capitulo IV

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— Buenos días señorita como esta hoy?, que sorpresa encontrarla aquí!— Mei no podía modular palabra, ese joven, justo allí, sentado, en la rectoría del Instituto al que ella le dijo que asistía. El pánico se apodero de ella, intentaba moverse pero sus músculos no respondían, estaba paralizada.

—Muy bien joven, el rector lo recibirá enseguida— dijo la secretaría mientras abría la pMelanie, que sorpresa, te sientes bien?— pregunto la señora Johnson mirandola extrañada. Soltó el aire, no se había dado cuenta de que lo estaba reteniendo. Aparto la vista del joven, e hizo una mueca como sonriza.

— Si Sra Johnson, buenos días—

—Bien cariño, en que te ayudo?— Mei volteo a ver al joven mientras la secretaría se acomodaba, tenía un gesto burlón. Decidió no darle más atención, ya averiguaría después que hacia allí.

—  Sra Johnson, la profesora Laureen me pidió que le trajera esto al rector— dijo extendiendo la nota. La Sra Johnson la leyo, fruncio el ceño y la miro extrañada.

— esto es raro en ti  cariño— le volvió a pasar la nota— espera por favor, le avisaré al — No. No no no, casi entró en pánico.

— No, señora por favor necesito hablar con el rector ahora, tenemos examen despues del almuerzo— dijo lo primero que le vino a la mente, miro de reojo al joven y vio que seguia con la mirada clavada en ella, que tipo más raro.

— Está bien, pasa — gracias a Dios. Toco la puerta pasó.

—Buenos días rector, la profesora Laureen me pidio que le trajera esto—  el regordete rector levanto la vista y sonrió.

— Que sorpresa señorita Stanford— tomó el papel y lo leyó, levantó la vista con el ceño fruncido— te dormiste en la clase? — exclamó notoriamente sorprendido.

—rector  realmente no se que fue lo que me paso—

— esto es raro en ti, y como es la primera vez te lo dejare pasar, pero si me haces un favor— Mei lo miro sorprendida

— Digame rector, que puedo hacer por usted?—  no entendia a que venía todo aquello, pero que más daba si  así no la regañaban.

— Necesito que le enseñes las instalaciones al nuevo alumno que comienza las clases hoy— Mei solo pensó en una persona
— acompañame — dijo el rector caminando hacia la puerta— Señor Foratti, ella es la señorita Melanie Stanford, le enseñara las instalaciones, serán compañeros, y le aseguro que no hay mejor compañera en todo el.Instituto— el joven la miro sonriendo y le extendió la mano.

— mucho gusto Melanie, mi nombre es Crhistian Foratti, es un placer conocerte— pronuncio de forma extraña su nombre, extendió su mano y tomó la de él, sintio una extraña descarga, no podia pensar algo la paralizaba otra vez, pero ya no era pánico.

— Puedes llamarme Mei— fue lo único que logro decir, soltó su mano y seguia sintiendo ese extaño cosquilleo.

— Bien, chicos que disfruten el paseo, que tengan buen día— dijo el rector y volvió a entrar a su oficina.

Mei recupera la compostura torpe, pensó.volteó y vio al joven por lo menos ahora ya sabía su nombre.

—Ok, Christian— dijo tratando de no parecer nerviosa— debo mostrarte la escuela, sigue me— tomó los papeles del recién llegado   y salieron al pasillo, sentía sus ojos clavados en ella, asi que volteó y lo miró sonriendo— bien nuestro salón esta en el piso de abajo, al lado de la enfermería y lo más importante la cafetería esta en el primer piso—

—Eras más linda de lo que recuerdo y me gusta tu nombre Melanie— ella quedo boquiabierta, que lindo era, esos ojos azules parecian leer su alma, y a decir verdad el uniforme le quedaba pintado, que tan alto era?  Un metro ochenta, quiza noventa? Que mierda, Relájate.

— Dime Mei, todos me dicen Mei, bien, mira estos papeles tienes que entregarlos cuando entres a clase.._

—Tu madre es muy simpática según me dijeron—

—Perdón,mi madre?— Mei no entendía nada.

— Si, nuestros padres cenaron juntos anoche— él es el nuevo vecino!,

— Eres el hijo de los vecinos de enfrente— dijo tratando de dicimular su asombro.

—si y a decir verdad, me hubiera gustado que fueras a casa ayer Mei— Madre santa! Que sexie era. Joder Mei controlate

—Tuve que estudiar— dijo en tono cortante, porque de golpe se enfurecia? Que pasaba?

— Es una lastima, te hubiera dado el postre personalmente— pero que carajos, que arrogante era.

— No como postres en la cena, me vuelven intolerable—ya estaba enojada, quien se creia que era

— vamos Mei, me negarás que ayer no querias que me acercará en el tren?—

— la verdad es que no, me estabas perturbando, y peor aun cuando preguntaste donde vivia, que clase de loco pregunta esas cosas?—

—Un loco al que tienes hechizado con esos hermosos ojos— sintió morir en ese instante, era tan arrogantey lo peor era que le gustaba lo que aquel pedante  le decía.

— porque dices esas cosas?, ni siquiera te miraba— Crhistian se acercó y la tomó de la cintura con una mano y con la otra levanto su rostro, y lo acercó al suyo. Estaban a milímetros de distancia. La respiración de Mei era entrecortada, levanrto sus brazos y las puse sobre el pecho de él para intentar separarse, el la atrajo aun mas contra si

—Oh linda niña, si supieras lo que provocas en mi, no te resistas se que te gustó, solo que aun no lo sabes— acercó sus labios a los de ella. Mierda iba a besarla, sintió el calor de su respiracion sobre sus labios, ella cerró los ojos, no podia mover un solo musculo. Pasaron dos segundos y abrio.los ojos solo para ver la burlona sonrisa de Crhistian, sintió como la impotencia de apoderaba de ella, no entendía  como cayó en su juego, lo empujo y se alejó de él.

— nunca vuelvas hacer eso!!— dijo colérica casi gritando, antes de que pudiera decir algo más sonó el timbre para el almuerzo. Giró sobre si comenzó a bajar las escaleras.

— vamos Mei, se que te gustó linda— maldito infeliz, todavía se burlaba de ella

—VETE A LA MIERDA CRHISTIAN— gritó al bajar las escaleras con el dedo del medio levantado y dejando una lluvia de papeles detrás de ella.

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