Miradas nerviosas

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Otro día, otra mala noche de sueño. Recién despertando, Teb no tuvo ningún interés especial a lo que le depararía el día.
Era un domingo aburrido como todos los domingos -pensaba que los domingos solo podían ser divertidos para dos tipos de personas. 1-las familias religiosas que se amanecían con ansias de ir a la iglesia, 2-las personas con resaca de la fiesta del día anterior. Puede que eso no sea tan divertido. Pero al menos puede decir que no encaja en ninguno de esos grupos.
Era pleno verano en la ciudad de Santiago de Chile y a pesar de ser solo las nueve de la mañana ya hacía un calor infernal, la espalda le quemaba a través de las sábanas, provocando una sensación desagradable. Aunque quisiera quedarse todo el día tumbado se obligo a levantarse, tenía cosas que hacer. Se acerco al armario y saco una polera negra sencilla con el cuello recortado a tijerazos, sus pantalones negros ajustados, ropa interior y sus converse negras favoritas a excepción de una estrella negra blanca a la derecha.
Ya en el baño se miro al espejo su cara de recién levantado, tenía unas ojeras marcadas color grisáceo que resaltaban aún más su tez pálida y su cabello negro. Dormía desnudo sin importar la temperatura era una vieja costumbre de la que no se desprendería. Encendió la regadera, sin esperar a que calentara el agua se metió dentro.
Tenía un cuerpo delgado, semimusculado. Era un cuerpo agradable de ver. Aún así odiaba su cuerpo. Se sentía incomodo en el.
Se vistió y salio de su pequeño departamento.
Esperaba el autobús en una parada a dos cuadras de su casa. A media cuadra detuvo el autobús, se subió. Pago su pasaje. se fue hasta el final y se sentó. Se Puso sus audífonos mientras el bus reanudaba la marcha.
Varias cuadras más allá, luego de un rato ya estaba llegando a donde debía bajarse.-pulsó el timbre y se bajó del bus-.
Miró la hora, aún tenía un rato libre y de verdad moría de hambre. Decidió ir a comer algo al Starbucks uno de los muchos que hay en el centro de Santiago.
Caminó hacia allí al frente del euro centro (un lugar donde venden principalmente cosas relacionadas con el anime, también hacen piercing y tatuajes), vio una pareja de dos chicas besándose tiernamente mientras se abrazaban. Las miró con indiferencia y siguió caminando.
En el Starbucks pidió lo de siempre, un café mocha blanco y un mufin de arándanos. Fue a sentarse en una de las esquinas donde hay un futón color verde agua y empezó a comerse su desayuno.
Se le acercó un chico no muy alto, rodeando el 1.65 a lo sumo, tenía un cabello color lápizlasuli, una tez blanca, andaba con el uniforme del Starbucks.
-hola, soy Frank. Trabajo aquí, te podría hacer unas preguntas de lo que piensas sobre tu experiencia en Starbucks.-mirándolo a los ojos-.
-no puedo, estoy ocupado...-le puso su mejor cara de indiferencia-
-vamos solo te tomara 5 minutos, me estarías ayudando mucho.
-esta bien, supongo.-le dijo mirándolo a los ojos-.

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⏰ Última actualización: Aug 31, 2016 ⏰

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