Vivió Engañada.

Viví engañada.

Pensé realmente que era felíz, realmente lo pensé; hasta que lo acepté.

Viví engañada.

Saberlo rompió mi corazón, mi cabeza explotó y no sentí la mitad de mi cuerpo. Caí en una piedra roja, pero no pude, no tenía que ser así, yo no lo merecía.

Viví engañada, ¿A quien le gustan las mentiras?, son tortura pura cuando te mientes a ti mismo, cuando sabes que es lo que necesitas; para sonreír fuerte.

Obligada.

Es una tortura grande.

Pueden encadenarme mis muñecas con una soga; puede ser fuerte y que mi piel se descarapele por la fuerza de esta.

Pueden rasgar mi estómago con cigarrillos prendidos, dejar quemaduras fuertes de por vida.

Pueden quemarme la garganta.

Pueden lastimarte físicamente.

Todas las sonrisas, todas las risas fingiendo; detrás de ellas mentiras. Algo nada planeado realmente vale la pena.