La Dulce Chica Misteriosa.

Prólogo.

Corrí, corrí y corrí como me lo había pedido Angels no sabía porque pero la obedecí, la conversación que habíamos tenido hace poco sigue  resonando aún en mi cabeza como eco.

«Algo muy malo pasará, corre y ve por ayuda - dijo Angels  mirándome fijamente a los ojos.

-¿A quién?- pregunté nervioso.

- Ve dónde Alexander - contestó simplemente.

Asentí.  -¿Estarás bien? - pregunté preocupado.

-Sí, solo ve por ayuda.

Un fuerte trueno se escuchó por todo el bosque y me estremecí. Angels elevó su mirada al cielo el cual estaba oscuro por la tormenta que se aproximaba y luego me vio a mí.

-Corre y no te detengas, él está cerca - habló nuevamente Angels.

Sin preguntar quien era él, la miré por ultima vez antes de salir corriendo por el bosque»...