Capitulo 4

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Me encontraba en mi primer trabajo, llevaba una semana trabajando, y mis días eran agotadores. Pero me pagaban cada semana, y con las propinas me iba muy bien.

- Te toca atender a aquellos estudiantes - dice Mechi, la cual se ha convertido en una amiga.

- De acuerdo - digo y comienzo a caminar a la mesa.

Son puros chicos, no traen con ellos chicas. Agh si se ponen pesados no sé qué haré.

- Buenos días! ¿Qué desean ordenar? - preguntó con una gran sonrisa y amable.

- Mmm yo quiero un capuchino y una rebanada del pay de limón - escribo en mi libreta su orden.

- Yo deseo, un chocolate caliente y una rebanada de pastel de chocolate - anotó la orden.

- Quiero un capuchino - espere a que continuará pero ya no hablo, así que repetí la acción que hize con los dos anteriores.

- En un momento les traigo su orden - dije y camine a la cocina.

- Que sexy - me susurra Mechi.

-¿Quién? - pregunte confundida.

- El chico de la mesa que atendiste, suertuda - me da un leve golpe en el hombro.

- Mechi! Deja de pensar en chicos sexys y ponte a trabajar - ella solo rió.

Al ir por la orden de otra mesa que estaba atendiendo, sentí que alguien me miraba atentamente, gire la cabeza y observe al chico de la otra mesa que estoy atendiendo.

En cuanto se da cuenta que lo descubrí, voltea a otro lugar. Sonrió internamente.

Voy por ma orden de la mesa de los chicos y comienzo a dejarles en frente lo que pidieron.

- ¿Necesitan algo más? - preguntó y el chico de ojos verdes me observa.

- A ti - responde, tiene unos ojos verdes que derriten a cualquiera.

- Lo siento, estoy en el trabajo, no puedo sentarme a comer - él me seguía observando.

Estaba súper nerviosa, era una situación un tanto incomoda.

-Martina - me llamo Mechi.

- Lo siento me llaman - dije y me acerqué a Mechi.

- No necesito nada, solo te saque de la incómoda situación - hace una pausa - No me agradezcas.

- De acuerdo - observó el reloj - Me tengo que ir.

- ¿Porque? - pregunta Mechi.

- Ya termino mi turno del día de hoy - me observó.

- He investigado y no es bueno trabajar demasiado y en turnos agotadores estando embarazada.

- Lo sé, pero necesito el dinero, recuerda que estoy sola con mi bebe - ella asiente.

Se despide de mi y va a atender a otra mesa. Yo en cambio, voy al checador y pasó mi tarjeta. Voy por mi bolso y salgo del local.

Camino hasta la estación de autobuses, que queda a 5 calles, es demasiado para mi cuerpo, y aún no he ido al médico, por dios! Pronto cumplire los 3 meses y aún no voy al medico.

Soy una mala madre, de tan solo pensar que mi bebe tenga algún problema por mi culpa, se me llenan los ojos de lágrimas.

Llego 10 minutos antes a mi otro trabajo. Me puse mi uniforme y salí a atender.

No había clientes a estas horas. Se llena entre las 10:00 pm y 12:00 am, es decir cuando el ultimo cliente sale, cerramos.

Así que por el momento estoy sentada con mi celular, buscando en internet a algún médico barato, cuando escucho la campana que indica que acaba de llegar un cliente.

Giró mi cabeza y me encuentro con el mismo chico de ojos verdes de la cafetería anterior.

Se sienta en una mesa y yo me acerco para atenderlo, ya que no encuentro a Miranda.

- Buenas Tardes ¿Qué desea Ordenar? - el levanta la vista al escucharme.

- Te lo dije en la cafetería anterior, a ti - responde.

Yo no conformo parte del menú - digo amablemente.

- Lo sé, pero quiero charlar con una chica la cual está demasiado sexy - responde y yo me sonrojo.

- Gracias - digo, aún roja como un tomate.

- No me tienes que agradecer - dice y sonríe.

- ¿Qué desea ordenar? - preguntó.

- Una malteada de fresa, y por favor no me llames de usted - dice.

- Claro, en un momento te traeré tu orden.

Lleve la orden a la cocina, donde me entregaron la malteada y fui a llevársela al chico.

- Aquí está tu orden - le digo y él me sonríe.

- Por favor siéntate a charlar conmigo - dice.

Busco a Miranda con la mirada, buscando aprobación, y cuando la encontré ella asintió.

- De acuerdo - respondo sentándome frente a él.

- Me llamo Jorge - empezó.

- Me llamo Martina - continuó - ¿Cuántos años tienes?

- 18 y ¿tú?

- 16 - respondo en un susurro casi inaudible.

- ¿Qué haces trabajando a esta edad ? Deberías estar estudiando.

- Me echaron de casa.

- ¿Porque?

- Martina - me llama Miranda, en señal de que hay más clientes.

- Me tengo que ir - digo levantándome.

- Tenemos que vernos algún otro día, cuando tú puedas.

- ¿El sábado? - preguntó.

- Claro, en el parque frente a la cafetería de la mañana - dijo y yo asentí.

- De acuerdo, nos vemos el Sábado - digo y voy a atender a más clientes.


HI!

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Espero les guste.

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L@s amo!

Atte: JustImagine07

Embarazada - JortiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora