Capitulo 1

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COLTON
A veces nuestros sentimientos pasan a segundo plano cuando nos vemos presionados por la crueldad del mundo. A veces los seres humanos tendemos a hacernos daño ocultando nuestras más sinceras verdades. A veces nos escondemos de la sociedad y vivimos asustados de la realidad. A veces nos volvemos de piedra y nos creemos tan fuertes que no vemos más allá de una primera impresión. A veces olvidamos que la vida ofrece interminables oportunidades. A veces reflexionamos y abrimos los ojos ante nuevas perspectivas. A veces construimos nuevos caminos que nos permiten ser nosotros mismos. A veces decidimos combatir el miedo a sentir, y a experimentar nuevas emociones. Y a veces, solo a veces, no solo abrimos nuestro corazón, si no que dejamos que otras personas entren en él.

Nunca pensé que mi vida pudiera dar tal vuelco cuando tan solo era el tipico chico guapo y popular de la universidad. Creía que tenía una muy buena vida. Era un buen alumno, las chicas me consideraban muy atractivo, era el mejor del equipo de futbol de la universidad, era popular y la gente me respetaba.
Mi padre me forzaba a concentrarme en el futbol, ya que recibía muchas ofertas de otros equipos de grandes categorías, y creía que yo podría llegar a ser profesional para vivir de ello.
Nunca me había quejado de sus ideas; el futbol era mi gran pasión, hasta que mi amor por la interpretación , el arte dramático y la música empezó a crecer desmesuradamente. Era algo de lo que me ocultaba, ya que no quería perder mi reputación.
Pero lo que realmente no sabía, era que aun no conocía gran parte de mi, y la más importante de todas.

Todo empezó cuando llegué a la universidad el primer día del tercer curso.
Llevaba ya un par de años estudiando en la WSU, y parecía estar realmente cómodo allí.
Cuando quedaban unos 5 minutos para que empezaran las clases, aparqué el coche en la plaza de parking que tenía reservada justo delante de la entrada principal.
Como de costumbre apagué el cigarro antes de entrar por la puerta para evitar cruzarme con el director y recibir otra charla sobre la educación y el respeto hacia las zonas de aprendizaje, como ya había ocurrido en varias ocasiones.
Al cruzar la gran entrada, todas las miradas se posaron en mi.
Muchas caras conocidas me saludaban a lo lejos, y otras completamente nuevas, que supuse que eran las de primer curso, me observaban con asombro.
Nunca entendí porque mi imagen cautivaba tanto a los demás. Me sentía intimidado pero estaba ya tan acostumbrado que no le daba importancia al asunto.
Sonreí placenteramente cuando vi a mi mejor amigo, Dylan, al final del pasillo.
Me acerqué a él con entusiasmo para darle un buen abrazo al saludarle.
-¡Colton Haynes ha vuelto, amigos! -dijo mientras me abrazaba.
-Cállate anda.
-¿Que tal el verano? - preguntó con una sonrisa picarona. Sabía perfectamente a que se refería con esa pregunta, y también sabía que mi respuesta no sería la que él estaba esperando.
-Bien, ya sabes, entrenando todo el día. -contesté intentando evitar el tema.
-Me refiero a las chicas, tio. ¿Alguna que valiera la pena?
-Dylan, ya te he dicho que me he pasado todo el verano entrenando. No he tenido tiempo para esas cosas. - y dije la pura verdad.
-Menuda excusa amigo. - sonrió convencido y miró hacia nuestra derecha buscando a alguien con la mirada - ¿Sabes a quien me haré yo este curso? - dijo volviendo a posar sus ojos en mi, esperando una respuesta.
-Dejame adivinar... -observé a nuestro alrededor para tratar de encontrar a alguien que pudiera resultar de su gusto. Dylan era alto, pero no tanto como yo, musculado, castaño tirando a rubio, y con unos ojos azules que destacaban aún estando lejos. Sin embargo, le gustaban las chicas morenas, bajitas, y con sonrisas relucientes. Así que no fue dificil adivinar de quien se trataba. - Anne Eastwood.- dije con una seguridad absoluta en mi voz.
