Todas las noches veo una sombra; sombra que se cierne sobre mí cuando estoy acostada en mi cama. No sé lo que quiere: tal vez asustarme... tal vez apoderarse de mi cuerpo... de mi vida.
Cierro los ojos. No deseo verla deslizarse en la oscuridad de mi cuarto. Cubro mi cabeza con las mantas, en un intento por desaparecer. Me siento protegida en mi fortaleza de tela. Sin embargo, sé que no lo estoy. ¿Cómo podría salvarme de ella cubriéndome la cabeza? ¿Acaso mis ojos cerrados impedirán que me vea?
La sombra se mueve hacia mí. Siento su presencia. Cada vez está más cerca.
Mi corazón late rápido. No quiero que descubra que todavía estoy despierta. No quiero que sepa que la he visto llegar. Giro hacia el otro lado y me acurruco, esperando que se vaya.
Quisiera poder dormir.
Quisiera estar soñando.
Quisiera no tener miedo.
Sin embargo, en esta noche de insomnio, no hay ningún sueño en esta mente cobarde. Usualmente dejo de percibirla una vez que caigo en la inconsciencia. No obstante, hoy es diferente. No logro dormirme. Su presencia me perturba más allá de lo imaginable.
Mantengo los ojos cerrados, pidiéndole protección a Dios o a quienquiera que me escuche.
¿Habrá alguien que quiera protegerme?
Espero unos minutos, pero mis latidos parecen hacerse cada vez más fuertes. Quiero que mi corazón se calle o ella escuchará... y sabrá que estoy despierta.
Un cosquilleo en mi nuca me paraliza. Quisiera gritar, salir corriendo o defenderme. Sin embargo, me quedo allí inmersa en mi silencio. Esperando.
Cuento hasta cien. Entonces me doy cuenta de que quizá se haya ido, y me dispongo finalmente a descansar. Mi corazón se tranquiliza. Mi mente se apacigua. Ya podré dormir.
Aflojo las mantas, estiro las piernas y toco algo con los pies.
No. Algo me toca.
Grito. Me sacudo intentando alejarme de esa sombra, y me arranco a mí misma de la cama.
Cuando abro los ojos la veo con claridad: acostada, cubierta con mis mantas y esbozándome la más aterradora de las sonrisas.
Espero que les haya gustado.
¡Saludos!
Sí, se ha terminado :P