, sentía el calor irradiando del cuerpo masculino al mismo tiempo que un aura siniestra lo envolvía. —No intentes ningún truco sucio, puedo ver todo incluso a través de esta oscuridad.

Aida rodo los ojos con fastidio. Sus manos se posicionaron sobre el pecho del hombre para empujarlo lejos de ella, pero parecía estar constituido como una roca. No se movía ni un milímetro

-Tonterías- bufo de manera agresiva sin dejar de empujar aquel cuerpo. —Sera mejor que te apartes antes de que decida dejar un agujero en medio de tus ojos.

Sin dejarle oportunidad de responder, su mano voló hacia su arma y apunto directamente a la barbilla del hombre, estaba cargada y lista para disparar. Solo necesitaba un movimiento en falso y lo haría.

Para su sorpresa, el sujeto solo emitió una risa seca y amarga.

-¿Sabes lo que le paso al último sujeto que me reto?- inquirió viéndola directamente a los ojos.

-Pues no hemos tenido tiempo de charlar me parece...-apretó el cañón contra la barbilla del sujeto sin dejar de mirarlo igualmente. —vamos a suponerlo...lo mataste, descuartizaste, amordazaste, desmembraste...todo lo que termine con aste. ¿Me equivoco?

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2020 ⏰

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