-Serás... ¿Como lo has sabido? -rió a carcajadas mientras miraba a Anne con deseo.
-Te conozco demasiado. - me giré para observar a la dicha, y sonreí cuando vi que se acercaba hacia nosotros.
-Hola Dylan- dijo con una falsa sonrisa a la vez que él se acariciaba el pelo, intentando seducirla. Peró ella se giró y gritó mi nombre con una voz tremendamente aguda y torturadora.
-¡Colton! - se acercó descaradamente hacia mi y se avalanzó sobre mi torso abrazandome como si le fuera la vida en ello. Miré a mi amigo, que estaba completamente petrificado delante de mi, mientras Anne seguia abrazandome.
-¿Que tal, preciosa?- la verdad es que era la chica más guapa de la universidad y todos iban locos por ella.
-Te he echado de menos este verano. - dijo acariciandome el pecho.
-¿Si? Pues ya estoy aqui, asi que...- no pude terminar la frase cuando sonó el timbre que indicaba el incio de las clases.
-Nos vemos luego guapo.- me susurró en el oido cuando se acercó para besarme la mejilla y luego los labios. No supe que responder, asi que di la vuelta y caminé rapidamente intentando evitar la posible bronca de mi amigo.
Entré en la clase, recibiendo todas las miradas y alguna que otra sonrisa por parte de mis compañeros, y me senté en el pupitre de la esquina derecha de la sala, en la ultima fila. Siempre me sentaba alli solo, aunque los pupitres eran de dos.
Dylan no estaba en esa clase, y no me apetecía compartir pupitre con ninguno de los lameculos de mis amigos y mucho menos con alguna de esas locas que mastican chicle y se pintan las uñas durante las clases.
Todos sabían que ese era mi sitio, y nadie se sentaba allí.
Cuando dejé la bolsa al lado de la silla, me senté dispuesto a tragarme todas las estupidas charlas del primer día.
El profesor entró a los dos minutos junto a un chico que no había visto en mi vida.
Era bajito, comparado conmigo, moreno, y bastante guapo. Iba vestido con unos pitillos cortos oscuros y una camiseta de tirantes negra. Pero sin lugar a dudas, lo que más que me llamó la antención de él fueron sus tatujes.
-Buenos días chicos. - dijo el profesor Lewis dejando su bolsa encima de la mesa e indicando al joven que se acercara. - Como todos sabeis soy el profesor Lewis, y seré vuestro tutor durante este curso. - posó su mano en el hombro del chico y luego sonrió - Este es Jonathan. Se incorporá a la universidad este curso, así que no estaría de más ayudarlo a incorporarse. - miró al tal Jonathan con amabilidad y luego me miró a mi. - Jonathan, puedes sentarte en el sitio libre de la ultima fila. Estoy seguro de que el señorito Haynes estará encantado de ayudarte. - entonces abrí los ojos como platos maldiciendo el maldito momento en el que decidí ser amable con ese señor.
-Disculpa profesor, pero no creo que sea el más indicado para ayudarlo. - dije intentando evitar pasar ese mal trago.
-Pues yo creo que os podeis llevar muy bien. Jonathan ve a sentarte, empezamos la clase. - Jonathan empezó a caminar hacia mi con una sorprendente sonrisa , que por algun motivo aceleró mi pulso, y se sentó sin ni siquiera mirarme.
El profesor Lewis había empezado su larga charla cuando mi nuevo compañero de pupitre me miro decidido a decir algo.
-Hola. - dijo con una timida sonrisa. Lo miré inexpresivo y volvi a posar la mirada en la mesa.
-No pienso ayudarte. Lo sabes ¿verdad? - dije sin ni siquiera mirarlo.
-Tranquilo, he notado desde el principio que eres el tipico gilipoyas que se cree superior a todo el mundo. Asi que, si, se que no piensas ayudarme. - me miró con satisfacción al haberme soltado esas palabras que me habían dejado petrificado. Nadie me había hablado asi. Sin embargo no pude evitar sonreir ante su extraño acento probablemente europeo.
-¿Se puede saber que te hace tanta gracia? - al ver su cara de indignación mi sonrisa augmentó.
-¿De donde eres?- pregunté mirandolo de reojo.
-Soy español. - dijo devolviendome la mirada y sonriendo ligeramente. Nunca había conocido a nadie de España y la verdad es que era un lugar que me tenia realmente cautivado.
-¿Y que haces aqui? - pregunté interesado.
-Estudiar. Para ser el alumno predilecto no eres muy listo Haynes.
-No me llames Haynes. - contesté cabreado ante mi fallido intento de evitar que la gente me llamara por el apellido. Eso era algo que me recordaba al futbol, y estaba tan cansado del deporte que no quería pensar en ello.
-¿No quieres que te llame por tu nombre? ¿Que tienes algun apodo popu o algo así? - dijo riendo ante mi cara de cabreo.
-Me llamo Colton. - contesté con tono seco.
-Así que Colton Haynes ¿eh? - asentí y sonrió de nuevo. - Eso es nombre de artista. - y sentí un pinchazo al oir sus palabras.
-¿Que quieres decir? - pregunté mirandolo  asombrado.
-No sé, suena a importante. La nueva pelicula de Colton Haynes. - dijo moviendo las manos para darle importancia a la frase.
-¿Que dices? -pregunté a la primera persona que había visto un artista en mi.
-Dejalo, estoy como una cabra. - contestó sonriendo y seguidamente tocandose el tupé con la mano derecha. Me quedé sorprendido ante el enorme tatuaje que tenía en la anuca. Parecía un pajaro enorme.
Acto seguido puso la mano en su anuca rascandose de forma que tapaba el tatuaje, asi que deducí que se sentía intimidado y me giré  para volver a mirar mi libreta vacía.
-Por cierto, no me llames Jonathan. - dijo sonriendo ligeramente.
-¿Tienes algun apodo de friki o algo así? - dije algo seco devolviendo la misma contestación que él anteriormente.
-Muy gracioso. Prefiero que me llamen Jonan. - contestó sonriendo de nuevo. Nunca había conocido a nadie que me hubiera regalado tantas sonrisas en tan poco tiempo.
-¿Jonan? - pregunté para confirmar y reí por la gracia que me hacía ese nombre.
-Si, me gusta más. -me tapé la boca con la mano para ocultar mi sonrisa para que no se sintiera ofendido.
Sin apenas enterarme la primera hora de clase había pasado. Me levanté de la silla y salí dispuesto a ir a la cafetería para comprarme algo para comer.
Al entrar por la puerta escuché mi nombre desde una de las mesas más lejanas. Todo el mundo se calló y me observó. Sonreí cuando vi de que se trataba de cuatro de mis compañeros del equipo que me llamaban y me hacian señas para que me acercara a ellos.
Caminé en su direccion hasta que fui recibido con apretujones de manos y fuertes abrazos.
-¿Como está nuestro capitán este curso?- preguntó Liam, uno de mis mejores amigos.
-Pues... - no me sentía cómodo hablando de futbol, es que estaba harto. - he entrenado bastante.
-Sabía que no nos decepcionarias. -dijo animado. Sonreí intentando ocultar la falsedad que escondía esa sonrisa.
-Oye, ¿vienes a la fiesta mañana verdad? -preguntó James a mi derecha.
-Por supuesto. - No dudaba de ello. Cada año había una fiesta espectacular el segundo día de clase. -Chicos, voy a comprarme algo, me muero de hambre.
-De acuerdo, nos vemos tio. - contestó por último Nicholas, y me giré hacia la maquina de chocolatinas. Y justo cuando tuve mis 3 chocolatinas en la mano sonó el timbre que indicaba el inicio de la segunda clase.

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