la escuela (capitulo III)

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— gracias papá, la verdad no quería venir con Bairon y su novia después de lo que paso— seguía incomoda por la situacion de esa mañana.
— no esta bien lo que tu hermano hace pero creeme cariño , prefiero mirar a otra parte antes que el lloron se queje con su mamita — su papá siempre sonreia y  se quejaba muy  poco, por lo que su madre se aprovechaba,— nos vemos vemos esta noche cariño—

—adios papá, te amo— beso a su padre y bajo del auto, lo saludo cuando se alejaba. Levanto su vista y ahi estaba del otro lado de la calle, contra el mural del colegio  su mejor amiga besuqueandose, para variar, con su novio, suspiro poniendo los ojos en blanco, aqui vamos  de nuevo.
Cruzo la calle para acercarse a ellos pero decidió ir con sus demas compañeras.

— buenos dias chicas, los noviesitos hace cuanto no respiran separados?— todas las saludaron riendo.

—llegaron hace veinte minutos, venian juntos asi que no se bien desde cuando— lizzi era casi tan reacia como ella a  semejantes demostraciones públicas de amor.

— son muy tiernos— dijo abhigail, eterna romántica.

El timbre sono y pasaron adentro, la secundaria saint clement era muy prestigiosa, la mayoria de los jovenes qie asistian a ella  eran hijos  de ..., generalmente políticos, empresarios, dueños de grandes  corporaciones nacionales y extranjeras. En un  ochenta por ciento jovenes mimados, presuntuosos y arrogantes, pero mei preferia rodearse de gente buena y sincera. 

— buenos dias mei, porque no me saludaste?— dijo su amiga acercándose a su lado

— creeme que lo que menos quiero es interrupir tus arrumacos con Marcus, nose como puedes ser novia de ese pedante—

— no somos novios, somos amigos con derechos— mei la.miro indignada

—peor aun, te denigra delante de todos—

—denigrarme es lo ultimo que hace,además su novia está en Londres, no puedo dejarlo sin atención— suripanta!! Pensó mei

— No es justo, ni para su novia y menos para ti, todos en el Instituto te verán como una chica fácil— su amiga rió, no lo toleraba decidió dejarla, no.importaba lo que dijera a ella nada le podria importar mas que estar con un plyboicito.Isabella era una integrante  del grupo de becados que el  Instituto aceptaba según  su desempeño académico, no era pobre, pero
Comparada con los demás su poder adquisitivo era inferior. Era una chica muy apuesta, rubia y de ojos miel ,amaba entrenar, era extrovertida, alegre y le encantaba llamar la atencion  , lo que la hacia que fuera presa fácil para los arrogantes jóvenes, acostumbrados a tener  lo que quisieran.

La clase de biología estaba extremadamente aburrida, el profesos "sonrisa", apodo que se gano por tener la particularidad de sonreír constantemente, pero su sonrisa no era simpatica  sino más bien macabra. Para peor luego tendrian filosofía con la profesora Laureen, una bruja de las peores.

Mei ya sentia desvanecerse de sueño, la profesora comenzo a dar la clase mientras ella cabeceaba en su banco.

— señorita Standfort!— la voz de la profesora la sobresalto levanto la vista y vio que la miraba colerica, miro a sus compañeros y todos intentaban contener la risa, Isabela la miraba horrorizada «te dormiste» le dijo en voz baja, maldita sea!— muy bien señorita ya que se digno a regresar del pais de los sueños podria responponder la pregunte?— tragame tierra!!

—di disculpe profesora, no logre escuchar— la profesora fue al escritorio escribió algo en un papel

— señorita Stanford, si esta lo suficientemente despierta puede llevar esto a la oficina del rector?— se levanto de su aciento, sentía su rostro caliente y como todos  la miraban, camino hasta su profesora, tomo el papel y fue hacia la puerta—y señorita... no se moleste en venir a la clase— por Dios no podia ser tan tonta que le estaba pasando, como cojones hizo para dormirse, que verguenza.
Camino por el pasillo y subio las escaleras hasta la.oficina del rector, su mente estaba ocupada en esa nota, que pasaria?,empujo la puerta de la recepción de la rectoría y entro con la vista en el suelo.

— Buenos dias sra de...— se paro en seco sin creer lo que veia, la misma inquietud del dia anterior se apodero de ella, ahi sentado en la rectoria estaba el.joven del tren, con los mismos ojos azules y la misma sonrisa ladeada.

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