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Trabajar en la academia de actuación no fue algo que pensé que algún día haría, pero ha sido divertido conocer a estos idiotas. La hemos pasado bien, yo diría que somos una familia ahora... Además, este trabajo paga las cuentas... Empezó como un "peor es nada" pero sobretodo como un "mejor que voltear hamburguesas".

Cuando tus compañeros de trabajo son más de 15 años mayores que tú, no te queda más que hacerte amiga de los estudiantes, así que eso hice yo.

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Buen día, Alex.— salude mientras me quitaba mi mochila.

Hoy le tocaba preparar la escenografía. Él odiaba eso.

Dorothy está loca, Elena.—resopló con frustración.— ¿escenografía para los ensayos? Oh por Dios. No veo por qué es necesario.

"Más respeto Alexander, ya te he explicado. Les ayuda a conectarse con la historia. Al final, las obras siempre quedan con un toque extra de magia." Se escuchó Dorothy desde el depósito.

Tiqui ixtri di migi—murmuró Alex rodando los ojos.

No pude evitar reírme.

¡Hey Támara! ¿Cómo estás?— le dije mientras entraba al lugar.

Bien, bien.— dijo con una sonrisa sin mirar a Alex, o a ninguno de los dos en realidad. Voltee a verlo extrañada. Creí que les había ido bien en la cita de ayer.

Alex no parecía conmovido por la presencia de ella. Eso era muy raro. Averiguaría todos los detalles de esa salida más tarde.

Empecé mi día como cualquier otro, reorganicé algunas fechas de presentaciones, terminé el diseño de los volantes, y llamé tres veces a la compañía de impresión para confirmar la fecha de entrega.

Dorothy y María eran las dueñas de la academia. Dorothy se encargaba más de enseñar y María de administrar pero en realidad las dos hacían ambas cosas.

Por otro lado a mí se me contrató para llevar el control en cuanto a cosas de oficina y papeleo pero poco a poco se me asignaron más y más tareas así que yo estaba en todos lados y en todos los asuntos, excepto: actuar.

Esta temporada iba a ser muy especial para todos los jóvenes actores, se venía un gran evento, audiciones y un tour para grabar una pequeña película. Un año muy prometedor, estaba muy feliz por los chicos, sé que ellos siempre han soñado con ser parte de algo así; esta producción sería pequeña pero una gran catapulta hacia otras producciones de mayor proyección, Lo malo, es que solo se escogería una chica y un chico de nuestra pequeña escuela para ir a Oxford a representarnos en el tour de audiciones.

El desempeño de los chicos en la obra de este fin de semana sería lo que determinaría quién iría a Oxford y quien se quedaría en casa. Podías cortar la tensión con un cuchillo en aquel auditorio.

Normalmente todos nos la pasamos haciendo bromas unos a otros riendo entre descanso y descanso, Doroty y María llevaban las payasadas a otro nivel. Que ellas jugaran con nosotros era lo que lo hacía más divertido estar ahí. Se podría decir que yo era más o menos una intrusa en aquellos juegos, yo no era parte del cast, pero si me sentía parte de la familia.

Como sea, hoy no era así, no lo había sido desde que nos dieron la notica, todos querían ser elegidos y nadie quería ser rival de nadie.

Esta última semana yo había estado de aquí para allá preparando la obra de este fin. Así que no había hablado mucho con los chicos más que sonreír y tal vez un hola.

Doroty me había enviado a buscar sus lentes que los dejo en el depósito así que fui, todavía estaba pensando en Alex y Tamara, por fin ella le había aceptado ir a una cita pero ahora están más incómodos entre ellos que antes. Pobre Alexander, sé que ella le gusta mucho... Hasta me atreví a decirle una vez que creía que a ella le gustaba él también. Parece que todo salió mal y ahora me siento culpable.

Casi llegaba al depósito cuando escuche las voces de Alex y Raymond. Me escondí entre los vestuarios.

—¿Y cómo te fue ayer?
—Bien, amigo.
—¿cómo que bien? ¿La besaste? ¿Al menos sabes si ella la pasó bien?

"Bueno, supongo que me quedaría un rato a escuchar que fue lo que pasó, ya no tendré que preguntar al menos"—pensé y luego me sentí culpable por estar de espía.

—Sí la pasamos bien, es solo que ella no es lo que yo creía. No me mal entiendas, Raymond. Tamara es una buena chica, pero no se, ayer estuve más cerca de ella y no es toda la idea que yo tenía en la cabeza. Me hice un capricho con ella, y ahora me siento culpable por no sentir algo real.

Hubo un silencio y después Ray se rió.

—Alex, todo el mundo sabe que a ti la que te gusta es Elena.
—¿Elena? ¿Qué?...—vaciló un momento.—¿sí? No me confundas, amigo.

Dejé de respirar.

—La única forma de que estés seguro es que la lleves al Tour. Todos los chicos sabemos que te elegirán a ti. Llévala al tour, Alexander.

—Raymond, Elena ni siquiera actúa.

Seguía sin aire, tropecé, se cayeron algunos percheros del vestuario. Se acabó, en un segundo Alex y Raymond llegaron a mi escondite, estaba expuesta, así que dije lo único que tenía para decir:

—No hay manera de que me dejen ir al Tour.

Otra realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora