COLTON
Eso de vivir en la residencia de la universidad era bastante cómodo, y más si jugabas en el equipo de futbol.
Los entrenamientos podían durar horas y horas, y los días que terminabamos a las once y media de la noche eran una larga tortura.
Por suerte a Dylan, a Liam, a Emmet y a mi, al ser los mejores del equipo, nos habían pagado la estancia en la residencia.
Emmet era insoportable. Me odiaba profundamente desde que entré en el equipo el primer curso y le saqué el puesto de capitán. Nadie se atrevía a enfretarse a mi excepto él, ya que era extremadamente corpulento y había repetido curso unas 3 veces, por lo tanto era mayor que yo.
Entré en mi habitación con la intención de coger mis cosas e ir a ducharme.
-Tu y yo tenemos que hablar seriamente. - dijo Dylan desde su cama al verme entrar por la puerta.
-¿Puede ser luego? Necesito una ducha fría. - le miré un segundo y fuí a coger la toalla al ver su mirada de aprobación.
-Está bien, 5 minutos. - suspiró rendido mientras me sacaba la ropa y me enrollaba la toalla en la cintura. Entonces salí por la puerta y caminé por el pasillo hasta el baño de chicos. Ese rollo de las duchas comunitarias no me molestaba para nada. Nunca había tenido ningun problema en mostrar mi cuerpo, ni en ver el de los demás.
Al entrar vi que solo había una de las muchas duchas encendida y me metí en otra bastante alejada.
El momento de la ducha era uno de los mejores del día. Permitía que me relajara, que pensara, que reflexionara, y a la vez que olvidara la presión que estaba recibiendo por parte de todo el mundo.
Acabé de ducharme, me sequé y salí de la ducha con la toalla en el hombro. Me daba igual que me vieran desnudo, era algo natural.
Andaba sumergido en mis pensamientos cuando choqué contra alguien. Me asusté y vi como la toalla del chico que tenia delante se caía al suelo. Me fije en su cuerpo y enseguida supe de quien se trataba. El español tatuado con el que me había sentado en clase.
-Ostia, lo siento Jonan. - dije incodomo mientras él me miraba petrificado. Entonces, por alguna razón, mi pulso acelero y sentí algo en el estomago. Quería sacarme esa sensación de encima asi que mi primera reacción fue coger su toalla del suelo, darsela y salir corriendo.
Llegué a mi habitación totalmente confuso y descarrilado.
-Joder, por fin. Pensaba que te quedabas a vivir en la ducha. - dijo Dylan en tono de burla. Supuse que se percató de mi cara de idiota cuando lanzó una pregunta. - ¿Estas bien? - preguntó acercandose a mi.
-Si, supongo. No lo sé. - esa sensación de notar un hormigueo por todo el cuerpo desaparecía poco a poco, pero aún seguía allí, y no tenía ni idea de porque.
-¿Que ocurre? - me miró con preocupación mientras cogía una almohada del sofá y me la lanzaba.
-Dejalo, no tiene importancia. - aunque fuera mi mejor amigo no quería contarselo. Es que ni siquiera yo sabía que significaba.
-De acuerdo. - dijo con aprobación. - ¿Vamos al Tina's esta noche?
-Por supuesto. - contesté con una sonrisa. La verdad es que me apetecía salir, beber, enrollarme con alguien y olvidarme de todo.
Abrí mi gran armario, cogí unos pantalones tejanos y una camiseta negra y a los dos minutos estaba listo.
Liam tardaba más en preparse que yo. Se ponía su colonia, se peinaba durante diez minutos, y se cambiaba de ropa unas tres veces hasta que no se veía bien.
En cuanto terminó, cogimos nuestras cazadoras y nos fuimos en moto a cenar. Siempre cenabamos en los mismos bares y en los mismos restaurantes. Basicamente porque teniamos descuentos de clientes especiales.
Cuando acabamos de cenar conducimos hasta el Tina's.
Entramos por la puerta e hice una mueca incomoda al escuchar la musica tan extremadamente alta. Dirgí la mirada hacia la mesa del fondo que siempre ocupabamos. James y Nicholas ya estaban sentados allí. Junto a ellos se encontraban Liam y su novia Susan, que por supuesto iba acompañada de su amiga del alma, Lily.
-¡Mirad quien viene por ahí, el dúo calavera! - gritó Nicholas al vernos entrar. Todos se giraron hacia nosotros y nos acercamos hacia ellos.
-Buenas. -contestó Dylan con una sonrisa.
-Ya tardabais - dijo Susan señalando con la cabeza su copa vacía.
-Lo siento, se nos ha hecho tarde. - contesté amablemente, aunque en el fondo tenía unas ganas tremendas de estrangularle la cara a esa tía. Estaba harto de ella: había estado saliendo con muchos de mis amigos, y no quería que Liam cayera en su trampa, pero era demasiado tarde.
-Sentaros, venga. - dijo de nuevo sonriente.
Las mesas eran rectangulares con sofás alargados en los dos lados mas anchos.
Me senté en una punta, al lado de Lily.
Delante mio se encontraban Liam y Susan que no paraban de darse el lote. Morreo tras morreo; resultaba asqueroso. Suspuse que Lily había malinterpretado mi mirada cuando se acerco a mi y me acarició el brazo.
Lily era realmente muy atractiva, era rubia, alta, tenia un tipo impresionante, y , de alguna forma, siempre había habido atracción sexual entre nosotros, pero nunca nos habíamos liado. Resultaba raro, porque me había liado con casi todas las chicas que me tiraban los cejos, excepto con ella.
Me apartó de mis pensamientos cuando acerco su boca a mi oreja.
-¿Me acompañas al baño? - susurró sensualmente. Quería olvidarme de las extrañas sensaciones que había vivido hacía unas horas asi que asentí sin dudarlo dos veces y nos fuimos directos al baño.
Al entrar cerré la puerta con pestillo y la empujé contra la pared, descargando toda la rabia que tenía dentro. Me saqué la camiseta y los pantalones, y seguidamente la giré de golpe para desabrocharle el vestido y sacarselo.
Me miró con deseo y empecé a besarla apasionadamente mientras le desabrochaba el sujetador. Entonces se sacó las bragas y me bajó los calzoncillos de forma que quedo agachada ante mi y aprovechó para morder mi miembro desnudo. La levanté del suelo y me agaché para coger el condón que llevaba en el bosillo de mi pantalón.
-¿Quieres ponermelo tú?- susurré mordiendole la oreja. Asintió nerviosa y me puso el condón sin ningun problema. Acto seguido la subí hasta que pudo rodear mi cintura con sus piernas e introduje mi miembro, mietiendolo y sacándolo seguidamente hasta que no puedo aguantar y se puso a gritar como una loca. Extrañamente, yo no sentía ningun tipo de placer asi que le tapé la boca con mi mano y seguí con el movimiento aún más rapido; pero nada.
Entonces aparto mi mano, me beso descaradamente y dijo unas palabras que me dejaron de piedra.
-Colton, estoy enamorada de ti. - dijo mientras me cogía el rostro entre las manos. Derrepente me entró el pánico y me aparté de ella. Me agaché, cogí mi ropa y me la puse rapidamente antes de salir por la puerta de ese maldito baño.
Decidido a irme a la residencia, caminé apresuradamente hasta que Dylan me paró.
-Mira quien ha venido. - me dijo sonriente. Me giré para ver de quien se trataba. Anne Eastwood. Me puse tenso de golpe al recordar el beso que me había plantado esa misma mañana. Me miro de forma seductora y se pusó a andar hacia mi. Acto seguido giré mi mirada hacia los tacones que se oían desde el otro lado. Lily también se acercaba hacia mi, pero ella, en cambio, con un rostro totalmente enfadado.
-¡No puedes follarme en el baño y luego irte sin decir nada despues de que te confesara mis sentimientos, idiota! - gritó Lily en cuanto me alcanzó. Vi como su brazo se levantaba bruscamente y su mano en forma de puño acababa golpeandome el ojo. Todo el bar se giró para observarnos. Sentí un dolor punzante en el ojo izquierdo y respiré hondo para calmarme. Si hubiera sido un hombre ya le habría partido la cara.
-Tranquilizate, Lily. - dije aún tocandome mi ojo dolido. Su resperación se calmó por fin. Un segundo después recibí otro golpe, pero esa vez por parte de Anne, en el labio. Este empezó a sangrar y la miré rabioso a la vez que sorprendido.
-¡¿Que haces?!- dije ya fuera de control.
-¡Pegar al imbecil que me ha puesto los cuernos!- gritó Anne. Entonces Dylan me cogió de la camiseta dispuesto a pegarme. ¿Que coño estaba ocurriendo?
-Dylan porfavor, sabes que no estoy con ella. - dije intentando calmar la situación.
-¡No, ya no estas conmigo porque acabo de romper contigo! - gritó Anne detras de mi. Aparté la mano de Dylan de mi camiseta y me giré.
-Anne, tu y yo nunca hemos estado juntos. -contesté siendo totalmente sincero.
-¿A no? ¿Y nuestro beso de esta mañana? - dijo con superioridad.
-Me has besado tu, porque has querido. - contesté con las manos en la cabeza. - Me largo de aquí. - dije echandome a andar hasta la mesa, para coger la chaqueta y el casco. Dylan me siguió hasta la puerta y me cogió por el hombro.
-Tienes que aclararme algunas cosas, amigo. - me dijo con serenidad. Me giré para mirarlo y vi su cara de preocupación.
-Dylan, sabes que nunca he estado con Anne. - contesté sincero.
-Lo sé, no es eso a lo que me refiero. - me dijo con una pequeña sonrisa.
-¿Entonces a que te refieres? - dije girandome para seguir caminando.
-No lo sé, se que hay algo que me estás ocultando. Te conozco demasiado, Colt. - dijo seriamente. La verdad es que nadie me conocía mejor que él. Lo sabía todo sobre mi, absolutamente todo. Excepto lo de mi sueño de ser artista, eso lo tenía guardado para mi.
-Sabes todo lo que tienes que saber, creeme. - contesté sonriendo ligeramente. - Vamonos. - entonces nos pusimos el casco y la chaqueta, y fuimos a por nuestras motos.Lo primero que hice al llegar a la habitación fue curarme las heridas. Tenía el labio hinchado y herido y una parte del ojo morada.
-¿Te duele mucho? - preguntó Dylan al ver mis muecas de dolor.
-El labio sobretodo. - dije tocandome la herida.
-Creo que te ha dado con el anillo. - dijo riendo a carcajadas. Me uní a él al pensar en lo comica que había sido la situación. - Venga, a descansar. - asentí sin pensarlo dos veces y me puse a la cama. Solo cerrar los ojos, la imagen del chico español en bolas apareció en mi mente y volví a sentir un cosquilleo por todo el cuerpo. Sin poder librarme de él, me levanté de la cama y salí a dar una vuelta por los pasillos.
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Upside Down
FanfictionA veces nuestros sentimientos pasan a segundo plano cuando nos vemos presionados por la crueldad del mundo. A veces los seres humanos tendemos a hacernos daño ocultando nuestras más sinceras verdades. A veces nos escondemos de la sociedad y vivimos...