Destrucción.

Capítulo 6: "Molesto."

-No hay tiempo para perder, muchachos.- dice el presidente Fenwick mientras se pone de pie- El señor Litchen los llevará al lugar donde les harán las pruebas correspondientes y de ahí a los que serán sus nuevos alojamientos...

-Espere, ¿no volveremos a nuestras casas hoy?- le interrumpo.

-¡Claro que sí, querida! Sólo volverán por el resto de ésta semana, luego el lunes se establecerán fijamente aquí, pero eso es algo que Damien les explicará. En marcha, y de nuevo, bienvenidos.

Nos estrecha las manos mientras sonríe falsamente, luego nos acompaña a la salida y cierra la puerta cuando los tres salimos. Miro a Damien nerviosa, pero él sólo observa a Eleazar como si lo estuviera estudiando a fondo.

-Síganme, es por aquí.- dice guiándonos por el mismo pasillo por el que entramos, entramos al elevador y el presiona uno de los últimos botones - Los laboratorios del Dr. Vance están bajo tierra, ahí nos dirigimos. Les harán unas cuantas pruebas, tomarán algo de sangre y demás cosas así, es algo rutinario.

Eleazar y yo asentimos, mientras el elevador baja al piso -20 o al menos eso indica. Muevo la mandíbula, un poco molesta por esa sensación de presión en los oídos. Estoy parada justo detrás de Damien, pero él en ningún momento se gira a verme, haciendo que me pregunte que demonios le sucede. Al final, me decido a hablarle.

-Es un gusto volver a verte, ¿cómo has estado?- le digo con la voz algo entrecortada.- No te he visto des...

-Bien, he estado bien. Sólo han pasado dos semanas.- me corta con brusquedad, como cuando me rescató de los pandilleros y luego supo que yo era la chica que casi lo mata- Limítate a preguntarme cosas sobre tu nuevo trabajo, si no hay ninguna duda, mantente en silencio.

"¡Vaya! Eso dolió" pienso, pero me mantengo callada. Sin embargo, mi otro acompañante no.

-¡Hey! No le hables así- Eleazar le mira con desprecio, pero yo sólo le tomo el brazo y niego con la cabeza repetidas veces para evitar que diga algo más. Damien se voltea a vernos, con los ojos azules llenos de frialdad.

-Creo que ella puede defenderse sola- dice, con tono burlón y despectivo- ¿Te revisaron en la entrada, Dowling? No queremos tener problemas relacionados con cuchillos, ¿verdad?- me está pinchando con algo que sabe que me duele pero en lugar de decirle algo, bajo la mirada con vergüenza, sabiendo que no puedo reprocharle nada- Cuidado con ella Pryce, es bastante más peligrosa de lo que parece.

Sus palabras quedan flotando en el aire, Eleazar me mira extrañado pero sigo con la mirada gacha y los ojos empañados con lágrimas de rabia. El timbre del elevador suena, indicando que hemos llegado al piso -20. Damien camina delante de nosotros con paso rápido y yo comienzo a seguirle, pero algo -alguien- me detiene.

-¿Qué demonios fue eso, Alexia? Sé que no somos amigos, pero hasta a mi me ha dolido su comentario.- le miro a lo ojos, gris contra verde, pero aún no hablo- Vamos, puedes confiar en mí, no voy a juzgarte. Pero necesito un motivo para no ir y golpear a ese idiota.

Ese comentario hace que me ría, pues no me imagino a Eleazar golpeando a nadie.

-Tranquilo, es algo que quizá te contaré después. Por ahora sólo debes saber que fue mi culpa y él está en todo su derecho al tratarme como lo hizo.

Eleazar aprieta los labios, disgustado. Yo sólo le sonrío.

-¿Terminaron?- dice una voz claramente molesta detrás de nosotros- Vamos, no tengo todo el maldito tiempo del mundo.

Me tenso completamente, pero mi expresión no revela nada cuando lo miro y asiento con la cabeza. Él se voltea y continúa liderando la marcha; Eleazar toma mi mano y le da un suave apretón, el cual le regreso acompañado de una sonrisa. Nos detenemos en una puerta de cristal opaco, Damien saca una tarjeta de su pantalón y la pasa por un pequeño escáner que está en la pared; la puerta se abre con un pitido y Damien prácticamente nos empuja dentro del laboratorio.